Una hidrogenera, para recargar coches de hidrógeno, cada 150 kilómetros. La Unión Europea acaba de acelerar, sin lugar a dudas, el desarrollo del coche de hidrógeno. A partir de 2035 dejarán de venderse coches diésel y gasolina, también híbridos e híbridos enchufables. Cualquier automóvil con motor de combustión interna habrá dejado de venderse en la Unión Europea. Y ante este panorama solo nos queda una posibilidad, la venta de coches eléctricos, y dos tecnologías, el eléctrico de baterías, y el eléctrico de pila de combustible, el coche de hidrógeno.
Todos somos conscientes de que, para impulsar el coche eléctrico, es necesaria una infraestructura de recarga. Y ese sin duda es uno de los grandes retos que han de abordarse para hacer viable el coche eléctrico fuera de las ciudades. Pero en el caso del coche de hidrógeno el problema es aún más acuciante, puesto que la infraestructura de carga de hidrógeno aún se encuentra en un estado de desarrollo mucho más prematuro que el de los puntos de recarga de eléctricos.
El titular estos días ha sido, y será, que la Unión Europea obligará a los países miembros a instalar un surtidor de recarga de hidrógeno cada 150 kilómetros. Pero, como veremos a continuación, es necesario explicar con más detalle los pormenores de esta norma, y también el resto de mandatos que ha impulsado la Unión Europea en su Pacto Verde Europeo, para desarrollar la infraestructura de recarga de coches de hidrógeno.
Un punto de repostaje de hidrógeno cada 150 kilómetros
La Unión Europea exigirá a los Estados miembros que amplíen la capacidad de carga en consonancia con la venta de vehículos de cero emisiones. Eso implicará que se instale un punto de recarga de eléctricos cada 60 kilómetros y un punto de repostaje de hidrógeno cada 150 kilómetros antes del 31 de diciembre de 2030. Ahora bien, ¿en qué carreteras?
Según la directiva revisada de la Unión Europea, tendrá que existir un punto de repostaje de hidrógeno cada 150 kilómetros en la red transeuropea de transporte (TEN-T) principal y en los corredores secundarios. La red principal TEN-T es la que conecta por carretera los principales nodos, las principales ciudades, de la Unión Europea. Los corredores secundarios cubren todas las regiones europeas, y en algunos Estados miembros aún está por desarrollarse completamente, con vías de alta capacidad.
Si nos fijamos en el mapa superior, y más concretamente en España, veremos que la red TEN-T principal, y los corredores secundarios, cubre las principales autovías españolas. No obstante, la Unión Europea también exigirá que cada punto de repostaje de hidrógeno esté separado, como mucho, de otro punto de repostaje, por una distancia de 450 kilómetros. La Unión Europea también exigirá que los surtidores dispensen a una presión de al menos 700 bares y una capacidad mínima de 2 toneladas/día.
Puntos de repostaje de hidrógeno en las ciudades
Pero eso no es todo. El coche de hidrógeno solo tendría sentido con una red de repostaje adecuada para hacer que sea una opción viable para el conductor. Y además de requerir de puntos de repostaje en carretera, requerirá puntos de repostaje más cercanos, en la urbe.
La Unión Europea obligará a instalar, como mínimo, un punto de repostaje de hidrógeno público y accesible en cada nodo urbano. Y según la directiva europea 1315/2013, un nodo urbano es cualquier área urbana conectada por la red transeuropea de transporte (TEN-T), lo que incluye ciudades, pero también terminales y conexiones de transporte extraurbanas, como aeropuertos, estaciones de tren, y plataformas logísticas.
Es de suponer que las hidrogeneras serán, a su vez, nodos de recarga multimodales. La Unión Europea no solo propone escoger localizaciones estratégicas, para permitir el repostaje de turismos de hidrógeno y vehículos de transporte pesados, situados en rutas estratégicas, y en conexiones de núcleos urbanos y centros logísticos, sino también combinar en esos nodos de recarga multimodales los puntos de repostaje de hidrógeno y los puntos de recarga para eléctricos de baterías.