Desde Occidente, siempre habíamos visto a Rusia como aquel país que hacía las cosas diferentes o directamente al revés que el resto del mundo, antes de que estallase el desdichado conflicto a principios de 2022 (y técnicamente antes, según qué zonas de Ucrania). Mientras que en el mercado europeo la cuota de mercado de los coches chinos es aún casi anecdótica, allí están empezando a tomar la delantera, al menos en la cuota de eléctricos. Y lo más curioso es que está cogiendo fuerza una marca que ni tan siquiera tiene presencia oficial como tal en el país.
Tras irse las marcas occidentales, las marcas chinas acaparan el sector de coches eléctricos en Rusia
Y es que, en el vacío que dejaron todas las marcas occidentales al marcharse de allí una vez empezó el conflicto, ese hueco ha sido llenado por los fabricantes de coches eléctricos procedentes de China. Desde mayo de 2023 a abril de 2024 se han vendido más de 20.500 nuevos vehículos eléctricos, un ascenso del 350% con respecto a los doce meses anteriores de los cuales más de la mitad de esas ventas son de modelos chinos y más eléctricos que en toda la década anterior.
Seguimos hablando de una cantidad reducida teniendo en cuenta que se han vendido 1,28 millones de vehículos en el país en ese periodo, limitado en buena parte por factores como el nivel económico medio del país como de la poco desarrollada red de infraestructura de recarga eléctrica, algo lógico teniendo en cuenta las dimensiones de un país. Un país que, además, ha dependido mucho tanto de su petróleo como de su gas natural. Dicho de otro modo: aproximadamente uno de cada 500 coches en Rusia es eléctrico.
ZEEKR, empresa parte del mismo Geely que controla Volvo, Polestar, Lotus, parte de Mercedes y, junto a esta, la actual Smart como joint-venture, es la empresa líder en vehículos eléctricos vendidos en Rusia. De esos 20.500 nuevos coches más de 8.000 son modelos de ZEEKR, destacándose sobre todo el SUV compacto ZEEKR X que se vende por unos 4 millones de rublos (41.800 euros según cambio de divisas). Se trata de un modelo premium para aquellos compradores por encima de la media a nivel económico, aquellos que se pueden permitir tener un cargador doméstico para cargar el coche en su domicilio.
Ahora bien, esas unidades se han importado de manera no oficial, de modo que no pueden ofrecer servicios de mantenimiento, garantía o soporte remoto como lo harían por ejemplo en China. Según una encuesta, y pese a estos problemas de servicio del fabricante, en estos momentos el 53,1 de los rusos están dispuestos a comprarse un coche procedente de China, cuando en 2017 el porcentaje era de tan solo un 6,4% (Reuters).
Evolute y la recuperada Moskvich, principales alternativas locales al asalto chino
ZEEKR está triunfando pese a que en Rusia también se fabrican coches eléctricos y a menor precio. Existe el Evolute i-Space así como el Moskvich 3e (recuperando un nombre conocido de la era soviética), ambos rondando los 3 millones de rublos (31.135 euros). Evolute sólo ha conseguido 2.000 ventas mientras que tan sólo se han vendido unos 1.000 Moskvich eléctricos en los últimos doce meses.
