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Objetivo, evitar la muerte del diésel y la gasolina, el adelanto del clausulazo de la Unión Europea de 2026 a 2025

Quien hace la ley, hace la trampa. Existe un dicho muy castizo que reza que quien hace la ley, hace la trampa. La Unión Europea ha sentenciado de muerte a la combustión interna.

Objetivo: salvar al diésel y la gasolina

A partir de 2035 no deberían venderse coches diésel, ni gasolina. Si bien es cierto se ha dejado un pequeño resquicio. Una cláusula que, en efecto, no es otra cosa que la trampa que permitiría a la Unión Europea revisar sus objetivos, en pos de una mayor laxitud para con los fabricantes y para retrasar el fin de la combustión interna, pero también para imponer unos objetivos aún más rígidos y ambiciosos.

Clausulazo 2026. Una posibilidad para que el diésel y la gasolina sigan vivos más allá de 2035, que hoy sabemos podría adelantarse. ¿Habría que hablar por lo tanto de cláusula 2025?

La Unión Europea aboga por unos objetivos de reducción de emisiones cada vez más ambiciosos, pero también por dejar algunas puertas abiertas que permitan revisar esos objetivos – hacia una normativa más laxa – en los próximos años

Vista del colosal motor diésel V12 de MAN de 2.200 CV.

Las posibilidades para el diésel y la gasolina más allá de 2035

Diésel y gasolina no están muertos… del todo. Ya os hemos contado cómo a lo largo de 2022 la Unión Europea fue dejando cierto margen para la combustión interna. Primero, admitiendo la posibilidad de que se sigan vendiendo coches con motor de combustión interna más allá de 2035, siempre y cuando sean «neutrales».

Combustibles, pero neutrales. Esto implicaría la garantía de que los coches de combustión interna que se vendan a partir de entonces funcionen única y exclusivamente empleando combustibles sintéticos neutrales.

Diésel y gasolina neutrales

En los últimos años se han ido revisando los objetivos de descarbonización, y estos aún están sujetos a posibles modificaciones futuras, partiendo de la regulación 2019/631. Como os decíamos, a lo largo de 2022 se han introducido modificaciones, como la que introduce la posibilidad de emplear combustibles sintéticos neutrales y que según los últimos documentos redactados por la Comisión Europea establece lo siguiente:

Tras ser consultado con las partes interesadas, la Comisión hará una propuesta para permitir más allá de 2035 la matriculación de vehículos que funcionen exclusivamente empleando combustibles sintéticos neutrales en conformidad con la ley de la Unión Europea, fuera del alcance de los objetivos de reducción de emisiones de flota y de conformidad con los objetivos de neutralidad climática de la Unión Europea.

Diésel y gasolina neutrales, posibles, pero no para todos. Ya os hemos contado por qué esta solución difícilmente puede ser una alternativa generalizada que permita la venta masiva de coches de combustión interna neutral y, probablemente, se vea limitada a mantener en el mercado una serie de vehículos especiales o icónicos que sigan empleando motor de combustión interna.

Ilustración simbolizando fin de coches diésel y gasolina en la UE para 2035

La cláusula 2026, ¿un respiro a diésel y gasolina?

Diésel y gasolina podrían morir, antes de 2035. Os hemos contado también cómo algunas voces en la Unión Europea ya han expresado su preocupación por una muerte prematura del diésel y la gasolina. Siendo conscientes de que la suerte está echada para la combustión interna y de que en 2035 solo podrán vender coches eléctricos, muchos fabricantes han adelantado sus objetivos de electrificación y dispondrán de un catálogo completamente eléctrico mucho antes. Sin un mercado interno para la combustión interna, esos fabricantes también dejarán de producir coches con motores de combustión interna antes, o mucho antes, de 2035.

La muerte del diésel y la gasolina es un problema para la Unión Europea. La Unión Europea teme que dejar de fabricar coches con motor de combustión interna implique la pérdida de exportaciones y de miles de puestos de trabajo. Y es precisamente ahí donde entra en juego la cláusula de 2026, que no solo pretende revisar en ese año el cumplimiento de los objetivos de descarbonización, sino que también tendrá en cuenta su viabilidad económica y sus consecuencias sociales.

En 2026 se revisará el cumplimiento de los objetivos de descarbonización y también se emitirá un informe que refleje sus consecuencias económicas y su afectación a la justicia social

Vista cercana del cuadro de instrumentos del Dacia Spring 2024, claridad y funcionalidad.

