El BMW más radical que podemos comprar actualmente es el BMW M2 CS. Posiblemente es el más purista: un coupé de dos puertas, con el motor de un BMW M4 de primera generación, 450 CV, tren de rodaje aligerado y cambio manual. Es el verdadero sucesor espiritual del primer BMW M3, en mi humilde opinión. Con todo, BMW no ha vuelto a fabricar un verdadero sucesor para el BMW M3 CSL E46, a salvedad del BMW M4 GTS, un coche muy radical, abiertamente enfocado a track-days. Es por ello, que creemos que el Turbomeister Edition es el M2 CSL que BMW debería haber producido.
El BMW M2 Turbomeister Edition nació como un sencillo BMW M2 Competition, cuyo motor S55 desarrollaba 410 CV de fábrica, asociado a un cambio automático. ¿Perdón? Sí, el BMW M2 de partida monta una caja de cambios DKG de doble embrague y siete relaciones. Una gran caja de cambios, pero un cambio manual – disponible en el BMW M2 Competition – hubiera sido la opción realmente purista. Dejando a un lado este detalle bastante relevante, hemos de aclarar que este coche es una creación de un aficionado, sin afiliación alguna con BMW a nivel oficial.
Dicho esto, BMW permitió al propietario de esta unidad inspeccionar el precioso BMW 2002 Hommage Concept. Aquél prototipo del año 2016 imaginaba como sería un BMW 2002 turbo moderno, tomando como base a un BMW M2. Antes de entrar en harina técnica, apreciemos brevemente la fascinante decoración del coche, cuyo esquema de colores naranja y negro es un clarísimo homenaje al patrocinio de los BMW de competición de la bebida alcohólica Jägermeister. Durante los años 60, 70 y 80, los BMW naranjas y negros presumieron de una librea absolutamente legendaria.
Ya que hacer publicidad gratuita de bebidas alcohólicas no es la mejor idea hoy día, el propietario checo del coche decidió llamarlo «Turbomeister». A nosotros nos vale. La personalización va bastante más allá: el emblema de este BMW M2 CSL aparece en el portón trasero y enmarcado en fibra de carbono en los vanos de las puertas. Una luz proyecta en el suelo un logotipo único con un turbo como protagonista y el habitáculo está cuajado de piezas de M Performance. Además, se ha instalado una pantalla multifunción adicional en la consola central.
A nivel técnico, lo más llamativo es la potenciación del motor hasta los 520 CV. Esto se debe a una reprogramación electrónica, pero también gracias a una admisión Eventuri de fibra de carbono y una línea de escape de titanio. Queda claro que el 0 a 100 km/h de este coche se completa en bastante menos de cuatro segundos, con una punta superior a los 300 km/h. Pero lo realmente especial está en su tren de rodaje y en su dieta de adelgazamiento, que le hace ser 110 kilos más ligero que el coche de serie. Es decir, tiene un peso en orden de marcha de 1.540 kilos.
El escape Akrapovic, al igual que el techo de fibra de carbono de Alpha-N tienen bastante que decir al respecto, pero también sus discos de freno firmados por Nashin o sus llantas BBS ultraligeras de 19 pulgadas. No podemos olvidar la suspensión coilover ajustable de AST y los nuevos latiguillos de freno metálicos, que mejoran el tacto de frenada. En definitiva, es un coche con un mejor paso por curva y dinamismo que el BMW M2 Competition, y no solo por su nivel de potencia. No obstante, es altamente improbable que BMW lance un M2 más radical que el CS.
Fuente: Carscoops