China aún no da todo por perdido. Y busca ayuda en las instituciones multilaterales para disputar las medidas que desde la Unión Europea se están tomando para ralentizar la llegada de un aluvión de coches eléctricos chinos que, desde Europa, se vislumbra como una amenaza para la industria local.
China disputa los aranceles a sus coches eléctricos
Por si no fuera poco, China advierte también de las consecuencias que este tipo de decisiones podrían tener en sus relaciones con la Unión Europea, y también en «la cadena de suministro de vehículos eléctricos», muy dependiente de China, ya no solo por el volumen cada vez mayor de coches eléctricos ensamblados en China que desembarcan en Europa, sino también por los suministros de baterías y componentes que requieren los eléctricos fabricados en territorio comunitario.
«La sentencia provisional de la UE carece de fundamento fáctico y jurídico, viola gravemente las normas de la Organización Mundial del Comercio y socava la cooperación mundial para hacer frente al cambio climático», habría declarado un portavoz del Ministerio de Comercio de la República Popular China, que ha elevado la disputa a la Organización Mundial del Comercio, de la cual es miembro desde 2001.
La cadena de suministro de vehículos eléctricos
«Instamos a la UE a que corrija de inmediato su mala conducta y, juntos, salvaguardemos la cooperación económica y comercial entre China y la UE, así como la estabilidad de la cadena de suministro de vehículos eléctricos», decía este mismo portavoz de las instituciones chinas (Automotive News).
Este nuevo movimiento no escalatorio de China, para tratar de frenar los aranceles que la Unión Europea ha propuesto a sus fabricantes, en apariencia busca llegar a una solución consensuada, sin tener que recurrir a represalias recíprocas o escalatorias. Recordemos que China ya ha amenazado con llevar a cabo movimientos que podrían pasar por investigaciones y la imposición de aranceles, equiparables a los que se aplicarán sobre sus coches importados en Europa, en sectores con un peso importante para las exportaciones a China de los miembros de la Unión. Sectores como el porcino, en el caso de España, y la aviación y el vinícola, que podrían verse salpicados en esta suerte de guerra comercial que ha comenzado a librarse entre la Unión Europea y China.
Mientras tanto, en Estados Unidos se ha retrasado durante al menos dos semanas la aplicación de los aranceles, de hasta el 100% para los coches eléctricos chinos, anunciados en mayo por la Administración Biden (Automotive News).
