Los precios de los coches nuevos se han puesto por las nubes. Pero si eres de los que piensa que en 2024 es imposible estrenar coche por menos de 15.000 euros, te va a alegrar que te quite la razón. El Citroën C3 de cuarta generación quiere demostrarte que aun existen los coches buenos, bonitos y baratos. Arranca en menos de 15.000 euros con un motor de gasolina de 100 CV, y nuestra labor en esta primera toma de contacto es comprobar qué nos ofrece un utilitario barato en pleno año 2024 – y si está a la altura de lo exigible.
Diseño y posicionamiento
Antes era un utilitario tradicional de cinco puertas, pero el Citroën C3 se ha convertido en un pequeño crossover. Incluso podríamos decir que ahora es un pequeño SUV. Puedes llamarlo como quieras, pero la realidad es que su longitud apenas varía (crece 2 cm) con respecto a su predecesor, con 4,02 metros de largo. Donde sí hay un gran crecimiento es en altura, creciendo nada menos que 10 cm hasta los 1,58 metros. Veremos más tarde cómo se traduce todo esto en sus dimensiones y cotas interiores.
Citroën C3 y ë-C3
Fotos del Citroën C3 2024
Visualmente es un coche bastante pintón, y estrena los nuevos códigos de diseño anticipados en el prototipo neoretro Citroën OLI. El frontal está bastante recargado, con muchas parrillas, un gran emblema y unos faros con una firma LED bastante peculiar. En su perfil lateral se nota claramente su altura, aunque con carrocería bitono su silueta se aligera. Monta llantas de hasta 17 pulgadas y si pasamos a su zaga encontramos protecciones todoterreno de AliExpress, un voladizo casi inexistente y una pequeña ventanilla.
Los gustos son subjetivos, pero para algunos, podría entrar en la definición de bonito. O como mínimo, atractivo.
Analizando el interior del Citroën C3 2024
El interior del Citroën C3 es completamente nuevo. De entrada se percibe como sencillo y minimalista, sin florituras y muy funcional. Llama la atención el diseño del salpicadero, con una «balda» que lo atraviesa de lado a lado, una pantalla central y una escueta instrumentación digital – o más bien, un Head-Up Display – delante del conductor. El volante es ovalado para no bloquear la visión de la instrumentación. Los asientos son cómodos y el volante tiene un buen rango de ajuste. Con mis 1,83 metros, me queda a una altura satisfactoria.
Me gusta la presencia de mandos físicos para la climatización y en el volante, y la presencia de muchos huecos portaobjetos. Las calidades son modestas: todo el habitáculo está construido con plásticos duros, y solo una pequeña zona de las puertas y la parte central del salpicadero están revestidos con material textil. Los ajustes son en general correctos y el interior se siente sólido. Su calidad es suficiente para un vehículo de sus ambiciones y diría que en este punto es comparable a la de un Dacia Sandero. No te impresionará.
A nivel tecnológico, el Citroën C3 ofrece una instrumentación digital mostrada al conductor en la parte superior del salpicadero. Presenta información muy básica pero suficiente, como la velocidad o datos del ordenador de a bordo. Curiosamente, carece de cuentavueltas. La pantalla del sistema de infotainment tiene 10,25″, es fluida y se siente de buena calidad, además de ser compatible con Apple CarPlay y Android Auto. En las versiones básicas se reemplaza por un cómodo soporte para teléfonos móviles, que conectaremos al coche vía Bluetooth.
El acceso a las plazas traseras me ha parecido muy correcto. El ángulo de apertura de las puertas es grande, al igual que el espacio que dejan. El espacio es amplio en todas las cotas en las plazas laterales, aptas para adultos de hasta 1,90 metros. La plaza central es estrecha y hay un túnel central relativamente marcado. En la versión eléctrica el espacio para los pies es bastante menor: la batería ocupa espacio bajo el habitáculo y nos obliga a viajar con las piernas más flexionadas. En este aspecto, la versión térmica es bastante superior.
El maletero del Citroën C3 cubica 310 litros. Es un volumen en la media del segmento, sin ser ni mucho menos el más grande. La boca de carga queda a una altura relativamente alta y es relativamente estrecha, algo que dificultará cargar y descargar bultos pesados. Además, hay un salto importante entre la boca de carga y el piso de carga. El diseño del coche, en este caso, es el que condiciona el acceso al maletero. Eso sí, el volumen de carga es idéntico tenga motor térmico, o motor eléctrico.
Al volante del Citroën C3 2024
La versión que hemos probado más en profundidad equipa el motor 1.2 PureTech de gasolina, con 100 CV, pero antes de analizar en detalle sus características dinámicas, hagamos un breve repaso a su gama de motores. En su lanzamiento, el C3 estará disponible con este motor de gasolina, con 100 CV, cambio manual y tracción delantera, y en una versión 100% eléctrica llamada Citroën ë-C3. Es una gama muy sencilla, que a final de año será ampliada con una versión híbrida de la que os hablaremos un poco más tarde.
