Si bien es cierto que la propulsión trasera sigue siendo la clave de un buen deportivo, en los últimos años hemos asistido a la proliferación de toda una serie de deportivos que recurren a la tracción integral para llevar sus prestaciones a un nuevo nivel. Ese parece que será el caso de la versión más potente y deportiva del recién presentado BMW Serie 5. Salvo sorpresa, el próximo BMW M5 se pasará a la tracción total. Y como veremos a continuación tiene todo el sentido del mundo que uno de los BMW más potentes y deportivos recurra a esta solución.
Los fabricantes están apostando por deportivos de tracción total por diferentes motivos. El primero, y el más obvio, el hecho de que un sistema de tracción a las cuatro ruedas garantice un extra de seguridad que siempre es deseable en un vehículo de altas prestaciones. Los deportivos modernos tienden precisamente a alcanzar ese objetivo, el de ofrecer un altísimo rendimiento al alcance de todos los públicos, independientemente de su habilidad al volante.
BMW Serie 5
Pero aún así recordemos que seguimos hablando de deportivos, de vehículos en los que la prioridad siguen siendo las prestaciones, la velocidad.
Tal y como aseguraban estos días en la publicación australiana Go Auto, tras una conversación con, Sven Arens, un experto en la materia de BMW, las cifras que manejará el nuevo BMW M5 harán que la tracción integral sea prácticamente imprescindible para conseguir los objetivos que se plantean en el departamento M GmbH de BMW.
Pensemos que el nuevo BMW M5 superará, con total seguridad, los 600 CV de potencia y los 700 Nm de par máximo. Con estas cifras sería difícil conseguir la capacidad de tracción necesaria para transmitir todo ese empuje sobre el asfalto, incluso recurriendo – como decía el responsable de BMW – a neumáticos con mucho agarre, y enfocados a circuito, como los Michelin Pilot Sport Cup 2. Y no solo no sería sencillo transmitir todo ese empuje sobre un eje, en el tren trasero, sino que la durabilidad de los neumáticos se reduciría a un kilometraje por debajo, incluso, de los 5.000 kilómetros.
Sven Arens mencionaba, incluso, el dato de que entre sus rivales, en ciertos modelos de Mercedes-AMG por ejemplo, la cifra máxima de par entregado por el motor solo se alcance después de engranar la cuarta marcha, estando limitado electrónicamente en las primeras velocidades para evitar problemas. En el caso de Audi, por mencionar otro ejemplo, la estrategia es muy clara, la tracción total ha sido su apuesta desde hace décadas.
¿Echaremos de menos a los deportivos de tracción trasera de toda la vida? Parece que no.
Aún contando con tracción integral, deberíamos pensar en un BMW M5 en el que, como también apuntaba este empleado de BMW, se busque un reparto de par en torno al 20% y el 80% entre los ejes delantero y trasero, respectivamente. De manera que ese tacto y ese comportamiento de un tracción trasera sigan presentes, haciendo que la tracción integral esté al servicio de la diversión y, sobre todo, de la seguridad y las prestaciones.
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