Como podréis suponer, no muchos organismos oficiales llevarían un crash-test usando un Porsche 911 GT3 RS y un Bugatti Chiron reales. La carnicería superaría los tres millones de euros y no tendría sentido, pues ambos coches son coches de bajísimo volumen, y han sido sometidos a pruebas de choque durante su proceso de desarrollo. Por tanto, el ADAC ha decidido llevar a cabo la prueba de choque usando los modelos de LEGO Technic de ambos coches, reduciendo el coste a poco más de 600 euros. Aunque pueda parecer un vídeo de simple entretenimiento, es un ejercicio mucho más valioso de lo que parece.
Cada vez con mayor frecuencia, se llevan a cabo simulaciones de choque, usando complejos programas informáticos. Estos programas modelan de forma precisa el comportamiento del coche en caso de accidente, en función de sus materiales y propiedades físicas. Con todo, estos programas no son perfectos, y sigue siendo necesario hacer pruebas de choque reales para comprobar que los resultados de la simulación son consistentes con la realidad. Este crash-test es uno de esos ejercicios. El programa simuló el comportamiento de ambos coches en un impacto lateral del Porsche contra el Bugatti.
Las miles de piezas de plástico de las que se componen los coches fueron modeladas en 3D, y la simulación determinó un más que correcto comportamiento del Bugatti de LEGO en caso de accidente. De hecho, su habitáculo permanecía más o menos intacto, pese a que cientos de piezas de ambos coches salieran despedidas por los aires en este choque a 60 km/h. La realidad, sin embargo, fue absolutamente diferente. En el impacto, como decimos, a 60 km/h reales, el Bugatti se partió en dos trozos, mientras todo el frontal del Porsche se desintegró. La destrucción fue mucho mayor de la esperada.
En un escenario real, los ocupantes de los coches no habrían sobrevivido. Supongo que por eso nuestros coches son de acero, tienen airbgas y cuentan con unas elaboradas estructuras de deformación controlada de sus carrocerías. El resultado de este crash-test ha servido para refinar los programas de simulación, no es una simple destrucción «porque sí» de dos modelos de LEGO que muchos querríamos tener en casa – son realmente prohibitivos para ser simples «juguetes». Sobre estas líneas os dejamos el vídeo grabado por el ADAC alemán en esta peculiar prueba de choque.