Si alguien sabe generar expectación ese es Elon Musk. Sus objetivos, y la misión de las empresas que ha ido impulsando en los últimos años, suelen ser tan sorprendentes como los avances que promete a corto y largo plazo que muchos suelen tachar de irrealistas. Según sus previsiones, Tesla debería disponer muy pronto de coches autónomos y SpaceX enviando humanos a Marte en cinco años. Su próximo objetivo llega de la mano de Neuralink, que espera fusionar la mente, con la inteligencia artificial en una perfecta simbiosis que trascienda los límites de la tecnología y la biología. No lo decimos nosotros, lo dice el propio Elon Musk. ¿Pero qué está haciendo Neuralink para llegar a tales objetivos?
Del coche eléctrico de Tesla a Neuralink
La pasada madrugada se organizaba una convocatoria en la que Elon Musk contaría los avances de Neuralink, según él no tanto para generar expectación, sino para animar el reclutamiento de científicos, ingenieros y técnicos que quieran contribuir en los proyectos que esta empresa está desarrollando.
Actualmente, Neuralink se define como una empresa que está trabajando en interfaces cerebrarles con gran capacidad de transmisión de datos que, en definitiva, conecten a los humanos con las máquinas. Y según nos cuentan estarían muy cerca de conseguirlo, llevando a cabo las primeras pruebas en humanos a finales del próximo año.
SpaceX ya ha conseguido grandes avances para la industria espacial, poniendo en órbita baja y recuperando cohetes, mientras desarrolla sistemas de cohetes aún más potentes y ambiciosos, e incluso la que podría ser la primera nave tripulada estadounidense desde la retirada de los transbordadores espaciales.
De momento, Neuralink habría desarrollado una red de fibras y electrodos que, conectados al cerebro humano, permitirían el control de máquinas. El sistema de Neuralink se basaría en redes compuestas por 3.072 electrodos y 96 fibras, de entre 4 y 6 micras, mucho más finas que un cabello humano (The Verge). Más allá de su capacidad para permitir el control de máquinas mediante estímulos cerebrales, Neuralink defendería un sistema menos invasivo en su instalación que aquellos con los que se ha experimentado hasta la fecha.
Lo único cierto, y esto es importante recalcarlo, es que Neuralink ha probado su interfaz cerebro-máquina únicamente en animales, en ratas y monos. Pero la gran noticia que daba el propio Elon Musk es que ya habrían conseguido un hito importante, «un mono ha sido capaz de controlar un ordenador con su cerebro».
Vídeo de la presentación de Neuralink.
De conseguir sus objetivos, Neuralink espera que sus avances, a corto y medio plazo, permitan a humanos que sufran algún tipo de parálisis el control de máquinas, de sistemas informáticos, con el cerebro. No nos extraña por lo tanto la gran expectación generada por Neuralink, teniendo en cuenta lo que podría conseguirse, ya no solo para facilitar la comunicación de humanos que sufran parálisis, sino también para facilitar su movilidad junto con otras tecnologías que ya se están desarrollando.
El próximo hito, que Elon Musk espera se consiga a finales del año que viene, sería su implantación por primera vez en un paciente humano. Para llegar hasta ese punto, Neuralink no solo tiene que seguir avanzando en el desarrollo de su tecnología, y sus pruebas en animales, sino que también ha de conseguir la aprobación de las autoridades.
Mientras tanto, Neuralink sigue reclutando trabajadores. El objetivo de difuminar la barrera que separa a la inteligencia artificial, y la mente humana, sigue pareciendo lejano. En cualquier caso no deja de sorprendernos la capacidad de Elon Musk para avanzar hacia objetivos tan ambiciosos, que también nos dejan con hitos consumados menos llamativos, pero no menos sorprendentes. Hitos como que Tesla se haya convertido en adalid del coche eléctrico, SpaceX ya esté enviando naves en cohetes reutilizables a la órbita baja y Neuralink probando interfaces cerebrales en simios.