En España cuando una persona se saca el carnet de conducir puede ponerse al volante de cualquier turismo, independientemente de lo potente que sea. En Australia era así… hasta ahora: parte de los conductores australianos que quieran disfrutar de los modelos más prestacionales podrían necesitar un permiso especial que demuestre que son capaces de controlarlos.
Tal y como informa ABC News, la iniciativa surge en Australia del Sur, uno de los estados que forma parte de Australia: Peter Malinauskas, el primer ministro de esta región, ha desvelado que quiere reformar el sistema de licencias del territorio que gobierna. Unos cambios que han puesto el foco en los vehículos de alta potencia.
Más medidas
Todavía deben detallar los planes que tienen para dar forma a ese esquema de carnets de conducir por niveles, pero todo apunta a que los conductores deberán demostrar una capacitación específica así como reunir otros requisitos semejantes a los que exigen a los conductores de motocicletas y camiones.
A esta licencia concreta se sumarían otras medidas como la prohibición (hasta que se resuelva su caso) de tener un permiso si están involucrados en siniestros mortales, la prohibición de desactivar el control de tracción en vehículos de gran potencia y la introducción de un nuevo tipo de delito.
Las actuales restricciones
El Gobierno de Australia del Sur ya ha puesto en marcha todos los mecanismos necesarios para redactar la nueva legislación, que espera recibir el apoyo del Parlamento. Están trabajando, también, con la Policía y la oficina del Fiscal General en los cambios propuestos para la Ley de Consolidación del Derecho Penal en relación con un fallecimiento causado por un comportamiento incorrecto del conductor. El objetivo es presentar la nueva ley a finales de este año.
Hasta ahora, los conductores australianos pueden conducir cualquier automóvil salvo en determinados casos. Los noveles cuentan con la ‘P1’, una licencia provisional que les restringe el acceso a vehículos de alto rendimiento. Esta prohibición les impide conducir coches con ocho cilindros o turbocompresores fabricados antes de 2010: a partir de esta fecha, las limitaciones se establecen en función de una relación potencia-peso de no más de 130 kW por tonelada.
El motivo
La medida está impulsada por el fallecimiento de una adolescente en 2019: Sophie tenía quince años cuando fue atropellada por un Lamborghini Huracán mientras estaba en una acera. El conductor, Alexander Campbell, se declaró culpable y confesó que no estaba conduciendo correctamente: sin embargo, no hace mucho, fue absuelto por la justicia australiana.