Vender 1,2 millones de unidades en un período de 4 años es sinónimo de haber creado un gran coche. Eso es lo que hizo Citroën entre 1993 y 1997 con el Xantia. Su brutal suspensión autonivelante, un motor durísimo y las cifras de ventas animaron a crear algo bastante interesante: El Citroën Xantia Break Buffalo 4×4. ¡Veámoslo!
El Citroën Holidays de los 90
Vale que no es un coche camper como tal, pero solo viendo el pedazo de maletero en las imágenes, se puede uno imaginar acostado en él con los asientos abatidos mirando las estrellas a a través del techo solar. Además la contaminación lumínica no iba a ser un problema, porque con su tracción a las 4 ruedas, y el buen par motor del 2.1 TD podrías escapar de la ciudad al campo sin problema (siempre con cabeza, claro).
Este Citroën Xantia en versión familiar y con aptitudes todoterreno pudo haberlo petado dentro de su segmento como lo hizo el Audi Allroad en el 99, pero por desgracia, fue otro de esos modelos que no pasaron de prototipo.
El exterior e interior del coche ranchera 4×4
Heuliez fue el carrocero y constructor encargado de desarrollar esta berlina formato familiar. Las ganas de salir fuera del del asfalto se hacen notar con esa carrocería con ese bicolor de los nuevos paragolpes, faldones y pasos de rueda.
Cuenta con una parrilla rediseñada, techo solar y unas medidas de 4,66 metros de largo, 1,79 metros de ancho y 1,46 de alto. Teniendo en cuenta el sistema de suspensión hidroneumática, el 4×4 permanente, el diferencial central LSD y trasero tipo Torsen podemos pensar que estamos ante un coche pesado. No obstante marca en la báscula 1.485 kg, algo bastante contenido.
Pasando al interior encontramos una tapicería a la que hace alusión el nombre del coche. Piel de búfalo que también combina con materiales tipo lana o cachemir. También está el teclado del sistema antirrobo, un volante multifunción y una estética en el salpicadero que evoca más a coches de los primeros 2000 que los 90. Por supuesto, no podemos pasar por alto el bitono claro y naranja de los asientos antes mencionados y que probablemente sean un guiño al Citroën 2CV Spot que fue la primera edición limitada para la marca y reflotó las ventas del mítico modelo gracias a presentar ese aspecto juvenil y playero (esos colores eran comunes en tumbonas y sombrillas, por lo que introducirlos en un coche significaba incitar al disfrute).
Motor Citroën Xantia Break y un prototipo subastado
Este concepto de coche nacido en 1996 fue la única unidad fabricada. Contaba con un motor 2.1 turbodiésel de 4 cilindros y 114 cv ideal para que el lujoso y polivalente crossover familiar francés se moviera con fiabilidad.
No he encontrado datos del recorrido de esta única unidad creada hasta una subasta que data de 2.012 en Artcurial, donde se anunciaba en buen estado y con solo 2 km recorridos en el tablero de instrumentos.
Se vendió por 11.914 euros, un precio prácticamente irrisorio para un coche «nuevo» que es único y que podría haberse matriculado haciendo apto su uso por carretera. ¿Lo acabaremos viendo de nuevo en algún momento? ¿O quizá está encerrado en uno de esos búnkeres de coleccionista excéntrico? El tiempo lo dirá, mientras tanto, nos quedamos con el saber de otra de las joyas que la marca gala trajo al mundo.