Cuando piensas en un BMW M5 de diez cilindros, irremediablemente piensas en el BMW M5 E60. Su motor S85B50, con tecnología derivada de la competición, desarrollaba 507 CV de potencia atmosférica y rozaba las 8.000 rpm a partir de cinco litros de cubicaje y 10 cilindros en uve. Un prodigio mecánico, aunque estuviera lastrado por algunos problemas de fiabilidad. Sin embargo, el protagonista de este artículo también tiene diez cilindros, pero es un BMW M5 E39. Y no, este coche es muchísimo más que un simple swap de motor.
El título no es una errata. El motor que habita el vano motor de este BMW M5 E39 es un W10. Diez cilindros en uve doble. Concretamente, hablamos de dos motores VR5 con un cigüeñal común. Este motor nunca existió, al menos de forma oficial. Ningún fabricante ha vendido motores W10. Y sin embargo, este motor W10 fue clave en el desarrollo de la familia de motores W12 y W16, que el Grupo Volkswagen lanzaría a principios del siglo XX. Sé que teníamos tu curiosidad, pero sabemos que ahora tenemos tu completa atención.
BMW Serie 5
Este BMW M5 es un coche muy especial. Es la mula de pruebas de la Dr. Sabine Willeke, especialista en desarrollo de motores y desarrollo de prototipos, que fue contratada en secreto por nada más y nada menos que un tal Dr. Ferdinand Piëch. En 1998, el Grupo Volkswagen no tenía ningún coche en su gama de productos donde se pudiera probar un motor con las características del W10 sin reajustar, modificar o alterar significativamente el chasis y suspensiones del vehículo. Por ello, decidieron usar un BMW M5 E39, y deshacerse de su motor V8.
El motor encaja a la perfección en el vano motor del coche, y según comunica el concesionario belga que lo vende, este propulsor desarrollaba 500 CV y 550 Nm de par motor sin necesidad de sobrealimentación. Un incremento de potencia notable con respecto a los 400 CV de origen del BMW M5 E39. Eso sí, el peso del coche aumentó en casi 150 kilogramos a causa del nuevo motor, muy pesado. Con todo, según GDM Motors, Piëch estaba tan enamorado de este vehículo que incluso lo usó como coche de diario durante un tiempo.
El motor W10 de este BMW M5 sirvió a Volkswagen para demostrar que era posible crear motores en uve doble de alta potencia, creando unidades modulares a partir de sus mecánicas de 5 y 6 cilindros existentes, dando lugar a algunos de los motores más icónicos de la pasada década: ¿quién es capaz de negar la obra de arte y técnica que son y fueron los W8 de los Volkswagen Passat, los W12 de los Volkswagen Phaeton o los W16 de Bugatti? El precio de este coche, cuyo estatus legal es cuestionable a causa de su condición de prototipo, es desconocido.
GDM Motors solo lo venderá a compradores realmente interesados, y no lo venderá barato: este tipo de mulas de pruebas tan especiales son auténticos unicornios.