El Bugatti EB110 es uno de esos superdeportivos injustamente olvidados por la historia. Fue uno de los coches más especiales de los años 90, un coche construido superando enormes retos tecnológicos, impulsado por la visión de Romano Artioli, un visionario y hombre de negocios italiano al que la fortuna no sonrió. La historia del Bugatti EB110 os la hemos contado con detalle en este artículo, pero en esta ocasión me gustaría hablaros de uno de los hitos del legendario superdeportivo italiano: fue el primer coche de producción en tener un chasis de fibra de carbono.
El desarrollo del Bugatti EB110 comenzó en 1987 con la fundación de una nueva Bugatti de capital italiano. Una Bugatti establecida en Campogaliano, muy cerca de las fábricas de Ferrari y Lamborghini. El coche debía estar listo para venderse en 1991, coincidiendo con el 110 aniversario del nacimiento de Ettore Bugatti. Su jefe de desarrollo Paolo Stanzani, tenía claro que debía ser el coche más avanzado jamás creado, y pronto comenzó a trabajar en un revolucionario motor V12 de baja cilindrada, sobrealimentado por nada menos que cuatro turbocompresores. Para su chasis, pensó inicialmente en el aluminio.
La Bugatti de los años 80 no escatimó una sola lira en seleccionar a los mejores proveedores, los mejores ingenieros y las mejores instalaciones productivas. Para la producción del chasis recurrió a una de las empresas europeas líderes en materiales avanzados: la francesa Aerospatiale. Antes de recurrir a la fibra de carbono, Bugatti quiso desarrollar un EB110 con chasis de aluminio. La solución era efectiva en cuanto a protección contra el óxido, pero Nicola Materazzi – que reemplazaba a Stanzani como jefe de proyecto tras una discusión con Artioli – tenía dudas sobre su rigidez.
Y fue entonces cuando contactó a Aerospatiale, una empresa del sector aeronáutico, para construir una «bañera» de fibra de carbono para el Bugatti EB110. Estamos hablando del año 1990. Hasta entonces sólo en la Fórmula 1 se había usado la fibra de carbono, con McLaren como pioneros absolutos. Cuando Aerospatiale entregó el primer chasis de fibra de carbono a Bugatti el peso del chasis era idéntico al chasis de aluminio previo (115 kilos), pero su rigidez torsional era dos veces superior. Su rigidez torsional era de 19.000 Nm/grado, una cifra hasta entonces desconocida en un coche de calle.
El chasis de fibra de carbono del Bugatti EB110 es lo que los anglosajones conocen como una «bañera». Un chasis al que se anclan los subchasis delanteros y traseros, y sobre el que se acoplaron los paneles de aluminio de la carrocería. El Bugatti EB110 fue presentado en sociedad en septiembre de 1991, casi un año antes que el McLaren F1, al que muchos atribuyen el primer chasis de fibra de carbono de la historia. El chasis del McLaren F1 era también un monocasco de fibra de carbono, pero sus paneles de carrocería eran también de fibra de carbono, al contrario que los del Bugatti.
Galería de fotos del Bugatti EB110 SS