Los motoristas son uno de los colectivos más vulnerables en la carretera y deberían estar en el centro de cualquier estrategia de seguridad vial, como parecen estarlo para la Dirección General de Tráfico. En cualquier caso, los motociclistas siguen reclamando medidas destinadas a su protección, o a evitar elementos que, como las estructuras de los guardarraíles, provoquen graves lesiones en caso de sufrir un accidente.
Poniendo el foco en la seguridad del motorista
Las cifras no pueden ser más dramáticas.
Según la Dirección General de Tráfico este verano fallecieron 72 motoristas en carretera – la cifra más alta de la última década – de los cuales 54 circulaban por vías de la red secundaria, 19 por una colisión frontal y 18 por una colisión lateral o frontolateral.
Una nueva señal de tráfico, círculos en carretera
Los adelantamientos y las curvas se encuentran entre las situaciones y escenarios que, por desgracia, se saldan con los accidentes más graves para los motoristas. De ahí que surjan iniciativas como la que nos ocupa.
Unos círculos en la carretera, junto a la línea de división entre carriles en sentidos opuestos. Una nueva señal de tráfico y una acción sencilla que sus promotores defienden ayuda a mejorar la seguridad vial. O al menos así lo habría demostrado, en una prueba piloto que se ha llevado a cabo en el Tiro austriaco, donde según la Kuratorium für Verkehrssicherheit (KFV), su Dirección General de Tráfico, se habría identificado un descenso de la siniestralidad significativo.
Personalmente considero que es oportuno valorar que pudieran haber influido otros factores. En cualquier caso, la KFV apunta que durante la evaluación de este proyecto en 60 tramos seleccionados por su peligrosidad, que se llevó a cabo 2021, los accidentes descendieron en un 80% respecto a los que se producían anualmente en el período entre 2012 y 2018, aseverando incluso que esta solución podría evitar cuatro de cada cinco accidentes.
¿Qué significan los círculos en la carretera?
El objetivo de los círculos en la carretera es delimitar la trazada adecuada para los motoristas. Por supuesto que no la trazada deportiva más óptima, sino la que minimiza el riesgo de chocar con otros vehículos que circulen de frente, manteniendo una distancia de seguridad mayor con el carril en sentido opuesto.
Las marcas dibujadas sobre el suelo en forma de circunferencia, que por supuesto emplean pinturas antideslizantes, propician que el motorista circule por el área no dibujado, alejándose del sentido contrario. Con esto se reduciría el riesgo de colisionar con un vehículo en sentido contrario.
Existen pocas zonas más apropiadas para probar estas marcas viales que las sinuosas carreteras del Tirol. En España muchas carreteras serían candidatas para incorporar una señalización similar, aunque de momento no está previsto. De hecho, y como apreciación personal, sería deseable que las inversiones dedicadas a la seguridad vial en estas carreteras prioricen la sustitución de los antiguos guardarraíles por otros más modernos y con soluciones de protección para los motoristas.