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Este Citroën 2CV fabricado por Chrysler está hecho enteramente de plástico y su maletero es una simple lona

Imagina coger un chasis de plástico, ponerle carrocería de plástico, techo de lona y un motor ridículamente pequeño de 2 cilindros. ¡Esta es la historia de cómo Chrysler replicó el mítico 2CV dando a luz al Chrysler CCV!

Replicando la fórmula ganadora

A todos nos encanta el 2CV, incluido Chrysler, que decidió replicar su fórmula unos pocos años después de que el último «Doscaballos» abandonara la fábrica. ¿Cuál era esa fórmula? La de un coche versátil, económico y de bajo consumo.

Ni cortos ni perezosos, los de Chrysler presentaron el CCV en 1997. Su similitud con aquella «pelotilla» francesa eran obvias, solo que sus materiales y diseño final eran más «modernos», por decirlo de alguna manera. Te los especifico a continuación.

El nombre de Chrysler CCV se refiere a Composite Concept Vehicle. Es decir, un prototipo hecho de materiales sintéticos mezclados formado un compuesto comúnmente denominado plástico

Chasis pelado del Chrysler CCV, mostrando su estructura interna.

Características Chrysler CCV, un Citroën 2CV a la americana

Lo más llamativo es su carrocería/chasis hecha íntegramente de material plástico y que solo pesa 95kg. El techo es de lona y se alarga hasta la zaga haciendo las veces de maletero, como ocurría con los primeros 2CV. Puedes verlo en las fotos de la galería cortesía del Museo de Arte Moderno de Nueva York, Car Design Archives, Citroënët y Chrysler.

El peso total queda contenido en 544kg, también similar al 2CV. Para mover todo ese plástico, el CCV cuenta con un motor de 0.8 litros de 2 cilindros en V refrigerados por aire que desarrolla unos endiablados 25cv (nótese el tono de humor). Esta unidad de potencia la produjo la empresa Briggs & Stratton y, según se dice, tanto sonido como prestaciones eran equiparables al famoso Citroën.

Para entender el por qué de este vehículo, hay que mencionar que su destino final era el de cubrir mercados emergentes. Esto son los países donde sus economías se encuentran en fase de desarrollo y crecimiento. En estos lugares, tener un coche es algo solo posible para la clase alta y, en su lugar, la gente se mueve en 2 ruedas.

Chrysler logró un proceso de fabricación tan simple, que se dice que producir un CCV llevaría solo un tercio del tiempo empleado para un vehículo tradicional

Vista lateral y frontal del Chrysler CCV, un concept car atractivo y futurista.

El nuevo Citroën 2CV hecho por Chrysler no cuajó

Los resultados de los test de choque impidieron su venta en Estados Unidos, por lo que este «chiquitín» debía funcionar en los mencionados países emergentes sí o sí. ¿Podría la fórmula de postguerra que usó el 2CV funcionar para sustituir a la motocicleta en estos lugares?

El CCV suscitó un enorme interés en China. Estos solicitaban conocer la tecnología de fabricación y modelado de la carrocería plástica, pero Chrysler decidió no compartirla, haciendo que la puerta del gigante asiático se cerrara.

Smart también se interesó en el curioso CCV, pero de igual manera, tampoco se llegó a un consenso. Según parece, estos intentos fallidos y el no poder venderse en Estados Unidos, determinó el abandono del proyecto para 1998. ¿Crees que se habría convertido en un éxito si hubieran compartido sus secretos?

Fabricar la carrocería equivalía a utilizar 2000 botellas de plástico. Todo era fácil de montar y de reparar. El por entonces vicepresidente ejecutivo de Chrysler dijo que el CCV era tan sencillo de ensamblar como un juguete

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Martín Jemes

Amante del mundo del motor y cinéfilo, nada le gusta más que contar una gran historia. Seguir leyendo...

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