Hablar del BMW Z1 es hacerlo de un coche que empezó siendo un experimento y acabó convirtiéndose en uno de los deportivos más icónicos de BMW (fue el punto de partida para su familia de roadster) y de los años noventa. Su atractivo no se quedó ahí: hoy en día sigue siendo cautivador, a pesar de que han pasado más de tres décadas desde que finalizó su producción. El protagonista de hoy guarda un secreto: es un BMW Z1 que, sin haber sido estrenado, acumula casi un millón de kilómetros.
El primero de la familia roadster de BMW fue presentado, en 1986, como un prototipo. Un año después conocimos la versión de producción y en 1988 arrancaba su producción: antes de que este momento llegase, la marca bávara acumulaba 5.000 pedidos. En el corto espacio de tiempo que duró su producción, desde 1988 hasta 1991, dieron forma a 8.000 unidades impulsadas por un motor de seis cilindros en línea y 2.5 litros asociado a una caja de cambios manual de cinco velocidades.
Su nombre adelantaba su objetivo: la ‘Z’ corresponde a ‘Zukunft’, que en alemán significa futuro. BMW concibió al Z1 con un doble objetivo: en primer lugar, sondear el mundo de los descapotables y, en segundo lugar, hacerlo con soluciones llamativas… tanto para finales de los ochenta y principios de los noventa como para la actualidad. Los paneles de su carrocería se podían quitar fácilmente en unos minutos y sus puertas eran retráctiles: se bajaban y se escondían dentro de esa carrocería desmontable.
Un BMW Z1 con 999.997 kilómetros
Ahora que hemos repasado las particularidades del BMW Z1, ya podemos centrarnos en el ejemplar que nos ocupa: una unidad que está casi sin usar… a pesar de que en su odómetro figuran 999.997 kilómetros. Hay un secreto detrás de esta aparente longevidad.
En aquella época, los coches tenían un cuentakilómetros analógico y salían dela fábrica con 999.997 kilómetros porque, de esta manera, BMW aseguraba a sus clientes que el modelo en cuestión no había recorrido más de tres kilómetros cuando lo recibía. De esta manera, después de ponerlo a punto y de trasladarlo hasta el concesionario, el odómetro se reiniciaba y se ponía a cero.
Su historia
Efectivamente: este BMW Z1 ni siquiera ha recorrido esos tres kilómetros de margen: solamente lo han conducido una vez. Fue entregado nuevo a Jens Winther, piloto de las 24 Horas de Le Mans, en 1990 y ha sido conservado en su estado original hasta 2014, cuando su actual propietario se lo compró al piloto danés.
Ahora ha sido subastado por RM Sotheby’s y la cifra por la que se ha vendido es casi tan increíble como la de su kilometraje: 86.250 euros. Teniendo en cuenta que únicamente hay 8.000 unidades y que no puede haber muchas que parezcan congeladas en el tiempo como esta, lo cierto es que es un precio bastante moderado.
