Como sabéis Borgward era una marca alemana que durante los años 60 cayó en bancarrota y desapareció del mundo del automóvil. Poco antes de desaparecer agració al mundo con el Isabella, un bonito coupé cuyas primeras unidades salieron de fábrica en el lejano año 1954. Borgward estuvo muchos años ausente del mundo del automóvil, pero fue en 2008 rescatada del limbo por Christian Borgward, el nieto del fundador original, Carl F. W. Borgward. Basada en Alemania, pero con capital y producción radicados en China, ha tomado por sorpresa el IAA de Frankfurt con un prototipo de lo más inesperado.
El Borgward Isabella Concept es un coupé de cuatro puertas y posicionamiento lujoso. El Isabella de los años 50 era un coupé al uso, de líneas muy clásicas e ideado con la comodidad en mente – no era un deportivo ni pretendía serlo. Por contra, el nuevo Isabella Concept coquetea con la deportividad y presume de un tren de propulsión completamente eléctrico, idéntico al que la marca mostró en uno de sus prototipos, el Borgward BXi7 Concept. Este prototipo no pretende anticipar un futuro Isabella de producción, pero es una declaración de intenciones y una muestra de respeto al pasado de la marca.
Es un coche que demuestra que podrían lanzar un elegante coupé de cuatro puertas si el mercado lo demanda. En todo caso, es un prototipo puro y duro, con soluciones meramente conceptuales. No hay más que ver los ángulos imposibles de su afiladísima carrocería, las enormes llantas o el estampado romboidal de su pintura y ópticas. Un estampado que replica el logotipo de la marca, que guarda ciertas similitudes con el de Renault, a pesar de no haber lazo alguno entre ambas empresas. La aerodinámica de este prototipo se ha cuidado hasta el extremo, llegando incluso a disponer de un curioso fondo plano.
Otra solución meramente conceptual es la apertura de sus puertas, similar a las de un vagón de metro o una puerta automática de un comercio. Dan pie a un interior de cuatro plazas, con un salpicadero muy delgado en el que la presencia es para un elegante volante y un consola central que parece una piedra preciosa, repleta de aristas, animaciones 3D y sin un solo botón. La combinación de colores azules y granates sólo tiene cabida en un ejercicio de diseño así. La propulsión es cortesía de un grupo propulsor 100% eléctrico – cuya arquitectura es modular – denominado Borgward ePROPULSION.
Sus baterías han sido desarrolladas por LG y permiten una autonomía para este vehículo de unos 500 kilómetros. Dos motores eléctricos – uno por eje, con un reparto completamente variable – con una potencia combinada de 300 CV y un par máximo de 450 Nm permiten un 0 a 100 km/h de sólamente 4,5 segundos, con una velocidad punta de 250 km/h.