Ya sabemos que en 2022 todos los coches nuevos comercializados en la Unión Europea estarán obligados a equipar una caja negra, un sistema que registrará información, permanentemente, aunque con el fin de que esa información sea recuperable tras un accidente de tráfico. A pesar de que otros muchos sistemas, que también serán obligatorios en 2022, han generado controversia en los últimos meses, es muy probable que las cajas negras sean el elemento que más puede condicionar a los conductores y limitar actitudes, como los excesos de velocidad. Ahora bien, hablemos de cajas negras, y de lo que sabrán de ti y de cómo conduces.
Las cajas negras en el coche, obligatorias en 2022
A pesar de que las cajas negras están permanentemente registrando datos, porque precisamente eso es necesario para su funcionamiento, no están pensadas para transmitirlo, y únicamente almacenan un corto periodo de tiempo. Al respecto de este periodo de tiempo, la Unión Europea no ha establecido un límite temporal, pero sí que deberían almacenarse los datos de la situación inmediatamente anterior, posterior, y en el momento en que se produzca un evento determinado. El evento en cuestión será un accidente de tráfico y se determinará habitualmente por situaciones como el despliegue de los airbags.
La información registrada será anónima y, he aquí un dato importante, los datos registrados no podrán estar asociados a nuestro coche. La Unión Europea establece que la caja negra no incluya al menos los cuatro últimos dígitos del número de bastidor de coche. De esta forma, la caja negra no estará completamente ligada a nuestro coche, ni a un conductor, ni podrá ser utilizada, por ejemplo, como prueba para un juicio en el que se determine quién fue el culpable de un accidente de tráfico. También deberán contar con sistemas y códigos estandarizados, para facilitar el acceso de las autoridades a ellas, y garantías de que no han sido manipuladas.
A pesar de que las cajas negras no podrán utilizarse como carga probatoria, legalmente, para acusar a un conductor de un accidente de tráfico, ni para sancionarlo, las autoridades de cada país sí que podrán acceder a esa información. El objetivo de las cajas negras es aprender acerca de los accidentes de tráfico, saber por qué se han producido, para establecer nuevas medidas que contribuyan a la seguridad vial y analizar cómo están funcionando las medidas que se están llevando a cabo. Para desentrañar las causas de un accidente de tráfico y, por ejemplo, si un conductor excedía los límites de velocidad, seguirán siendo necesarias las técnicas forenses, los atestados de tráfico.
¿Qué sabrán de ti las cajas negras?
El primer borrador técnico que regula el funcionamiento de las cajas negras establece, con mucha concreción, que estas sí deberán registrar la velocidad del vehículo. También apunta a que deberá registrarse el estado y la activación de los sistemas de seguridad, y cualquier otro elemento relevante de los sistemas de seguridad. Eso implica que las cajas negras indicarán si se activaron los airbags, y qué airbags se activaron, o si se activó el ABS, el control de estabilidad y tracción, o incluso los pretensores de los cinturones.
Insistimos en que las cajas negras no están pensadas para multar a los conductores, ni para culparles de un accidente de tráfico. Pero es evidente que el mero hecho de que un sistema esté registrando parámetros como nuestra velocidad ya será una razón de peso para condicionarnos. Por otro lado, la Unión Europea se reserva aún la posibilidad de definir con más detalle el funcionamiento de este y otros sistemas que se introducirán en 2022.
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