El invierno no es la mejor estación para los coches eléctricos porque las bajas temperaturas se convierten en un doble enemigo: no sólo juegan en contra de su autonomía, también obligan a poner en marcha los sistemas de climatización dando más trabajo a las baterías. La solución para este problema estaría en el propio vehículo y, más concretamente, en su sistema de seguridad más efectivo: los cinturones.
Esta es la fórmula que plantea ZF, la empresa alemana conocida por cajas de cambios automáticas y, también, por dar forma a otros tantos componentes para los fabricantes de vehículos. Partiendo del concepto que ya hemos visto en asientos y volantes, propone añadir cinturones de seguridad calefactables al equipamiento de los coches eléctricos para minimizar el impacto que tiene el sistema de climatización en la batería.
La autonomía, a salvo
La idea de ZF es dar al conductor y a sus acompañantes una fuente de calor cercana a su cuerpo porque entienden que es la manera más eficiente de calentar a un ser humano: más, al menos, que mantener todo un habitáculo a una temperatura concreta distribuyendo aire caliente a través de los aireadores.
ZF sugiere usar los cinturones calefactables junto a asientos de este tipo: con este sistema, la calefacción no tendrá que generar tanto calor y esto es particularmente importante en un coche eléctrico. A diferencia de uno térmico, no puede aprovechar la energía térmica que se desprende de la puesta en marcha del motor del coche: la extrae de la batería. Con esta tecnología, según ZF, la autonomía podría incrementarse en un 15%.
Lo cierto es que no es la primera vez que crean un concepto de este tipo: Ford presentó una patente para un producto similar en 2018 y Mercedes instaló cinturones de seguridad con calefacción en el Mercedes ESF, aquel vehículo experimental que era un laboratorio de seguridad sobre ruedas.
Más seguros, incluso
Los cinturones calefactables de ZF son tan simples como interesantes: están compuestos de pequeños conductores de calor integrados en la estructura del tejido como si fueran hilos. Esto permite que el grosor del sistema de seguridad sea el mismo y da la posibilidad de calentar el cuerpo del conductor y sus acompañantes de manera uniforme. Se pueden activar cuando el coche empieza a moverse y no comprometen la seguridad de los pasajeros. Es más, ZF reconoce que sus cinturones tienen una ventaja: con ellos nadie querrá subirse al coche usando el abrigo.
Los cinturones calefactables están listos para integrarse en la producción en serie de un vehículo y su tecnología está lista para funcionar: queda por saber si algún fabricante está interesado o no en adoptarla.