Al volante, la primera sensación que me viene a la cabeza es de tranquilidad. La tranquilidad de lo sencillo. Este es un coche que no trata de esconder su carácter asequible, que no tiene que presumir de aspiraciones premium. Es honesto, simple y práctico: no tiene un aislamiento sensacional, pero sí suspensiones excepcionalmente cómodas y una muy buena visibilidad en todas direcciones – algo, por desgracia, muy poco frecuente a día de hoy. Además, tiene un cambio manual conectado a un motor de gasolina sin hibridación.
El motor que estamos probando desarrolla 205 Nm de par motor máximo, y gracias a un peso apenas superior a los 1.200 kilos, permite al Citroën C3 acelerar hasta los 100 km/h en 10,6 segundos, logrando una velocidad punta de 183 km/h. Este propulsor homologa un consumo medio de 5,6 l/100 km. Es un dato bueno pero tampoco excepcional. La mala noticia es que al emitir 126 g/km de CO2, tiene que pagar el 4,75% de Impuesto de Matriculación.
A finales de 2024 llegará una versión híbrida de 48 voltios del Citroën C3, y esa no debería pagar Impuesto de Matriculación. Monta el mismo motor, el renovado 1.2 PureTech de 100 CV con cadena de distribución, pero apoyado por un motor de 23 CV. Esta versión solo se podrá comprar con una caja de cambios automática de doble embrague. El motor eléctrico podrá mover por sí solo al coche durante un 50% del tiempo en un ciclo urbano. Técnicamente no es un híbrido ligero, si no un full-hybrid, aunque con una máquina eléctrica poco potente.
El propulsor de gasolina que estamos probando tiene fuerza más que suficiente para otorgar prestaciones correctas a este coche, tanto en ciudad como fuera de ella. Tiene un buen empuje y se estira más de lo que parece, aunque no tenga el sonido más bonito. El cambio de seis relaciones está bien escalonado y tiene el típico tacto Citroën: algo blando y algo impreciso en sus recorridos de palanca. Pero probamos tan pocos coches manuales últimamente, que cambiar de marchas por mi mismo resulta refrescante.
En esta ruta ha logrado un consumo de unos 6,3 l/100 km. Es un consumo en condiciones favorables, pero poco extrapolables a las que alcanzamos en nuestros recorridos de prueba habituales, y deben tomarse solo como una referencia – el dato de consumo homologado es 0,7 l/100 km inferior. Entre otros motivos, es posible gracias al peso de 1.200 kilos de este utilitario. Este peso contenido permite que incluso con una suspensión de tarado confortable, logremos un buen paso por curva y el coche se sienta ágil, dispuesto a cambiar con facilidad de dirección.
Breve prueba del Citroën ë-C3
El Citroën ë-C3 monta un motor eléctrico delantero de 113 CV, asociado a una batería de 44 kWh y química LFP (ferrofosfato de litio). Esta batería le permite una autonomía WLTP de hasta 326 km. Pesa poco menos de 1.500 kilos y responde de forma contundente al acelerador, al menos hasta unos 70 u 80 km/h, ya que en verdad, su 0 a 100 km/h es 0,8 segundos más lento que la versión de gasolina. La mecánica eléctrica, sin cambio de marchas, silenciosa y refinada, me ha parecido la mejor opción para el tráfico urbano – siempre que tengamos dónde cargar el coche.
A la hora de cargar su batería, admite potencias de carga de hasta 100 kW en corriente continua – recuperando del 10 al 80% de carga en 26 minutos – y de hasta 11 kW en corriente alterna. Dinámicamente, aun siendo casi 300 kilos más pesado que su homólogo térmico, su orientación amable y tacto suave hace que ambos coches se sientan muy similares desde el asiento del conductor.
En pocas palabras
Honesto. Ese es el adjetivo que mejor le sienta al nuevo Citroën C3. No trata de impresionarte ni aparentar lo que no es. Es sencillo, práctico, eficiente y barato. No es ni mucho menos perfecto: es espartano, sus calidades son justas, su conducción no emociona y su versión básica se siente incluso barata. No obstante, cumple las condiciones que hacen a un utilitario un buen utilitario, y lo es a un precio que por fortuna, nos podemos permitir.
14.990 euros es el precio de la versión You de acceso de este utilitario, pero si queremos gozar de pantallas, llantas y algo más de equipamiento, tendremos que pagar 19.200 euros por el acabado Max. Su versión eléctrica arranca en 22.590 euros, y por supuesto, puede acogerse a los descuentos del Plan MOVES III – con achatarramiento, su precio podría quedarse claramente por debajo de los 15.000 euros, convirtiéndose en uno de los eléctricos más baratos del mercado.
Llegará al mercado durante el mes de junio en las versiones que hemos probado en esta presentación y ya está a a venta en la red comercial de Citroën.
Fotos del Citroën C3 2024