BMW fue una de las primeras marcas alemanas que se sumergió en la moda de los SUV y lo hizo con el BMW X5, un modelo que han ido mejorando con el paso del tiempo para lograr que ninguno de sus rivales pueda hacerle sombra. Sin embargo, el mundo del motor se está volviendo eléctrico y el ‘enemigo’ podría estar en su propia casa: el BMW iX acaba de aterrizar con polémica, enchufado… y con ciertas similitudes. Comparamos, sólo sobre el papel, el SUV con el que empezó todo y al recién llegado: BMW X5 versus BMW iX.
Exterior
Empecemos por uno de los puntos que más conversación ha generado: el diseño. BMW ha entrado en una nueva era y el diseño de sus modelos debe reflejarlo: no podemos acusar al BMW iX de no destacar con esa gran parrilla que ha llegado para quedarse. El BMW X5, por su parte, atiende a los cánones tradicionales de la marca bávara con un estilo genérico que, de momento, se salva de los enormes riñones.
BMW iX
Sea como sea, el diseño siempre será una cuestión de gustos personales. Si nos fijamos en las medidas sí encontramos similitudes: el BMW X5 tiene 4,922 metros de largo, 1,745 de alto, 2,004 de ancho y una batalla de 2,975 metros. El BMW iX, por su parte, mide 4,953 metros de largo, 1,696 de alto, 1,967 de ancho y tiene una batalla de tres metros. Los pesos, sin embargo, tienen menos que ver por el carácter eléctrico del segundo SUV: 2.145 frente a 2.585 kilos.
Interior
El habitáculo del BMW X5 es una receta probada (con éxito) hasta la saciedad, pero en el BMW iX la marca se aleja de este concepto conservando, eso sí, algunas partes importantes.
El SUV eléctrico presume de nuevos acabados y materiales, pero también de un mayor espacio: un factor que juega a su favor. El túnel central, que en el X5 recorre todo el interior limitando el espacio disponible, desaparece: con más centímetros para jugar, los ocupantes de la fila trasera salen ganando y el que ocupa el asiento del medio tendrá espacio real para las piernas. A esto hay que sumar varios espacios de almacenamiento adicionales repartidos por todo el interior. Donde sí sale perdiendo el iX es en la capacidad de su maletero: 500 litros ante los 650 del X5.
Los botones físicos es otra de las diferencias: mientras el X5 los conserva para los ajustes esenciales, el iX es mucho más minimalista y traslada todas sus funciones al nuevo sistema iDrive 8 que está integrado en la pantalla central. Llama también la atención la evolución en la palanca de cambios: la del eléctrico se ha convertido en un pequeño rodillo de cristal que está mucho más integrado y hace que cualquier otra configuración sea innecesaria.
El volante del BMW iX deja a un lado la tradicional forma redondeada que tiene el del BMW X5 y apuesta por un diseño hexagonal: igual que pasa con el exterior, esta es una cuestión de gustos aunque aquí el conductor tiene que hacer un pequeño trabajo extra para acostumbrarse a esta configuración.
Motores
Ha llegado el momento de comparar las mecánicas de ambos modelos. El BMW iX llega, de momento, con dos opciones: BMW iX xDrive40 (326 CV y 630 Nm) y BMW iX xDrive50 (523 CV y 765 Nm), ambas con tracción total. En el caso del BMW X5 la gama es mucho más amplia, pero hemos elegido el BMW X5 xDrive40i (340 CV) y el BMW X5 M50i (530 CV) para hacer la comparativa.
Como veis las cifras de potencia son semejantes, pero la forma de entregarla es distinta: el iX es completamente instantáneo gracias a su carácter eléctrico… pero el X5, sin embargo, es más rápido. No se trata de una contradicción, sino de una cuestión de peso: como apuntábamos antes, el primero alcanza los 2.585 kilos y el segundo se queda en 2.145 kilos. Eso sí, la versión más potente del BMW iX sólo tarda 0,3 segundos más en pasar de 0 a 100 km/h: 4,6 segundos.
Consumo
Hablamos, ahora, de consumo. El BMW X5 M50i tiene un consumo combinado de 12,2 l/100 km mientras que el BMW X5 xDrive40i se queda en 10 l/100 km: sí, ambos devoran gasolina… pero volver a llenar su depósito no nos llevará más de cinco minutos.
Los tiempos de recarga del BMW iX juegan, en este aspecto, en su contra. La batería más pequeña (71 kWh – 425 kilómetros) admite cargas de hasta 150 kW en corriente continua y de hasta 11 kW en corriente alterna. Tardaremos, por lo tanto, ocho horas (11 kW) o 30 minutos (150 kW) en recuperar el 80% de su capacidad. La batería más grande (105 kWh – 630 kilómetros) tardará en estar lista en las mismas condiciones once horas (11 kW) o 35 minutos (200 kW, que es el máximo que admite).
A pesar de que los tiempos se han reducido, algo más de media hora sigue siendo demasiado si lo comparamos con una parada tradicional. Eso sí, a máxima potencia podemos recuperar 95 y de 150 kilómetros con diez minutos de carga. Quizás, en determinadas ocasiones, sea suficiente.
El precio
Terminamos este repaso hablando de precios sin descuentos ni ofertas. Cifras que, eso sí, hacen referencia al precio de los modelos sin ningún tipo de equipamiento adicional. Y, una vez más, nos encontramos algo que llama nuestra atención.
El BMW X5 xDrive40i cuesta 75.700 euros frente a los 87.150 euros del BMW iX xDrive40: algo normal teniendo en cuenta las diferencias que aún existen entre las cifras de un modelo de combustión y el que sería su equivalente en versión eléctrica. Sin embargo, el BMW X5 M50i es algo más caro (112.750 CV) que el BMW iX xDrive50 (104.150 euros).