Recientemente, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) ha estudiado la operatividad de los puntos de recarga para coches eléctricos en nuestro país. Según su último informe sobre movilidad eléctrica, los datos de su pesquisa son preocupantes y suponen un grave problema para la transición energética que nuestros políticos, nacionales y europeos, están obligando a adoptar, tanto a la industria como a los consumidores.
¡Uno de cada cuatro cargadores públicos no funciona!
Averiados o sencillamente apagados en vista de su falta de uso o de mantenimiento, un 26% de esta clase de terminales está fuera de servicio, con el menoscabo que supone para los conductores que ya se han atrevido a dar el paso a la electromovilidad. Lo han hecho, además, en un país a la cola de Europa en infraestructuras de recarga pública para vehículos con este sistema de propulsión y con una renta per cápita que dificulta la adquisición de productos relativamente más caros, lo cual es doblemente meritorio.
Concretamente, ANFAC habla de un total de casi 9.000 dispositivos de carga para BEV, independientemente de su potencia de salida y su tipo de corriente, que no están en funcionamiento pese a indicarse ocasionalmente como operativos a través de diversos mapas y aplicaciones. Los motivos suelen ser muy distintos, aunque en la mayoría de casos se podría decir que hay desidia por parte de quienes han de revisarlos y conservarlos en buen estado.
En España se instalan menos de 1.000 cargadores rápidos al mes
Durante el tercer trimestre de 2023, la asociación en cuestión asegura que en nuestras ciudades y carreteras se han instalado más de 2.400 puntos de recarga públicos con entre 50 y 150 kW (CC). Teniendo en cuenta que el número total de cargadores en la red viaria española supera por poco los 25.000, cualquiera diría que se trata de un gran avance. Sin embargo, 800 nuevos puestos de «alta» potencia cada 30 días es un ritmo insuficiente y para nada acompasado con la evolución del parque móvil en este sentido.
Y es que, si bien el mercado de los coches 100% eléctricos crece muy lentamente, el progreso de la infraestructura necesaria para su desarrollo con garantías es todavía más parsimonioso, lo cual sorprende sabiendo la presión a la que son sometidos los fabricantes y los usuarios, fruto de una serie de intereses económicos y geopolíticos que, normalmente, se camuflan con trajes de sostenibilidad. Lo cierto es que España, hoy en día, continúa de manera lastimosa muy por detrás de la media continental en materia de electromovilidad.
Dentro del territorio nacional, Castilla-La Mancha, Canarias, Madrid y Navarra son las comunidades autónomas que más rápido han incrementado su dotación de cargadores entre julio y septiembre (ambos meses inclusive). No obstante, a efectos prácticos, la capital de España y el área metropolitana de Barcelona son las mejores regiones del país para hacer uso de un automóvil con esta tecnología, incipiente pero prometedora si se acompaña de más facilidades.