Estos días nos sorprendía un titular realmente llamativo, en estos tiempos que corren. Jair Bolsonaro anunciaba que eliminará los radares de velocidad de las carreteras de Brasil. Decíamos que el titular es llamativo, e incluso sorprendente, puesto que estamos acostumbrados a que los anuncios oficiales que escuchamos en España, las decisiones de la DGT, y de los países de nuestro entorno, vayan precisamente en la dirección contraria, en la de aumentar y perfeccionar los medios de vigilancia, ya no solo para los excesos de velocidad, sino también para otras prácticas que vayan en contra del código de circulación.
Brasil quiere eliminar sus radares
Jair Bolsonaro anunció esta medida en un programa de televisión (ver noticia), asegurando que habían paralizado las licitaciones de nuevos radares, y que habían dado los primeros pasos para ir eliminando los radares ya presentes. En cualquier caso, la justicia brasileña ya habría movido ficha, y ante las intenciones del que desde el 1 de enero de 2019 es Presidente de Brasil, habría pedido informes técnicos que avalen la retirada de los radares, y la finalización de los contratos, antes de proceder.
La justificación de Bolsonaro habría sido la de «que el pueblo brasileño tenga el placer de conducir», pero también que los fallecidos en carretera en Brasil estén descendiendo. Si bien es cierto las cifras no están actualizadas (son de 2013), el observatorio de la Organización Mundial de la Salud mencionaba expresamente a los accidentes de tráfico como uno de los mayores problemas de Brasil, con una tasa de fallecidos en accidente de tráfico, por cada 100.000 habitantes, muy próxima a ser 5 veces superior a la de España.
Es cierto que la velocidad es uno de los temas más polémicos cuando se habla de seguridad vial y accidentes de tráfico, pero también que cualquier decisión que se tome ha de ser prudente, y bien fundamentada.
La postura de la DGT respecto a los radares y la velocidad
Los excesos de velocidad, y la vigilancia mediante radares, han sido uno de los temas fundamentales del trabajo de la Dirección General de Tráfico durante la última década. Precisamente estos días, Pere Navarro, Director General de Tráfico desde 2018, aseguraba en el Observatorio Iberoamericano de Seguridad Vial que los medios de vigilancia eran fundamentales para mejorar la seguridad vial y evitar conductas peligrosas.
Hasta el punto en que el propio Pere Navarro reconocía que tenían puestas sus esperanzas en la tecnología, y en que esta pudiera permitir la vigilancia constante de los conductores, y que estos pudieran vigilarse como «un punto en una pantalla con el vehículo moviéndose».