Mientras la burbuja de precios en el automóvil clásico sigue en plena hinchazón, desde Diariomotor nos hemos propuesto buscar clásicos asequibles, coches que por 3.000 euros o menos te sacarán una sonrisa a diario. No son deportivos de pura cepa, y posiblemente no se vayan a revalorizar como un Porsche 911 de los años 60 – tristemente adquirido por muchos como simple instrumento de inversión. Tras la primera parte de esta saga, hoy os ofrecemos otros cinco clásicos que nuestro bolsillo, afortunadamente, aún se puede permitir.
1) Volkswagen Scirocco
El Volkswagen Scirocco tiene sus orígenes en plenos años 70. Su primera generación es hoy un clásico muy cotizado, y su segunda generación tiene sus valores al alza. Aunque su tercera generación es demasiado moderna y cara para este artículo, es posible encontrar ejemplares de su segunda generación en torno a los 3.000 euros de precio. Hablamos de un coche de mecánicas sencillas, compartidas con los Volkswagen de la época. Las versiones GTX montaban el mismo propulsor de 1,8 litros del Volkswagen Golf GTI.
Son las más interesantes, aunque encontrar una unidad en buen estado con mecánica saneada no es sencillo. La oferta de estos vehículos tampoco es apabullante: cuesta en general encontrar unidades a la venta, incluso en plataformas de gran afluencia como milanuncios. Los ejemplares más cotizados llevan el 1.8 de 16 válvulas de los Golf GTI 16v de segunda generación. Con 139 CV de potencia, no hay unidades a la venta en España a la fecha de escribir este artículo. Los motores 1.8 8v de 112 CV sí son más abundantes.
No son coches especialmente problemáticos a nivel mecánico, se encuentran al nivel de los Volkswagen Golf de segunda generación: son agradecidos si han tenido un buen trato y son robustos. Es conveniente comprobar el estado del interior del vehículo, así como la ausencia de óxidos y podridos en la carrocería. Estos enemigos silenciosos vienen de la mano de facturas en taller más valiosas que el propio coche. Si encuentras una unidad parcial o totalmente restaurada, es tu día de suerte.
2) Mercedes W123
Un verdadero clásico. El precursor de los Mercedes Clase E, Clase C y 190E/190D. Conocido comúnmente por su código interno de chasis – W123 – es un coche que aún se puede ver rodando en muchas ciudades. Es más, es en muchos casos el único coche de dicha época que aún rueda por nuestras calles, incluso como coche de diario para algunos de sus conductores. Uno de los más sólidos testimonios de la calidad y fiabilidad de los Mercedes de antaño. Fue fabricado entre 1976 y 1985, y se vendieron como rosquillas en todo el mundo.
Son coches de diseño atemporal, también ofrecidos en carrocerías coupé y familiar. Estas carrocerías son en general más caras – especialmente las coupé – y se suelen escapar de los 3.000 euros que hemos fijado como tope en este artículo. Personalmente mi favorito sería un W123 familiar con el escaso motor turbodiésel de cinco cilindros, 3,0 litros y 125 CV, que en Estados Unidos también se ofertó en carrocerías sedán y coupé. Una apuesta seguro es el diésel atmosférico de tres litros y 88 CV de potencia.
No batirá ningún récord de velocidad, pero es un motor rutero de consumos correctos para la cilindrada y edad del coche. Además, con un buen cuidado, estos monstruos mecánicos superarán el medio millón de kilómetros sin inmutarse – una potencia específica de menos de 30 CV/litro y una construcción a prueba de balas ayudan. Es importante conocer el origen de estos vehículos: muchos fueron importados de Alemania y pueden tener problemas de corrosión. No te asustes de ejemplares con cientos de miles de kilómetros.
3) Volvo 240
Qué le voy a hacer. Me encantan los coches clásicos con sabor, y estéticas cuadriculadas. Coches que no juegan a parecer modernos, coches que demuestran orgullosos que pertenecen a otra época. El Volvo 240 es uno de los mejores exponentes de la calidad Volvo de antaño. Una calidad y fiabilidad que venía de la mano de una estética más cercana a la de un ladrillo que a la de un coche. Por menos de 3.000 euros es posible encontrar unidades con carrocería familiar o sedán en muy buen estado, incluso con poco kilometraje.
