Bugatti acaba de presentar hoy, con motivo del Concurso de Elegancia de Pebble Beach, el nuevo Bugatti Centodieci. Su nombre, Centodieci (que significa ciento diez, en italiano), pretende ser una reinterpretación moderna del Bugatti EB110, y celebrar así el 110 cumpleaños de la marca francesa, hoy propiedad del Grupo Volkswagen.
El Bugatti Centodieci emplea la base técnica del Bugatti Chiron y se producirá en una tirada muy limitada, de sólo 10 unidades, que serán fabricadas en un plazo de dos años en la factoría de Bugatti en Molsheim, Francia; y que serán vendidas a un precio de 8 millones de euros más impuestos, unos 11 millones de euros en España. En cualquier caso, probablemente, todas ellas ya estén asignadas y ninguna de las diez llegue a nuestro país.
Bugatti Centodieci, un homenaje al EB110
Tras la destrucción de la fábrica de Molsheim durante la Segunda Guerra Mundial y la muerte de Ettori Bugatti en 1947, la marca Bugatti sobrevivió a duras penas, deteniendo la producción en 1952 y desapareciendo en 1962. Veinticinco años mas tarde, en 1987, el empresario italiano Romano Artioli compró los derechos de marca de Bugatti y construyó una fábrica de alta tecnología en Campogalliano, en la región italiana de Emilia-Romagna. La ubicación, lejos de la Francia natal de Bugatti perseguía como objetivo poder “robar” a los mejores ingenieros de las marcas vecinas, como Ferrari, Lamborghini o Maserati, con la ilusión de fabricar el mejor superdeportivo del mundo.
Cuatro años después, el 15 de septiembre de 1991, se lanzaba Bugatti EB110, cuyo nombre aglutinaba las iniciales de Ettore Bugatti y el número 110, por desvelarse justo el día exacto en que Ettore Bugatti habría cumplido 110 años. Todas las miradas se centraron en la atractiva carrocería de aluminio del EB110, que tenía un diseño arrebatador y muy cuidado, dos puertas de apertura de tijera tipo Lamborghini –obviamente diseñadas por un ex-Lamborghini–, y una calandra frontal en forma de herradura, como los Bugatti de antaño.
El Bugatti EB110 quería ser el mejor superdeportivo del momento. Para ello, recurría a un sistema de tracción total, un chasis en fibra de carbono -algo inédito hasta la fecha- y un portentoso V12 de 561 CV. Sin haber lanzado un solo modelo desde 1956, Bugatti se convirtió, de facto y con el EB110, en uno de los fabricantes top del momento. Aquí puedes leer la historia del Bugatti EB110.
Este nuevo Bugatti Centodieci (Bugatti Ciento diez) aspira a ser un homenaje al EB110 de los noventa y tiene como objeto celebrar el 110 cumpleaños de la marca.
¡Nada menos que 1600 CV para el Bugatti Centodieci!
Ahora, el nuevo Bugatti Centodieci sigue empleando un chasis en fibra de carbono, monocasco y mucho más avanzado. Su motor V12 se ha reemplazado por el ya icónico y todopoderoso propulsor de 16 cilindros en W, 8 litros y 4 turbos del Bugatti Veyron, que fue convenientemente actualizado para el Bugatti Chiron, y que entrega una potencia capaz de cortar la respiración… ¡1600 caballos!, que son 100 más que el Chiron.
Obviamente, sus prestaciones, están a la par: el Bugatti Centodieci acelera de 0 a 100 km/h en 2.4 segundos, de 0 a 200 en 6.1 segundos y de 0 a 300 en 13.1 segundos. Cifras de vértigo. Su velocidad máxima es de 380 kilómetros por hora, lejos de los 420 km/h que declara el Bugatti Chiron. El CEO de Bugatti, Stephan Winkelmann, ha comentado al respecto de este último punto que “no es solo la velocidad máxima lo que hace un hipercoche. Con el Centodieci hemos demostrado que diseño, calidad y prestaciones son todas igualmente importantes”.
Comparado con el Chiron, el Centodieci ahorra 20 kilos de peso gracias a elementos como los nuevos limpiaparabrisas, estabilizadores de carbono, así como unos espejos exteriores más livianos. Esto confiere una relación peso-potencia de 1,13 kilos por caballo. Sin embargo, es 15 kilos más pesado que el Bugatti Divo que conocimos hace justo un año, y que tiene una orientación total para circuito.
Centodieci: un diseño con mucha reminiscencia del EB110
Su diseñador, Achim Anscheidt, se ha encontrado ante el gran desafío de reencarnar un modelo mítico que, curiosamente, llevó a la quiebra a Bugatti. “Llevar este aspecto clásico al nuevo milenio sin copiarlo era, técnicamente, complejo”, asegura Anscheidt. Es por ello, que el Bugatti Centodieci tiene multitud de detalles que nos recuerdan su parentesco, inevitable, con el EB110.
Por ejemplo, se ha incluido un radiador con forma de herradura de pequeño tamaño en el frontal, como el modelo original. En su perfil, encontramos cinco conductos de aire redondos, colocados tras la puerta, y que aseguran la entrada de aire suficiente para refrigerar el motor de 16 cilindros. Como en el EB110, la caída del capó que cubre el motor tras el habitáculo imita la alta cintura que lucía el EB110 y, a través de él, se puede contemplar el inmenso motor W16 detrás de una superficie de cristal transparente.
Donde sí encontramos grandes diferencias es en el diseño de las luces. Por ejemplo, los faros delanteros, de nueva factura, se caracterizan por un diseño muy estrecho, y por contar con luces LED integradas. Las luces traseras con forma de píldora del EB110 han sido reemplazas por ocho luces dobles independientes y que coronan dos pares de tubos de escape a cada lado, ubicados uno encima del otro.
En la zaga del Bugatti Centodieci destaca la amplia abertura de salida de aire, que permite refrigerar el motor de una forma más eficiente, una solución que, según Bugatti, le llevó varios meses desarrollar.
El espectacular alerón trasero está unido de forma permanente a la carrocería, al estilo del EB110 SS original, pero es posible ajustar mecánicamente su ángulo de inclinación. Y, junto con un nuevo y espectacular difusor de alto rendimiento ubicado en la zaga para mejorar la carga aerodinámica, Bugatti asegura que consiguen un downforce de 90 kilos y un nivel de aceleración lateral similar al del Bugatti Divo.
El Bugatti Centodieci pasará a ser, junto con los otros modelos del fabricante, uno de los vehículos más emblemáticos de todos los tiempos y una suerte para cada uno de sus propietarios.
Un objeto de culto que se irá revalorizando con el paso del tiempo y que sólo los verdaderos aficionados al mundo del automóvil sabrán valorar su historia, su motor y la tecnología que atesora un vehículo así.
