Supongamos que una pareja de mediana edad entra en un concesionario buscando un coche nuevo y se encuentra con dos opciones. Una es un utilitario sencillo, con motor de gasolina o algún tipo de hibridación ligera, que esté por debajo de los 20.000 €. A pocos metros, un coche eléctrico ‘pintón’, resultón, atractivo, que podría ajustarse a sus necesidades… pero, antes de ayudas y descuentos, se va por encima de los 30.000 € y tiene menos maletero o espacio que el utilitario. Y, el que tiene más espacio, tiene una cifra más elevada todavía.
El precio del coche eléctrico es un 11% más caro que en 2020
Que el precio del coche eléctrico sea elevado no es ni sorpresa ni novedad, teniendo en cuenta los altos costes de producción por el momento (hasta que se resuelva la cuestión de las materias primas, siendo una posible respuesta los centros de reciclaje como el de Mercedes-Benz). De media, un coche eléctrico en el mercado europeo ronda los 45.000 € cuando en 2020 la media era de 40.000 €, elevado por la aparición de eléctricos de lujo, así como la proliferación de eléctricos en el segmento D del 28 al 64% (Transport & Environment).
T&E menciona cómo Mercedes y BMW han elevado los precios de sus modelos eléctricos en un 55% y 50% respectivamente mientras que Volvo y Stellantis han tomado el camino contrario, bajando los precios en un 31% y 4% cada uno. Todo a ello pese a que, según BloombergNEF, el precio de las baterías ha descendido al menos un 11% desde 2020. Un estudio de la Comisión Europea afirma que el 57% de los europeos estaría dispuesto a comprar un coche eléctrico, siendo el precio el principal problema.
El 35% de nuevos compradores irían a por uno si el precio rondase los 25.000 €, pero el precio medio por el que lo comprarían se acerca más al espectro de los 20.000 €, según este estudio de la Comisión Europea. Es aquí donde entran en juego, por un lado, los fabricantes, que ya están con la maquinaria en marcha.
Ya vemos en los concesionarios el nuevo Renault 5, pronto veremos el Citroën ë-C3 y para la respuesta del Grupo Volkswagen, que se fabricaría además en la planta de Navarra, habrá que esperar hasta 2026-2027. Tanto por responder a esta necesidad como, por supuesto, reaccionar ante la alternativa china, con modelos como el Dongfeng Box o el interesante BYD Seagull/Dolphin Mini llamando a la puerta, además de otros modelos de MG y BYD ya existentes, caso del MG4 o el ZS eléctrico.
Es importante que el caso de los eléctricos en Alemania no se repita en otros países
El escenario vivido desde diciembre de 2023 en Alemania y, en consecuencia, en toda Europa en este 2024, deja clara una cosa: si la Unión Europea y los gobiernos que la componen quieren realmente transición energética, han de ayudar, y mucho, a la ciudadanía (Automotive News Europe). Y también a las empresas, como avisaba T&E, con varios países dando subsidios a coches de empresa con motor de combustión. Los cuales, pasado un tiempo, pasan al canal de particulares, ralentizando la transición.
Hasta ahora hemos tenido el Plan Moves III, gracias al cual era posible descontar unos 7.000 € al precio de un coche eléctrico o híbrido enchufable – y varias marcas, sabedores de lo importancia de esto, adelantaban las ayudas al plan. Ahora bien, este plan, que ya se prorrogó con 200 millones extra de julio a diciembre, de momento finalizaría con las campanadas, tras entregar 1.500 millones en ayudas según datos del gobierno.
Para evitar casos como el de Alemania – donde las ventas de eléctricos cayeron en un 69% en agosto con respecto a agosto de 2023 – es evidente que sigue haciendo falta ayudas de este tipo si queremos una cuota de mercado mayor al 9,70% actual, (4,90% de eléctricos y 4,80% de híbridos enchufables), inferior al 10,47% de 2023. Es decir, cabe valorar si esas ayudas son suficientes o hará falta intensificar esfuerzos.
No sólo se trata de vender eléctricos, sino de llegar a los objetivos de emisiones marcados por la UE de cara a los próximos años – una mayor cuota de EV llevaría a una reducción de las emisiones medias de CO2 de los fabricantes, evitando que las fábricas limitasen la producción de coches de combustión de los que muchos dependen. De lo contrario, los fabricantes se podrían enfrentar a multas de entre 10.000 y 15.000 millones de €.
Tendencias en España
Y, si ese escenario de más ayudas se diera lugar, ¿Qué harían los españoles? Como ha ocurrido en otras partes de Europa, gran parte de aquellos que han optado por un coche eléctrico no lo han hecho con uno ‘normal’, sino con un Tesla que se aleja de muchos estándares, tanto el Model 3 como el Model Y. Juntos, suman el 29,26% de las matriculaciones de eléctricos nuevos en España en lo que llevamos de 2024, según recoge Ideauto para ANFAC con datos facilitados por la DGT.
Es decir, en caso de que hubiera más ayudas del estado, ¿acabaríamos con aún mas proporción de Tesla en las calles? ¿O, de lo contrario, habría un sector de la población que se abalanzaría a por los Renault 5, ë-C3 o similares? ¿O bien esperarían a que aparezcan modelos más asequibles, como el Twingo, rivales chinos o la futura versión de acceso del ë-C3? El tiempo dirá, pero queda claro que si España y toda Europa quiere seguir con esa transición, debe prestar mucha, mucha ayuda a su ciudadanía.