La última campaña de vigilancia de la DGT en el pasado fin de semana se ha saldado con dos motoristas acusados de un delito contra la seguridad vial. En cualquier caso, las infracciones cometidas, y las sanciones a las que se enfrentarán los responsables, son irrelevantes si entendemos el verdadero problema que existe detrás y por qué la Dirección General de Tráfico está tan preocupada en esta desescalada.
La última «cazada» de la DGT: a 144 y 191 km/h
La Dirección General de Tráfico anunciaba que este fin de semana había interceptado a dos motoristas, circulando a 144 y 191 km/h, en tramos limitados a 50 y 70 km/h, respectivamente. Sucedió en la carretera E-22, cerca de Cartagena, en un tramos considerado de «alta siniestralidad». De hecho, la DGT no solo ha señalizado el tramo por su peligrosidad, sino también advirtiendo de la presencia habitual de radares móviles, entre los puntos kilométricos 0 y 19,2 en ambos sentidos.
Recordemos que, en vías interurbanas, superar los 130 km/h en un tramo limitado a 50 km/h y los 150 km/h en un tramo limitado a 70 km/h, implica que el exceso de velocidad sea considerado delito. Las sanciones a las que pueden enfrentarse los responsables de estas infracciones incluyen pena de prisión, de 3 a 6 meses, multa de 6 a 12 meses, o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, así como privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores entre uno y cuatro años.
Vídeo en el que la DGT nos muestra cómo vigilan las carreteras convencionales, con especial atención en los motoristas, empleando los drones de Tráfico.
Los objetivos de la DGT en la desescalada
La DGT ha mostrado su preocupación por la seguridad de los motoristas durante la fase de desescalada, que desde el domingo daba paso a la denominada nueva normalidad que, sin duda, ha supuesto un incremento de los desplazamientos en carretera. A finales de mayo, la DGT advertía del repunte que se ha producido este año de los motoristas fallecidos, que en 2019 – en vías interurbanas y en las 24 horas tras el siniestro – se cobró 264 vidas, siendo el peor año según la serie estadística mantenida desde 2010.
Tráfico ha incrementado estos días la vigilancia de tramos frecuentados por motoristas, así como las vías convencionales. Desde hace años la DGT viene trabajando, de hecho, en el aumento de la vigilancia de las carreteras convencionales, por su mayor siniestralidad. De hecho, buena parte de los nuevos radares que se han instalado en el último año se han posicionado precisamente en carreteras convencionales.
Pero los motoristas, y las vías convencionales, no son las únicas preocupaciones de la DGT. Tráfico también ha mostrado su preocupación por el uso cada vez más extendido del teléfono móvil entre los conductores, de aplicaciones de mensajería como Whatsapp. De hecho, una de las reformas más importantes que la DGT pretende llevar a cabo en los próximos meses pretende endurecer las sanciones por utilizar el teléfono móvil al volante y hacer que supongan la detracción de hasta 6 puntos del carné.
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