El primero, mucho me temo que seguirá siendo el Rolls-Royce Boat Tail, cuyas tres unidades producidas han sido vendidas a un precio de 20 millones de libras. A su lado, el Bugatti Mistral casi parece un coche común, con una producción de 99 unidades y un precio de cinco millones de euros. Pero lo cierto es que el Bugatti Mistral es de todo menos convencional. La nota de prensa dice que será el último en montar el legendario motor W16 de Bugatti, y puede que incluso estemos hablando del último coche «tradicional» de la marca francesa.
El Bugatti Mistral le debe su nombre a un viento de componente norte que sopla en el sur de Francia y la inspiración estética de esta escultura rodante es el Bugatti Type 57 Roadster Grand Raid, una pieza única creada en el año 1934, de incalculable valor actual. El diseño del Bugatti Mistral es llamativo y agresivo, y en él podemos ver trazas de Bolide, La Voiture Noir o Divo, especialmente en sus ópticas traseras, en su calandra o en sus faros frontales. No ha sido diseñado para pasar desapercibido, tenedlo claro.
El habitáculo muestra algo más de decoro y es relativamente similar al que podemos encontrar en un Bugatti Chiron, con el que comparten plataforma y mecánica. Aunque la selección de colores y la personalización del coche es tan amplia como la imaginación del cliente, se me ocurren configuraciones más elegantes que el bitono amarillo-negro elegido por Bugatti en su carpeta de prensa. Bugatti explicita que el pomo del cambio ya no está mecanizado en aluminio, sino que tiene un inserto de madera y ámbar con una escultura en su interior.
La escultura, un elefante bailando, fue diseñada a finales del siglo XIX por Rembrandt Bugatti. La nota de prensa no explicita, eso sí, como se protege el interior en caso de lluvia. Imaginamos que cuenta con un techo desmontable manual, posiblemente no demasiado glamouroso – este es un coche para ser disfrutado en zonas soleadas, según parece. A nivel mecánico, el Bugatti Mistral emplea la última evolución del monstruoso motor 8.0 W16 de cuatro turbos de Bugatti. Un propulsor que desarrolla la friolera de 1.600 CV en este descapotable.
Según Bugatti, este descapotable será el más rápido del planeta, y todo apunta a que tratará de revalidar el récord del Bugatti Chiron Grand Sport Vitesse, que en 2013 alcanzó 409 km/h. Ese récord fue superado en 2016 por el Hennessey Venom GT Spyder y el Hennessey Venom F5 Spyder, también presentado esta semana en Monterey, apunta al entorno de los 480 km/h. Multimillonarios, midiendo el tamaño de sus genitales, en definitiva. Por cierto, la producción de 99 unidades ya está vendida al completo, dicho sea de paso.
