Deportivo de culto. Fiel representante de la esencia más deportiva de BMW. Y heredero de una estirpe de roadsters iniciada por uno de los deportivos más bellos – a mi juicio – de todos los tiempos.
El BMW Z3 muy pronto cumplirá 30 años. Y en un momento en el que futuro del automóvil parece pasar inexorablemente por eléctrico, resulta inevitable caer en los clichés, en que cualquier tiempo pasado fue mejor y en cuánto echaremos de menos – y ya lo estamos haciendo – a esos deportivos que marcaron una época y que muchos, entre los que me incluyo, seguimos considerando como la verdadera referencia que marca cómo ha de ser un coche pasional.
Nos retrotraemos tres décadas atrás y recordamos, por un momento, cómo fue el BMW Z3. Pero, sobre todo, cómo pudo haber sido.
Así pudo ser, y no fue, el BMW Z3
Domagoj Dukec, el responsable máximo de diseño de BMW, nos mostraba estos días unas imágenes, a priori inéditas, que nos dan muchas razones para seguir su cuenta de Instagram y también para deleitarnos con este ejercicio ucrónico, en el que se nos desvela un diseño a escala real, desconocemos si un prototipo, o una escultura de arcilla, y algunos bocetos de los diseños previos que se llevaron a cabo en el proceso de desarrollo del BMW Z3.
Estos diseños habrían sido el punto de partida sobre el que, a comienzos de los noventa, el diseñador Joji Nagashima comenzaría a trabajar para definir la silueta del BMW Z3, que estaría lista a mediados de 1992, para comenzar a producirse tras el verano de 1995. De estos diseños destacan unos bocetos que nos revelan una idea de roadster mucho más superdeportiva, e incluso cierta inspiración en la Serie 8 de los ochenta.
Pero el prototipo a escala real que ilustra esta entrada es, sin duda, el diseño más evocador. Un ejercicio de diseño que nos revela que, pese a las grandes diferencias que guarda con el BMW Z3 definitivo, los alemanes ya tenían meridianamente clara la idea de roadster que perseguían, con abundancia de líneas curvas, con un capó alargado y extendido hacia la parrilla, con unas sugerentes branquias en las aletas.
Como apuntan nuestros colegas de Carscoops, también resulta inevitable imaginar algunos de los detalles que finalmente no llegarían a producción en el Z3, como un diseño caprichoso y aerodinámico en la zaga y un parabrisas completamente curvado que, difícilmente, podría encajar en un sistema de capota de lona de producción, y en el cual iba anclado el retrovisor.
Imágenes del BMW Z3: