Algunos anuncios de coches nuevos pasan desapercibidos, otros causan revuelo durante un tiempo limitado. Otros, en cambio, consiguen quedarse en el colectivo social para la posteridad. Ya lo hizo la propia ITV con aquel ‘Si bebes, no conduzcas’ con Stevie Wonder, basándose en su canción ‘Don’t drive drunk‘, o el del Renault Mégane GT con la sintonía de ‘La historia interminable’. Citroën ha pegado fuerte con el anuncio que pone al servicio del pueblo su nuevo ë-C3, con el que quiere crear una revolución recreándose, en efecto, en la revolución francesa.
El Citroën ë-C3 llega al pueblo a ritmo del Bowie de los años 70
El anuncio, grabado durante cinco días en un castillo en Hungría, muestra cómo unos rebeldes del pueblo toman de la alta nobleza los Citroën ë-C3 de manera que el coche eléctrico llegue a las masas. Siendo esa exactamente la filosofía con la que llega este ë-C3, tratando de abaratar costes de producción para permitirse un precio de venta a partir de 23.800 euros antes de aplicar descuentos de la marca o ayudas del estado como el Plan MOVES. Con sus 320 kilómetros de autonomía, trata de buscar su hueco como la gran alternativa eléctrica para utilizar en ciudad y trayectos cortos, un rival directo del Renault 5.
Y es que Citroën, a su manera, parece haber tomado nota de la gran campaña realizada en torno al Renault 5 y al mismo tiempo ha decidido colocar el ë-C3 en el colectivo social a su manera. En primer lugar, con un anuncio que comienza de manera victoriana (con el vestuario utilizado en la película de María Antonieta, de hecho) para después romper con Suffragette City, fácilmente una de las canciones más reconocibles y ‘cañeras’ de todo un genio de la música como fue David Bowie, con referencias y apariciones en series o videojuegos.
Por otro lado, se trata de un anuncio atrevido, con una coreografía atractiva, con mucho movimiento más allá del coche rodando en una carretera. Esto es algo que parecía olvidado, que hacía tiempo que no veíamos o rara vez se ve en televisión. Incluso podría decirse que recuerda a la Citroën que era atrevida tanto en sus campañas publicitarias como en la concepción de algunos de sus modelos, una que, salvo la rara avis del C4 Cactus con aquellos ‘Airbumps’, apenas se había visto desde principios del milenio. Una pena que no estemos hablando de coches de suspensión hidroneumática, todo sea dicho.
Estos coches tienen una vital importancia, pues salen en el momento en que se pone en duda el verdadero interés del público por comprar coches eléctricos después de que algunos países retirasen sus ayudas. Del éxito de estos coches eléctricos por menos de 25.000 euros dependerá parte de los derroteros y/o ritmos que se tomen en el camino de la transición energética en la Unión Europea.
El ë-C3 tendrá que luchar contra rivales europeos y orientales
Y es que el ë-C3 tiene una misión importante, la de ser un coche asequible que impulse la electrificación, pues son los coches asequibles – caso del Citroën 2CV, del SEAT 600 o similares – los que de verdad propulsan el cambio. El ë-C3 tendrá que lidiar no sólo con el Renault 5, sino con los modelos eléctricos que Volkswagen cree en el futuro y con los rivales procedentes de China como los Dongfeng Box, Leapmotor T03 o el BYD Seagull cuando finalmente haga acto de aparición en Europa.
El coche que ahora vemos escapando de la nobleza victoriana debería tener pronto una versión más asequible (en torno a unos 20.000 euros o menos) con menos autonomía de los 320 kilómetros que oferta la versión de lanzamiento. También tendrá que hacer frente al Renault Twingo o al Volkswagen que, en un principio, se iba a desarrollar junto al mismo, pero la marca de los dos chevrones parte con ventaja al tener su ë-C3 ya listo, pudiendo pulir detalles para poder enfrentarse en unos años tanto a sus rivales europeos como a los orientales.
Citroën C3 y ë-C3 
