La séptima generación del buque insignia de BMW ya está entre nosotros: el Serie 7 más grande, tecnológico y, sobre todo, electrificado de la historia. De hecho, esta Serie 7 tendrá su propia variante 100 % llamada i7 que será la gran protagonista de esta generación y que además tendrá el honor ser la primera en llegar en diciembre de este mismo año, todo ello sin variar un ápice de apariencia exterior o interior respectos a las variantes de combustión, marcando aquí la primera gran diferencia con la estrategia seguida por Mercedes-Benz.
Así pues, no es de extrañar que el diseño del nuevo Serie 7 esté claramente influenciado por el BMW iX, el otro gran eléctrico de la firma de Múnich, tal y como dejan ver los colosales riñones, las ópticas delanteras rasgadas o la pantalla curva que preside el salpicadero, la cual integra el panel de instrumentos (12,9 pulgadas) y el sistema multimedia 14,9 pulgadas).
BMW Serie 7
Sin embargo, lo más llamativo a nivel estético es un diseño extremadamente pesado, monolítico como dice la nota de prensa, que se inclina más hacia una imagen de lujo que deportiva como sucedía en generaciones anteriores, lo que quizá es un guiño a los gustos del mercado chino, el cual es uno de los más importantes para este tipo de vehículos.
Además, también se ha eliminado la posibilidad de elegir entre una carrocería de batalla larga y otra convencional, ofreciendo un único traje de 5,39 metros de longitud, 1,95 metros de ancho y 1,54 metros de alto junto a una distancia entre ejes 3.215 mm que se posiciona por encima en tamaño del anterior Serie 7 “largo”. El segundo guiño a China.
A Europa no llegarán las mecánicas de gasolina
Dejando a un lado las mecánicas correspondientes al i7 – cuyos detalles te contamos en profundidad en otro artículo – nos encontramos con una gama mecánica compuesta por motores gasolina de seis cilindros (735i y 740i) y ocho cilindros (760i xDrive), así como un diésel de seis cilindros (740d xDrive) y la última generación de híbridos enchufables de la firma de la hélice (750e xDrive y 760e xDrive). Sin embargo, en Europa no podremos disfrutar de las variantes de gasolina que se reservan para Estados Unidos y China.
Por tanto, es de esperar que el grueso de las ventas recaiga en el diésel de 300 CV y 670 Nm de par que cuenta con tecnología microhíbrida de 48 V gracias al empleo de un motor eléctrico de 12 CV para firmar un consumo combinado de hasta 5,9 l/100 km según el ciclo WLTP junto a un 0 a 100 km/h en sólo 6,3 segundos.
Al igual que la anterior mecánica, las híbridas enchufables también llegarán en la primavera del próximo año con una autonomía en modo eléctrico superior a los 80 km y una potencia de carga duplicada, asociando ambas un motor turboalimentado de gasolina de seis cilindros con un motor eléctrico de 200 CV integrado en la caja de cambios para desarrollar 490 CV de potencia pico en el 750e y 571 CV en el 760e.
BMW mantiene el pulso a Mercedes: tecnología y lujo a partes iguales
En cuanto al apartado tecnológico, podríamos extendernos hasta el infinito, pero sin duda alguna, la carta de presentación del buque insignia bávaro es la pantalla de 31,3 pulgadas con resolución 8K para las plazas traseras acompañada por un sistema de sonido Bowers & Wikins, aunque estos no son los únicos gadgets, pues también trae consigo otros como las pantallas táctiles de 5,5 pulgadas integradas en los paneles de las puertas traseras o los faros LED adaptativos que pueden llevar cristales de Swaroski retroiluminados por diodos LED.
Con ello, BMW ha lanzado su apuesta para el segmento de las grandes berlinas de representación, una apuesta más centrada en las plazas traseras si lo comparamos con el Mercedes Clase S y Mercedes EQS que se muestran un tanto más civilizados, pero con un despliegue tecnológico igual de impresionante. No obstante, de momento ambas marcas se colocan varios pasos por delante de Audi que está jugando la partida con el restyling del A8 que presentó el pasado mes de noviembre y que aún no ha entrado en este segmento con una propuesta 100 % eléctrica.