El mundo digital da un paso hacia los coches y no hablo de Simracing. Más bien de una mezcla entre lo virtual y lo real, que ofrece un sinfín de posibilidades a futuro.
BMW M Mixed Reality Experience
BMW se pone manos a la obra en lo que a ofrecer experiencias se refiere. Han combinado el mundo digital con el físico, siendo el coche el propio controlador del juego. Esta experiencia inmersiva es impartida por instructores de M Driving, como Philipp Götz.
Según cuenta, cualquiera puede disfrutar de algo así. Desde gente que solo han corrido en Simracing, hasta personas que no han tocado el mando de un videojuego en su vida. Todos salen con una sonrisa en la cara tras la prueba y con múltiples ideas de lo que se podría hacer con esta tecnología.
¿En qué consiste el curso de conducción?
Básicamente, disfrutar de un curso de formación diferente consistente en una experiencia de realidad mixta. Por un lado te sumerges en un mundo virtual, donde haces un recorrido virtual recogiendo monedas por lo que ellos llaman M Town.
Por otro, está el coche, que se trata ni más ni menos que de un BMW M4 Competition de 510cv. Un puesto de conducción real en el que puedes ver el volante y recibir sus sensaciones. Precisamente gracias a esas sensaciones, se puede evitar el famoso mareo producido cuando se utilizan gafas de realidad virtual.
El instructor no lleva las gafas, pero conoce perfectamente el trazado, e incluso puede detener el vehículo en caso de emergencia. Los sonidos se reproducen por el propio equipo de audio del coche.
Pensamiento a futuro de este tipo de tecnología
La realidad virtual no es nada nuevo, pero utilizarlo en un gran recinto mientras conduces un coche puede abrir una enorme cantidad de puertas, tanto de aprendizaje e investigación, como de entretenimiento.
Podría usarse para aprender técnicas de conducción en entornos seguros, pero lidiando con las físicas reales de un coche, recrear escenarios, o entrenar a medio caballo entre el simulador y la pista real.
Imagina poder reproducir famosos circuitos de todo el mundo en un solo lugar, competir contra el “coche fantasma” que hizo la vuelta rápida en el circuito verdadero o que, igual que tú, entró a esta experiencia en cualquier otra parte del mundo.