El BMW M3 E36 es en mi opinión uno de los mejores M3 de la historia. Se vendió entre los años 1992 y 1999, y en su versión más potente llegó a presumir de 321 CV atmosféricos, procedentes de un explosivo motor de seis cilindros en línea y 3,2 litros. Este M3 estaba a años luz en dinámica de sus rivales, manteniendo gran parte de la ligereza y simplicidad de su legendario predecesor. Sus precios en el mercado secundario son hoy por hoy prohibitivos. Sin embargo, en EE.UU. el BMW M3 E36 era un coche muy diferente. Una versión “castrada” y limitada que bien podría haberse llamado BMW 330i. ¿Por qué BMW no desarrolló el potencial completo del M3 E36 al otro lado del charco? ¿En qué se diferenciaba de nuestro M3 E36?
En primer lugar, habéis de saber que BMW no tenía intención alguna de vender el M3 E36 en Estados Unidos. Los BMW M5 E34 y los BMW M3 E30 no se vendieron adecuadamente, y BMW habría perdido dinero vendiendo el M3 E36. Al menos eso era lo que BMW había establecido en sus estudios de márketing internos. Al conocerse la noticia, el BMW Club of North America puso el grito en el cielo, clamando por la llegada a Estados Unidos del nuevo M3. Especialmente tras conocer sus especificaciones y las primeras reviews que llegaban de Europa, donde el coche empezó a venderse en 1992. La presión de los clientes más fieles de la marca y el club acabó haciendo que BMW cediera, aceptando vender en EE.UU. el M3 E36.
No obstante, quisieron asegurarse que el proyecto generase beneficios para BMW – o al menos no generase pérdidas. Y para ello, vendieron en Estados Unidos un BMW M3 mucho más descafeinado, más asequibles y menos capaz – con menos valor añadido, en definitiva. Las diferencias entre el BMW M3 E36 estadounidense y el europeo eran considerables, siendo la más importante su propulsor. En el caso del M3 americano, el motor S50 tenía una relación de compresión inferior, una culata similar a la del motor M50 en que estaba basado y perdía tanto el sistema VANOS continuamente variable como las mariposas de admisión individuales.
El resultado de todo esto era que el motor de 3,0 litros pasaba de desarrollar 286 CV a 7.000 rpm, a desarrollar sólamente 240 CV a 6.000 rpm. Su par motor era inferior, de 305 Nm. El BMW M3 E36 estadounidense hacía el 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y tenía una velocidad punta limitada por electrónica a 220 km/h, cifras 0,9 segundos y 30 km/h peores a las de su homólogo europeo. El agravio continuó con el lanzamiento de las versiones de 3,2 litros del BMW M3 E36, en torno al año 1996. El brillante motor de 3,2 litros desarrollaba 321 CV en el M3 europeo, convirtiéndose en el primer BMW de calle en superar una potencia específica de 100 CV/litro.
Al otro lado del charco, los BMW M3 estadounidenses también elevaron su cilindrada, reteniendo su potencia de 240 CV y sus prestaciones. Sólo ganaron 15 Nm de par motor. Tampoco podían equipar elementos de equipamiento tan interesantes como lavafaros o un indicador de la temperatura del aceite. Mientras las versiones europeas estrenaron un brillante cambio ZF de seis relaciones, el M3 estadounidense siguió montando un cambio de cinco relaciones. En vez de tener un cambio SMG opcional – no es el favorito de los puristas – los estadounidenses se conformaron con un cambio de convertidor de par.
Los frenos de los M3 estadounidenses no tenían pinzas flotantes, y los discos tenían menor diámetro. El diferencial trasero de los E36 estadounidenses era de menor calidad y sus ópticas tenían pantallas de plástico, no de cristal. Al menos el mercado estadounidense sí recibió una interesante edición especial del M3, apellidada Lightweight. Los BMW M3 E36 eran transformado por Prototype Technology Group (PTG) Racing, que los aligeraba en hasta 91 kilos y dotaba con importantes mejoras a nivel de chasis y durabilidad mecánica. Eran coches orientados abiertamente a un uso en circuito.