En la era de los nómadas digitales y del encarecimiento del turismo, el concepto de “furgoneta camperizada” es tendencia. Se trata de un vehículo aliado para recorrer el mundo con mayor libertad y a un coste muy inferior al de sus alternativas. Eso sí, en función de su tamaño, algunas necesidades estarán poco o mal cubiertas, aunque los clientes de esta clase de productos ya cuentan con ello. ¡Compensan otras ventajas!
Varias empresas, conscientes de este popular fenómeno, ya están ofreciendo diseños de mobiliario prefabricado para esta especie de casas con ruedas. Una de ellas es de origen español y se llama VanCubic. En esencia, su ventaja competitiva consiste en la venta de módulos adaptados a distintos modelos de furgoneta (medianas o grandes) que se equipan en un máximo de una hora y no requieren ninguna homologación.
Una idea sencilla y original a un precio que, aunque relativamente alto, parece justo
VanCubic, con sede en Galicia, presenta un sistema modular adaptado a todos los fabricantes de este tipo de vehículos, siempre y cuando sean L2H2 o superiores (por ahora, no trabajan con furgonetas ligeras como la Peugeot Rifter o la Volkswagen Caddy). Su promesa es simple, pero valiosa: transformar una herramienta profesional en una autocaravana en 60 minutos y sin tener que dar explicaciones a ITV ni DGT.
La oferta de esta joven compañía queda compuesta por tres configuraciones que se pueden adquirir desde 15.990 euros. Se denominan Aventura, Love y Premium. A cambio de ese dinero no sólo se obtiene una completa reforma de lo que antes era un mero medio de transporte de mercancía, sino que también se recibe mucha calidad y un conjunto de soluciones tan abundantes como inteligentes en cuanto a la optimización del espacio.
Limitado o en miniatura, tendrás todo lo necesario en menos de 4 metros cuadrados
Los módulos, que son reversibles (se pueden desmontar rápida y fácilmente), miden 1,40 metros de largo por 1,30 de ancho y 1,40 de alto, si bien una vez colocados en el interior del vehículo se expanden para ocupar todo su volumen. Ambos llevan un buen aislamiento térmico y emplean la energía de una batería portátil que se puede recargar con una toma de 12 voltios, un enchufe convencional o placas solares sobre el techo.
El primero, que hace de salón y dormitorio a la vez, tiene una cama plegable de 1,90 por 1,20 metros con posibilidad de acoplar una auxiliar, más pequeña, a modo de litera. El segundo, que cuenta con la cocina y el aseo en el mismo espacio, se apoya en cuatro depósitos de agua y un sistema de desagüe. En cualquiera de los dos casos, se conceden personalizaciones y dotaciones extra con sobrecoste sobre el precio de base.
Pero, ¿cómo es posible que no haya que homologar una instalación tan relevante?
Según explica la startup en cuestión, no se precisa homologación alguna porque los bloques modulares reposan sobre la caja de la furgoneta y quedan sujetos a su estructura mediante eslingas de uso legal, es decir, sin anclajes fijos adicionales que se entiendan como reformas de importancia. A efectos de la normativa vigente, esta instalación se considera una carga y no una mejora, restauración o transformación.
Además, el peso de todo el conjunto, ya montado, nunca supera los 700 kg, masa que puede admitir sin problemas cualquier Ford Transit, FIAT Ducato u otra L2H2. Esto convierte a tales vehículos en alojamientos rodantes bastante ligeros y cuya renovación puede amortizarse en muy poco tiempo si se viaja con asiduidad o, especialmente, si se hace acompañado. ¿Se te ocurre algo mejor en lo que invertir para tu esparcimiento?