BYD tiene claro que es el momento perfecto para sentar las bases de su futuro internacional. Actualmente se trata del fabricante con mayor volumen de matriculaciones en China gracias a la oferta de coches híbridos enchufables y eléctricos que ha desplegado en estos últimos años, lo que lo convierte de pleno en el mayor fabricante de vehículos enchufables del mundo, claramente por encima de Toyota y Tesla. Pero si el gigante asiático busca, de verdad, convertirse en uno de los mayores fabricantes del mundo, también tiene que hacer lo propio fuera de su mercado.
Por esto mismo, y según se ha confirmado a raíz de una publicación del New York Times, BYD está llevando a cabo una campaña de reducción de costes entre sus proveedores para, a través de una campaña de bajada de costes, posicionar de manera aún más agresiva sus coches en el mercado global.
BYD Seal U
Ha sido a través de la filtración de un correo que ha enviado el vicepresidente de BYD, He Zhiqi, con asunto «Requerimiento de reducción de costes de los turismos de BYD en 2025» a los respectivos responsables de las compañías con las que trabaje el fabricante, en el que la marca ha instado a sus proveedores a buscar soluciones con el fin de reducir los costes de sus componentes.
Imágenes del BYD Seal U DM-i
En él, el directivo chino pide a sus compañeros que «toda la cadena de suministro trabaje unida y siga reduciendo costes para mejorar la competitividad de los turismos de BYD».
Con respecto a esto, se tienen que destacar dos aspectos de suma importancia. El primero de ellos es que, a falta de datos concretos, sabemos que el número de proveedores externos con los que BYD trabaja es realmente reducido, pues no se trata de una compañía al uso en cuanto a la producción de componentes: según ellos mismos, tienen integrada toda la estructura de producción de un automóvil de manera totalmente vertical, por lo que no trabaja con fabricantes externo de manera tan afianzada como lo hacen el resto de empresas.
Teniendo en cuenta esto, este mensaje sólo puede afectar a, por ejemplo, suministradores de materias primas para la producción de componentes muy esenciales (como la aleación de metales que compone la estructura de un automóvil) o de componentes que por lo extremadamente complicado de su producción, requieren de un profundo know-how del que BYD no dispone, por ejemplo los neumáticos.
Por otro lado, y aunque requetimientos de este tipo son una práctica habitual entre fabricantes de cualquier índole, de llegar a traducirse esta campaña reducción de costes de producción en una bajada de precios, BYD puede estar empezando a sentenciar el mercado en esta situación que mediáticamente ya se denomina como ‘la guerra de precios’.
Sea como fuere, y aunque se trata de algo positivo para el consumidor, pues se fomenta una competición entre fabricantes que al final resulta en unos precios más bajos, lo cierto es que esta guerra de precios china, en la que Tesla también se incluye parcialmente sumida, ya se ha cobrado como víctima algún que otro fabricante, como Aiways. De llegar a Europa tal cual se está produciendo en China, podría causar un gran estrés en fabricantes que ahora mismo no pasan por su mejor momento, como el Grupo Volkswagen o Stellantis.
¿Qué supondría que BYD pudiera bajar, aún más, el precio de sus coches?
Y es que, los coches de BYD ya son mucho más baratos que los de cualquier otro fabricante tradicional si se comparan modelos de similar tamaño y prestaciones. Tomando como referencia el precio en España del SUV híbrido enchufable más vendido del mayor fabricante del mundo, el Toyota RAV4 Plug-In Hybrid, y comparado con el modelo equivalente que BYD tiene en España, el BYD Seal U DM-i, el modelo china está aquí a la venta por un precio que sin promociones ni descuentos ya parte más de 12.000 euros por debajo del japonés: son 34.990 euros los que cuesta, por los 47.500 euros del RAV4 enchufable más económico.
Y esto es sin mostrar claras desventajas, ni técnicas ni de cualquier otro tipo. De hecho, la autonomía eléctrica homologada de ambos modelos es casi idéntica a pesar de la diferencia de precio: el Seal U homologa en esta versión de acceso 80 kilómetros con una carga completa de su batería, mientras que el RAV4 logra 75 kilómetros. Eso sí, con 306 CV de potencia el japonés justifica en cierta medida su sobreprecio con respecto al Seal U, que rinde 218 CV.