La historia de Bugatti escribe un nuevo capítulo, una nueva entrega que tiene nombre propio en forma de Bugatti Tourbillon y que reinventa por completo al fabricante que hemos conocido hasta la fecha. Diseñado para plantar cara a lo mejor de Koenigsegg, aunque también apuntando a firmas como Pagani o Ferrari en términos de exclusividad, he aquí el hiperdeportivo que tiene la enorme responsabilidad de suceder a los Veyron y Chiron.
El primer Bugatti híbrido es también el más purista
Lo primero que debemos tener en cuenta sobre el Bugatti Tourbillon es que estamos ante un coche que encarna un cambio sin precedentes en la filosofía de la marca francesa propiedad del grupo Volkswagen. Ahora dirigida por Mate Rimac, CEO y fundador de Rimac, Bugatti estrena el que es su primer coche híbrido enchufable, enterrando así para siempre al motor W16 que ha sido el corazón de todas sus creaciones hasta ahora.
Pero esta electrificación no tiene como objetivo la mejora en eficiencia y reducción de emisiones, que también, sino que busca ofrecer a los clientes de Bugatti la posibilidad de subir un nuevo peldaño en tanto a prestaciones y sensaciones, motivo por el cual se ha apostado por una configuración híbrida compuesta por un total de cuatro motores: dos eléctricos para mover las ruedas delanteras y una combinación de motor gasolina y motor eléctrico para mover las ruedas traseras.
El propulsor gasolina es un desarrollo completamente nuevo, se trata de un motor 8.3 V16 de aspiración atmosférica capaz de desarrollar 1.000 CV de potencia máxima y 900 Nm de par motor máximo, pudiendo girar hasta las 9.000 rpm y consiguiendo además ser apenas 25 cm más largo que el W16 al que reemplaza, pesando 252 Kg. La transmisión empleada es de doble embrague con 8 relaciones, alojando en su interior un motor eléctrico de 340 CV y 240 Nm.
En el eje delantero se han instalado dos motores eléctricos, desarrollando una potencia máxima conjunta de 680 CV y contando con un sistema de vectorización del par para ofrecer un sistema de tracción total aún más eficaz que el empleado por el Chiron.
Con una potencia máxima combinada de 1.800 CV, el Bugatti Tourbillon es capaz de hacer el 0-100 Km/h en 2 segundos, el 0-200 Km/h en 5 segundos, el 0-300 Km/h en 10 segundos y el 0-400 Km/h en 25 segundos. La velocidad máxima está limitada a 380 Km/h, pero mediante el uso de la «Speed Key», el Bugatti Tourbillon podrá alcanzar los 445 Km/h.
Con la batería de 24,8 kWh y 800 v a plena carga, el Tourbillon será capaz de recorrer hasta 60 Km en modo eléctrico. Un dato a valorar en el Tourbillo es que será un coche más ligero que el Chiron, consiguiendo un peso en orden de marcha de 1.995 Kg.
En términos de diseño, el nuevo Bugatti Tourbillon se presenta con una estética que no resulta rompedora con respecto a lo que ya habíamos conocido en el Chiron. La sensación de continuidad es clara en todas sus formas, si bien estiliza toda su carrocería para ofrecer una silueta mas aerodinámica y unas líneas más fluidas, aunque igual de imponentes. Su base es un chasis fabricado íntegramente en fibra de carbono T800 que además ha sido desarrollado desde cero para el Tourbillon.
Elementos como la parrilla frontal ganan en protagonismo con un mucho mayor tamaño, buscando así una conexión visual con modelos clásicos del fabricante como el 57 SC Atlantic o su reciente reinterpretación a través del Mistral o el carísimo One-Off bautizado como La Voiture Noire. Los faros principales presentan ahora una mirada más rasgada, pero manteniendo la firma lumínica compuesta por cuatro elementos.
En el lateral se mantiene el uso de una línea en forma de «C» – ligeramente achatada – que define toda la carrocería, usándola además como elemento para subrayar la configuración bitono que es tan habitual en las creaciones de Bugatti y escondiendo un sistema de apertura de puertas en forma de mariposa. Ya en la zaga, el elemento más llamativo es por supuesto el conjunto de ópticas, empleando una firma lumínica que recorre toda la zona posterior y que de nuevo nos recuerda al La Voiture Noire, complementándose con un prominente difusor.
Mención especial merece el hecho de que Bugatti ha creado un vano motor completamente descubierto, permitiendo así contemplar en todo su esplendor el nuevo propulsor V16, y más concretamente sus colectores de admisión fabricados en fibra de carbono.
Una vez nos sumergimos en el interior, Bugatti ha creado un habitáculo en el que una vez más sólo podrán viajar dos ocupantes, pero eso sí, envueltos en el mayor de los lujos. Prueba de ello es el nuevo cuadro de instrumentos inspirado en el mecanismo tipo Tourbillon que emplean los mejores relojes del mundo, esos que se consideran como los más caros y exclusivos que el dinero puede pagar.
Pero lo más llamativo del interior está por supuesto en el diseño del volante, un volante que gira alrededor del cuadro de instrumentos y que mantiene un núcleo fijo, aunque también cuenta con mandos y las levas de la transmisión integradas en él. Se trata de un concepto bastante peculiar y que sin duda dará mucho de qué hablar. En la consola central se apuesta por el minimalismo y el cristal, Bugatti ha querido mantenerse fiel al purismo durante la conducción y el grueso de mandos se mantienen físicos, empleando una pantalla de tamaño muy compacto para el sistema multimedia y las funciones del ordenador de a bordo.
La producción del Bugatti Tourbillon comenzará este mismo año en la factoría de la marca en Molsheim, coincidiendo de hecho con la producción de las últimas unidades del Mistral, un roadster que ha servido como despedida del Chiron y el motor W16. La producción del Tourbillon estará limitada a sólo 250 unidades y tendrá un precio de 3,8 millones de euros antes de impuestos.