El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha inaugurado esta semana la reformada «carretera de La Montaña», cerca de Torrelavega. La inauguración de la reformada N-634a entre Torrelavega y Las Presillas no sería una noticia, si Revilla no hubiese propuesto convertirla en un tramo cerrado para que los aficionados al motor puedan «darse un homenaje». Unas declaraciones que nos han sorprendido y que buscarían dar solución a las históricas demandas de miles de aficionados al motor y los rallyes. Ahora bien, ¿realmente se va a crear un tramo cerrado en Cantabria?
Revilla ha inaugurado la recién reformada carretera N-634, un tramo conocido como «Carretera de La Montaña», cuyo firme ha sido reconstruido. Entre las mejoras, nuevos canales de drenaje y señalización. Unas obras con un presupuesto superior a los 600.000 euros, necesarios para poner al día un tramo destrozado por el desgaste y las inclemencias meteorológicas del norte. En su inauguración, un acto muy político, Revilla ha expresado su intención de convertirla en un circuito para aficionados a los rallyes y al motor. ¿Cómo? Cerrándola al tráfico.
La carretera se cerraría al tráfico general algunos sábados de cada mes, durante tres horas. El objetivo, en sus propias palabras, que los aficionados puedan «pegar unos acelerones a los coches con moderación», en un tramo que «todos los automovilistas consideran como un clásico». Su idea es dinamizar el turismo de la zona de Torrelavega, una de las zonas de Cantabria que más ha sufrido los efectos de la reconversión industrial. Revilla insiste en que no tiene claro que su idea pueda salir adelante, así que tomémosla con una pizca de sal… generosa.
La foto es Nürburgring, técnicamente una carretera de peaje sin límite de velocidad.
El tramo cerrado se convertiría en un circuito no competitivo, para ser usado «de forma responsable», según el dirigente. No se han dado más detalles al respecto, pero nos vienen a la cabeza carreteras de peaje creadas para disfrutar de los coches, como la Hakone Turnpike japonesa o algunas carreteras de los Alpes, salvando las diferencias. La puesta en marcha de un proyecto así, como aficionados al motor, nos emociona. No obstante, hay muchas implicaciones a tener en cuenta, que pueden impedir el desarrollo práctico de esta curiosa idea.
Algunas de estas implicaciones tienen que ver con las medidas de seguridad necesarias, además del respeto a las normas de circulación. ¿Se convierte el tramo en una carretera sin límite de velocidad? Aunque no sea un tramo destinado a la competición, surgen dudas acerca de la posible cobertura de los daños personales y materiales de los participantes en caso de accidente – los seguros no suelen cubrir siniestros en circuito y todos excluyen su cobertura en eventos competitivos. ¿Se reforzarán los guardarraíles? ¿Habrá una ambulancia presente en todo momento?
Tampoco podemos olvidar que el acceso a la carretera de los vecinos quedaría impedido durante tres horas, varios sábados de cada mes – y tendrían que tener una alternativa viable. Todas estas consideraciones se solucionarían con un circuito permanente en la zona norte de España, una histórica demanda de motociclistas y automovilistas. Por el momento, seguiremos atentos a este tramo de montaña cerrado al tráfico, y si estas declaraciones de Revilla se traducen en hechos reales – o son simplemente un globo sonda de corte político.
Fuente: eldiario.es