No será la primera, ni la última vez, que una marca de coches se proponga el cometido de transformar la movilidad urbana con un vehículo de cuatro ruedas que no es un coche propiamente dicho.
Han pasado más de diez años desde que quien escribe estas líneas probase en la isla de Ibiza un vehículo que se las prometía felices. El Renault Twizy quería ser una solución de movilidad urbana innovadora. Hoy en día tengo muy claro que, de alguna forma, el Renault Twizy fue un adelantado a su tiempo. Un vehículo que trató de dar una nueva visión al concepto de microcar, o coche de carné, y que hoy en día tendría mucho más sentido al amparo de toda una suerte de servicios de coche compartido que han comenzado a prosperar en algunas grandes ciudades. Sin ir más lejos, Renault fue la impulsora de uno de los servicios que opera en Madrid, Zity, y en el que un vehículo como el Zity podría ser una solución más que interesante.
Citroën Ami
La última en lanzarse a la piscina de la movilidad más urbana fue Citroën. Y hoy dispone de un vehículo como el Citroën AMI que, siendo más seguro que una scooter, y con cuatro ruedas, no es un coche propiamente dicho.
Un vehículo urbano más seguro que una scooter
El Citroën AMI es un vehículo de cuatro ruedas, minimalista, sencillo, y muy pequeño. El turismo más pequeño de la marca de los chevrones, el Citroën C3, mide 4 metros de longitud. El AMI solo 2,41 metros. No es un turismo propiamente dicho. Su homologación es la de un cuadriciclo ligero, lo que implica que pueda conducirse sin carnet de coche y desde los 15 años. Esa es su mayor ventaja y quizás también su única – o prácticamente única – razón de ser.
7.990 euros es el precio de partida del Citroën AMI. Un precio inferior al de cualquier coche, pero elevado si tenemos en cuenta que está mucho más limitado que un turismo y que, por ese precio, podemos acceder a automóviles mucho más versátiles en el mercado de ocasión. Tan solo lo recomendaríamos para casos muy puntuales, de usuarios que busquen una solución urbana segura, y relativamente cómoda.
7.990 euros es su precio al contado y puede beneficiarse de hasta 1.600 euros de ayuda del Plan MOVES. Citroën también propone su financiación, con ese mismo precio (no hay descuentos adicionales), en 48 cuotas mensuales de 60,81 euros, con una entrada de 2.657 euros y con un TIN: 10,15% y TAE: 12,03% que hacen que al final del crédito hayamos pagado 10.299 euros.
El Citroën AMI es eléctrico y dispone de unas baterías de muy poca capacidad, de 5,4 kWh, inferior incluso a la de coches híbridos enchufables. Su velocidad máxima es de 45 km/h, lo que impide su utilización fuera de la ciudad. Pero su autonomía es más que suficiente para la ciudad, llegando a los 75 kilómetros.
El Citroën AMI mejoró la receta del Renault Twizy con una carrocería cerrada pero, a diferencia de este último, no dispone de una versión de mayor potencia y velocidad punta, lo que sin duda hubiera amplificado sus posibilidades.
Lo que sí ha conseguido el Citroën AMI es ser útil para una de las funciones que bien podrían haber hecho del Renault Twizy un éxito y que, sin duda, son la razón por la que creemos que fue un adelantado a su tiempo. El Citroën AMI es uno de los «coches» compartidos con los que está operando la compañía de movilidad Free2Move de Stellantis en Madrid.