Hace apenas unas semanas el BMW Serie 5 recibió un lavado de cara, coincidiendo con la mitad de su ciclo de vida comercial. Además de una estética remozada con nuevas ópticas y riñones aún más grandes para su frontal, el lavado de cara ha traído una instrumentación digital, un equipo de infotainment de nueva generación y mecánicas semi-híbridas. Tras conocer a los BMW Serie 5, es hora de conocer a su primo de Zumosol, el BMW M5. No os preocupéis: los BMW M5 y BMW M5 Competition 2020 siguen estando en la cúspide de la cadena trófica de las berlinas deportivas.
BMW Serie 5
¿En qué ha cambiado el BMW M5 2020?
El rediseño, como ocurre con los BMW Serie 5, no es profundo. A nivel de diseño incorpora los cambios que ya conocemos en los Serie 5, como son sus nuevas ópticas rasgadas y su nueva calandra. El paragolpes es específico a los BMW M5, con tomas de aire laterales muy agresivas. La calandra está oscurecida y tiene unas lamas más separadas. En la parte trasera del coche encontramos unas ópticas ahumadas, un spoiler negro en el portón del maletero y un paragolpes de nueva factura, en el que se encuentran cuatro colas de escape, específicas a los M5.
Las llantas de 20 pulgadas son de nuevo diseño, y están de nuevo, pintadas en color negro. Lo mismo ocurre con las branquias laterales. Las pinzas del sistema de frenado carbonocerámico pueden pintarse en colores negro o rojo. En el interior del coche los cambios son ligeros, y hasta cierto punto, son comunes a los Serie 5. Por ejemplo, tenemos una pantalla central que aumenta hasta las 12,3″ de diagonal y una nueva instrumentación digital. En el sistema de infotainment contamos con visualizaciones específicas para los modos Sport y Track.
Junto a la palanca de la caja de cambios hay dos nuevos botones: el botón M Mode nos permite pasar de forma directa entre los modos de conducción Road y Sport, y un botón de setup para personalizar dichos modos. La tapicería de los asientos es exclusiva a los M5, al igual que ocurre con el volante deportivo. A nivel técnico y mecánico, el mayor cambio es la incorporación de los amortiguadores de los BMW M8 Gran Coupé, así como una puesta a punto del chasis aún más rígida y enfocada a la deportividad, que sale a relucir en circuito, según BMW.
El BMW M5 se sigue ofreciendo en versiones «a secas» y Competition, con potencias respectivas de 600 CV y 625 CV. Los 750 Nm de par motor que desarrollan sus motores 4.4 V8 biturbo pasan a las cuatro ruedas del coche a través de un cambio M Steptronic de convertidor de par y ocho relaciones. El sistema de tracción total es capaz de desconectar el eje delantero para ofrecer una experiencia de conducción más pura y emocionante, especialmente en pista. Sus precios para el mercado español no han sido anunciados por el momento, pero en Alemania arrancan en 120.900 euros.