El mercado no ha valorado justamente estos clásicos, dejándolos fuera de la tremenda burbuja que vive el mercado de clásicos actual. Y no entendemos por qué: en mi opinión son coches con encanto, cargados de personalidad, con mecánicas muy sólidas y agradecidas. La mayor parte de unidades en Europa fueron equipadas con motores de cuatro cilindros y hasta 2,3 litros de cubicaje. Como todos los clásicos, es importante encontrar una unidad que haya sido correctamente mantenida, y no asustarse de elevados kilometrajes.
No son coches con especiales problemas endémicos, y las últimas unidades – se dejó de fabricar en 1993 – son por norma general las más recomendables, ya que disponían de frenos ABS. Vigila que no tengan problemas eléctricos, problemas de iluminación, y los cojinetes de la suspensión estén en buen estado. Es un coche agradecido, y si te gusta trabajar en tu coche, no presenta especiales retos. Las versiones 242 de dos puertas son mucho más complicadas de encontrar, así como más caras – y de cotización muy al alza.
4) Porsche 924
Uno de los pocos Porsche repudiados por la historia, y el único que es posible comprar aún por poco dinero. Pero siendo un Porsche clásico, su precio subirá, y lo hará rápido. Puede que sólo durante uno o dos años más sea un clásico asequible, así que tomad esto como una advertencia. Su producción comenzó en 1974, y fue desarrollado junto a Audi, motivo por el que muchos puristas lo ignoran. Lo que también ignoran es que es un clásico bonito, de comportamiento muy divertido y mecánica muy poco problemática.
Actualmente, y por menos de 3.000 euros, sólo es posible adquirir un Porsche 924 de acceso, equipado con un motor de dos litros, cuatro cilindros y 125 CV de potencia. Podría parecer insuficiente, pero gracias a su escaso peso, mueve muy bien al coche – que dicho sea de paso es una base excelente para adentrarse en el mundo de los clásicos o participar en un rallye de regularidad. El «Talón de Aquiles» de los Porsche 924 – y realmente de muchos clásicos con más de 30 años a sus espaldas – suele ser el sistema eléctrico.
Algunos cables pasan cerca del escape, y puede fundirse su aislamiento con el tiempo. Los motores eléctricos de los bonitos faros escamoteables también pueden fallar. También conviene comprobar el estado de los asientos, propensos a que algunas costuras se rompan. Los desagües del coche pueden obstruirse, creando podridos y óxidos difíciles de solucionar. Si todo está bien, y encaja por presupuesto, podrás disfrutar de un Porsche sencillo, con el encanto de los años 70 y sobretodo, sin quebraderos de cabeza.
5) Saab 900 Coupé (Pre-General Motors)
No soy parcial con los Saab. Mi abuelo tuvo dos Saab cuando era pequeño, un 9000 y un 900, este último ya en su generación amparada por General Motors. Coches con mucha personalidad, cargados de guiños: sus llantas, la forma de sus reposacabezas, la inspiración aeronáutica de su instrumentación o su llave, situada entre los asientos. Muchos puristas dicen que el último Saab en merecer la pena fue el 900 de primera generación, fabricado entre los años 1978 y 1993. Sus versiones Cabrio están actualmente muy cotizadas.
Sin embargo, sus versiones de tres y cinco puertas siguen siendo muy asequibles – y el hecho de que la marca desapareciese hace años también ayuda a que sus precios no se hayan ido de madre. Por menos de 3.000 euros no vas a encontrar las joyas de la corona. Los Turbo, Turbo S y Aero se escapan de precio, rondando los 5.000 euros y subiendo incluso hasta cerca de los 10.000 euros en unidades impolutas y restauradas. Pero por menos de 3.000 euros puedes encontrar Saab 900 con motor 2.0 16 válvulas, y hasta 130 CV de potencia.
De nuevo son coches mecánicamente sólidos, aunque pueden tener achaques típicos de un coche cuyo modelo más moderno tiene al menos 23 años. Los tapizados interiores suelen despegarse, y si bien los motores son sólidos, las cajas de cambio no lo son tanto. Las cajas manuales son más sólidas que las automáticas, y si van asociadas a motores atmosféricos, su longevidad es correcta. Conviene comprobar el estado del escape, así como posibles fallos de culata – especialmente en los motores turbo de mucho kilometraje.
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