Un nuevo estudio sobre modelos de tráfico en ciudades de los 27 países de la Unión Europea revela que los coches conectados y autónomos pueden suponer una reducción tangible de las emisiones de CO2. El estudio sugiere que la conectividad por sí sola puede reducir las emisiones de los vehículos en las ciudades de la UE.
El informe destaca que el transporte es el sector más dependiente de los combustibles fósiles y es responsable del 37% de todas las emisiones de CO2 de los sectores de uso final en 2021, según el informe 2022 Tracking Progress de la Agencia Internacional de la Energía. Ciertamente la meta es que la mayoría de los coches sean eléctricos en 2035, pero esto también depende de la infraestructura que se tenga para alimentarlos y las fuentes de alimentación que se utilicen.
Según el estudio, esta reducción de emisiones de CO2 se debería a la optimización del flujo de tráfico y, por tanto, se reduce la congestión. Los autores del informe explican que mediante el uso de tecnología conectada, como la comunicación de vehículo a infraestructura (V2I) y de vehículo a vehículo (V2V), se pueden optimizar los flujos de tráfico y evitar los atascos. De este modo, se reduciría en gran medida las paradas en calles y carreteras que son las que provocan la mayor parte de estas emisiones.
¿Cómo podrían los coches conectados y los coches autónomos ayudar a combatir el cambio climático?
Los coches conectados pueden comunicarse entre sí y es por ello que se debe mejorar la infraestructura vial por el bien de la reducción del tiempo que se pierde por la congestión del tráfico. Esto puede reducir el tiempo que los coches pasan parados en los semáforos, lo que ahorra combustible y reduce las emisiones.
Los coches conectados pueden ser una opción atractiva al proporcionar información sobre las estaciones de carga y las rutas más eficientes para llegar a destino. Esto puede ayudar a aumentar la adopción de los coches eléctricos ya que producen cero emisiones y esto es algo que la UE lleva persiguiendo desde hace años, pero ahora lo hace con más ahínco si cabe.
Los coches autónomos pueden ayudar a reducir los accidentes y muertes al eliminar el error humano de la ecuación. Un estudio del Instituto para la Seguridad en las Carreteras encontró que los coches autónomos podrían reducir los accidentes fatales en las carreteras en hasta el 90%.
Además de las ventajas mencionadas anteriormente, los coches conectados y los coches autónomos también pueden mejorar la seguridad vial y reducir los costes de los seguros. A medida que los coches conectados y los coches autónomos continúen desarrollándose, es probable que desempeñen un papel cada vez más importante en la lucha contra el cambio climático.
Más información: automotiveworld.com