Enmienda al artículo 15. La cláusula de revisión en 2026 se ha establecido como una enmienda que revisa el artículo 15, y que establece lo siguiente:

La Comisión revisará, en 2026, la eficacia y el impacto del presente reglamento, sobre la base de los informes bienales, y presentará un informe al Parlamento Europeo y al Consejo con los resultados de la revisión.
La Comisión evaluará en particular los progresos realizados bajo el presente Reglamento para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones en conformidad con el Artículo 1 (5a), y tomando en consideración los desarrollos tecnológicos, incluyendo la tecnología híbrida enchufable, y la importancia de una transición hacia las cero emisiones económicamente viable y socialmente justa.

Ilustración simbolizando el adelanto europeo para cesar ventas de coches con combustión.

¿Se parará la prohibición a diésel y gasolina de 2035?

¿Retrasar el objetivo de 2035? En una entrevista al medio francés Les Echos, Thierry Breton, hasta este año Comisario Europeo de Mercado Interior y Servicios, apuntaba que esta cláusula permitiría crear mecanismos para retrasar el objetivo de prohibir las ventas de diésel y gasolina en 2035 (Automotive News).

No debería ser ningún tabú. Thierry Breton añadía que esta opción no debería ser ningún tabú, y debería plantearse en 2026 si fuera necesario. Sobre todo si se observa que los objetivos establecidos a día de hoy están teniendo unas consecuencias negativas sobre la economía y la sociedad de los miembros de la Unión.

Nos encontramos a finales de 2024. Empresas de la importancia de Volkswagen están advirtiendo de las dificultades para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de CO2 propuestos por la Unión Europea, de las dificultades que afronta la transición al eléctrico, e incluso plantean cierres de fábricas y despidos de miles de trabajadores.

Italia pretende adelantar la revisión, por la cláusula 2026, a 2025

Representación artística del debate sobre el futuro del diésel y la gasolina en Europa.

De la cláusula 2025, a la cláusula 2026

Adelantar la cláusula de 2026 a 2025. Italia ya ha tomado una postura a este respecto. Y en estos momentos ha dispuesto una delegación que planteará adelantar esta revisión propuesta por la cláusula 2026, a 2025. Se desconoce en qué términos. Pero dadas las circunstancias actuales sí parece que podría afrontar apoyos, e incluso salir adelante.

El plan de la administración Meloni. Giorgia Meloni definió como «enfoque autodestructivo» el de la Unión Europea, con respecto a la transición hacia el vehículo eléctrico. De momento, su plan para adelantar la revisión a 2025 podría encontrar apoyos en Austria, España y República Checa. También en Polonia, en el partido PiS (Ley y Justicia) con el que comparte grupo parlamentario. E incluso en Alemania, cuyo Ministro de Economía se muestra partidario de adelantar la revisión de 2026 a 2025, aunque no de retrasar el objetivo de 2035 (quattroroute)

No hay vuelta atrás, los fabricantes europeos ya han iniciado su transición al eléctrico y dejarán de vender diésel y gasolina, en muchos casos, antes de 2035

Representación artística del fin de motores diésel y gasolina en UE para 2035

No hay vuelta atrás al fin del diésel y la gasolina

No hay vuelta atrás para la Unión Europea. A tenor de los acontecimientos, resultaría un tanto ingenuo pensar que los objetivos para prohibir las ventas de diésel y gasolina en 2035 van a revisarse. O como mínimo que vayan a establecerse revisiones importantes, más allá de moratorias puntuales.

Los fabricantes ya han decidido matar al diésel y la gasolina. El gran problema reside en que ya no hay vuelta atrás para el fin del diésel y la gasolina y los fabricantes no solo han asumido esta prohibición, sino que ya han iniciado un camino que no va a revertirse, en muchos casos adelantando sus objetivos.

A pesar de que muchos fabricantes han mostrado su preocupación al respecto de la transición que ya se ha iniciado, ya hemos visto cómo los mayores fabricantes del continente han puesto fecha al fin de las ventas de diésel y gasolina. Volkswagen confirmaba hace unos meses que en 2033 solo venderán coches eléctricos. Y lejos de estar demandando moratorias o un retraso en los plazos establecidos, están solicitando a la Unión Europea llevar a cabo acciones más contundentes y decisivas que van en la línea de promover la compra de coches eléctricos, su producción en Europa, y facilitar su utilización, por ejemplo propiciando la creación de redes de carga en el territorio comunitario.

Veremos si estos planes de acabar con la combustión interna, los de la Unión Europea, en general, y los de cada fabricante, en particular, siguen adelante tal y como estaban previstos, dadas las circunstancias actuales.

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David Villarreal

En 2007 comenzaba su andadura en los medios en internet y en el mundo del motor. Dos años después David se unía a uno de los proyectos incipientes de la prensa del motor, el de Diariomotor. Seguir leyendo...

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