El Citroën C4 Cactus ha sido una de esas historias de éxito inesperado. A pesar de ser un compacto de bajo coste, con una estética muy personal – o te encanta o lo odias, es imposible encontrar puntos medios – y acabados muy discretos, se ha convertido en todo un éxito de ventas. Quizá es su aspecto desenfadado, o el hecho de que es un coche que no trata de aparentar lo que no es. Tras tres años en el mercado de los SUV compactos, al Citroën C4 Cactus le toca una renovación, que actualiza su imagen y lo transforma en uno de los coches más confortables del mercado – o al menos, eso es lo que Citroën anuncia.
Citroën C4 Cactus 2018: adiós a los Airbumps
El detalle más llamativo del nuevo Citroën C4 Cactus es que prescinde de esas protecciones laterales de plástico, llamadas Airbumps. Citroën anunciaba que eran protecciones ideales para esos conductores irresponsables que chocan sus puertas contra nuestro coche. Los Airbumps, amados y odiados, terminaron convirtiéndose en la principal seña de identidad del coche. Hasta el punto de que se han convertido en uno de los elementos clave de diseño de la marca. El lavado de cara del Citroën C4 Cactus se deshace de los Airbumps, convirtiéndolos en una moldura de plástico mucho más discreta, situada en la parte inferior de las puertas.
Además de este cambio, el frontal recibe una nueva mirada, muy similar a la de los nuevos Citroën C3 Aircross. Es una mirada más moderna y orgánica que la del primer Cactus, con unos faros superiores muy estilizados y una calandra de mayores dimensiones. En la parte inferior del paragolpes, los antiniebla son rodeados de una moldura de plástico de color personalizable, a juego con las molduras laterales. Por último, en la zaga podemos contemplar unas ópticas rediseñadas, de mayores dimensiones, y un paragolpes de aspecto más moderno. En definitiva, una imagen más fresca que la de los actuales Cactus.
El confort es sexy
Esto es lo que Citroën afirma, sosteniendo que el Citroën C4 Cactus es el compacto más cómodo del mercado. De hecho, prometen niveles de confort que no desmerecen a la suspensión hidroneumática de la marca, desgraciadamente extinta. El Citroën C4 Cactus 2018 estrena una suspensión llamada Progressive Hydraulic Cushions, que ya conocimos en el Citroën C5 Aircross, reservado al mercado chino. Por tanto, hablamos de una primicia europea de esta tecnología. Sus amortiguadores tienen topes hidráulicos, tanto de compresión como de extensión. Os hemos explicado su funcionamiento en este artículo.
Lo que tenéis que saber es que los impactos más duros quedan ralentizados, y en condiciones de circulación convencionales se consigue ese efecto de «alfombra voladora» que solo las suspensiones neumáticas e hidroneumáticas son capaces de ofrecer. Además, Citroën ha rediseñado los ya cómodos y peculiares asientos del C4 Cactus – los ha bautizado como Advanced Comfort Seats – con más espuma y una mejor ergonomía, algo que sin duda nuestros riñones agradecerán tras un viaje largo. También han mejorado el aislamiento del habitáculo, logrando un rodar más silencioso y refinado.
Un nuevo motor de PureTech de 130 CV, más conectividad y más asistencias a la conducción
Por último, Citroën anuncia el estreno de un nuevo motor en el C4 Cactus. Un motor ya de sobra conocido en otros coches del Grupo PSA, el 1.2 PureTech de tres cilindros y 130 CV. Un motor asociado a una caja de cambios manual de seis relaciones, con el que el ligero Cactus conseguirá unas prestaciones más que razonables. El resto de la gama no varía, quedando conformada por un 1.2 PureTech de 82 CV, un 1.2 PureTech turbo de 110 CV y un 1.6 BlueHDi de 100 CV. En cuanto a la conectividad, el sistema de infotainment del Citroën C4 Cactus es ahora compatible con los protocolos de Android Auto y Apple CarPlay.
En cuanto a las asistencias a la conducción, el Citroën C4 Cactus no se queda atrás con respecto a su competencia. Ahora disfruta de un sistema de frenada autónoma, detecta los límites de velocidad de la vía, posee un asistente de alerta de salida del carril, un avisador de vehículos en punto muerto o un detector de fatiga – necesario con un coche tan cómodo. También aparca de forma automática, cuenta con cámara de marcha atrás y al igual que hermanos de gama como el Citroën C3 Aircross, disfruta de un sistema Grip Control, un control de tracción que le permite pequeñas excursiones fuera del asfalto con ciertas garantías.