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El maravilloso motor de 16 cilindros y 32 válvulas, que consumía "solo" 14 l/100 km y podía funcionar como V4, V8, V12 y V16

Existen pocas estrategias que nos gusten más a los amantes del automóvil que la de ir sumando cilindros en un motor. Tal y como reconocen los creadores del motor V16 del nuevo Bugatti, nadie necesita dieciséis, ni tampoco doce cilindros. Pero ir añadiendo cilindros en dos bancadas, y colocarlos a 90º, es una garantía ya no solo de prestaciones de infarto, sino también de un sonido embriagador y un tacto único si la estrategia pasa por prescindir de sobrealimentación por turbo.

El motor que podía haberlo cambiado todo

  • El motor que hoy nos ocupa podría haberlo cambiado todo, empezando por la historia moderna de Cadillac
  • Era enorme, con un desplazamiento de 13,6 litros – 13.584 centímetros cúbicos para ser más exactos – y una cifra de consumo curiosamente muy parecida a esta, y muy baja para su naturaleza, de 14 litros/100 kilómetros
  • Podía funcionar con sus dieciséis cilindros, pero también con doce, ocho, o incluso únicamente con cuatro de sus cilindros
  • 16 cilindros, 32 válvulas, y una potencia que se estimaba en al menos 1.000 CV de potencia

Cadillac Sixteen con su diseño imponente y líneas elegantes.

Un motor enorme, para un coche de lujo enorme

Ya han pasado más de veinte años desde que Cadillac destapase en 2003 el Cadillac Sixteen. Una preciosa berlina de cuatro puertas, con un diseño ostentoso, deportivo, pero ante todo lujoso. Por aquel entonces, el propio James May apuntaba muy acertadamente que este coche tenía todo aquello que debía ser un verdadero Cadillac.

Pero lo interesante lo encontrábamos bajo su enorme capó, que como en los coches de antaño se abría en dos piezas como las alas de una mariposa, donde aparecía un inmenso motor de dieciséis cilindros y un inteligente sistema de gestión de cilindros, que hoy no resulta para nada innovador, ni sorprendente, pero sí resulta tremendamente emocionante lo que hubiera podido resultar aplicando una fórmula tan exótica como esta.

Los motores capaces de desconectar alguno de sus cilindros se convirtieron en una opción relativamente común con la irrupción del downsizing. Los fabricantes, en su búsqueda de mecánicas más eficientes y una reducción de emisiones, fueron apostando por motores que, primero, disponían físicamente de cada vez menos cilindros y, segundo, empleaban técnicas como la desconexión de alguno de los cilindros para ahorrar combustible.

Imponente vista del frontal de Cadillac Sixteen, destacando su parrilla y llantas.

  • Cadillac propuso un motor que entregaba más de 1.014 CV de potencia, según anunciaron en su presentación, con sus dieciséis cilindros, que serían funcionales en el momento en que quisiéramos desplegar las máximas prestaciones de este coche, que superaba los cinco metros y medio de longitud y las 2,2 toneladas
  • En cruceros por carretera, podía desconectar cuatro, ocho, o incluso doce de sus dieciséis cilindros/li>
  • Según Cadillac, en sus pruebas habrían conseguido demostrar que en un viaje entre Detroit y California sería capaz de viajar un 65% del tiempo en ocho cilindros, un 30% del tiempo en cuatro cilindros y solo un 5% en dieciséis cilindros
  • Solo así se explica que consiguieran prometer unos consumos de apenas 14 litros/100 kilómetros, un consumo elevado para el que está acostumbrado a un turismo moderno, pero similar al de las berlinas de Cadillac de la época y tremendamente bajo, ínfimo, para un motor de sus características

Motor V16 de Cadillac Sixteen, tecnología y potencia en estado puro

El motor de 16 cilindros que podía haberlo cambiado todo

Sin lugar a dudas, Cadillac, que ya había dispuesto de un motor de 16 cilindros en los años treinta, había diseñado una brillante exquisitez y locura, que hoy Bugatti ha creído oportuna para su nuevo y exclusivo deportivo. De haber salido adelante este proyecto probablemente habría cambiado por completo ya no solo la historia de Cadillac, sino también su posición y la del automóvil estadounidense en el imaginario popular y en toda la extensión de la historia del automóvil.

El diseño del Cadillac Sixteen sí inspiraría la estética de modelos más racionales que Cadillac comercializaría años más tarde. Y habríamos tenido que esperar dos décadas para que Cadillac recuperase la filosofía de Sixteen, como sedan de ultra-lujo, al más puro estilo de un Rolls-Royce o los mejores Bentley europeos, pero eso sí, completamente eléctrico, con el nuevo Cadillac Celestiq.

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David Villarreal

David Villarreal desempeña la Dirección del Equipo Editorial de Diariomotor.

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