El estreno de la nueva generación del BMW Serie 5 no solo ha traído importantes novedades en tecnología, motores o infoentretenimiento, también lo ha hecho en diseño, abriendo de hecho un interesante debate. ¿Ha llegado el fin de las parrillas XXL a BMW? La cuestión está sobre la mesa de diseño de BMW desde hace tiempo, sin embargo pese al ruido generado sobre este recurso estilístico, lo cierto es que BMW vende más coches nunca, demostrando así que su apuesta es tan controvertia como exitosa.
No es la primera vez, ni seguramente será la última, que BMW se pronuncia al respecto sobre su radical cambio de rumbo en diseño visto en los últimos años, amén de su recurso estilístico más llamativo y polémico en forma de parrillas – o riñones – extra grandes. Este departamento de diseño dirigido por Adrian van Hooydonk, discípulo del igual de polémico Chris Bangle, ha defendido hasta la saciedad el golpe de timón dado en una marca que necesitaba refrescar su imagen, además de atraer a nuevos clientes.
BMW Serie 5
Y polémicas puristas a parte, lo cierto es que la estrategia de BMW ha funcionado, encontrándonos con una BMW que vende más coches que nunca a nivel global (2,1 millones en 2022), consiguiendo además el objetivo principal de atraer a nuevos clientes con una imagen de marca cargada de personalidad. Pero la llegada de un nuevo Serie 5 con un diseño muy moderno, pero al mismo tiempo con ciertos detalles como las parrillas mucho más comedidos, han valido para despertar los rumores sobre un cambio de estrategia en el fabricante alemán.
Adrian van Hooydonk, a través de una reciente entrevista concedida a Top Gear, explicó claramente qué es lo que está pasando. En primer lugar subrayó que su departamento no es ajeno a todo cuanto se dice sobre la nueva era de diseño de BMW, admitiendo aún así que esta apuesta no ha sido deliberada en ningún caso. Pero el Serie 5 demuestra un cambio de rumbo muy claro con respecto a modelos como el Serie 7, estilizando bastante más su frontal y empleando riñones bastante más reducidos, aunque también muy protagonistas.
En realidad, lo que ha hecho BMW es seguir adelante con la estrategia que ya estaba establecida, una hoja de ruta en materia de diseño donde se contempla el uso de estéticas propias y específicas según el modelo. Por lo tanto, el Serie 5 no ha hecho otra cosa que replicar el mismo movimiento que ya vimos en el Serie 2 Coupé, apostando por una imagen claramente distinta a la del resto de modelos de la marca. Dicho de otro modo, mientras otras marcas emplean ese lenguaje estético que se adapta a cada carrocería para dar vida a casi que un juego de muñecas matrioskas, en BMW quieren seguir definiendo la estética de cada coche de forma individual, con rasgos de familia, pero dándole a cada modelo su propia identidad… y esto también tiene su repercusión en el diseño de los riñones.