Recuerdo que hace unos años se solía decir que los coches eran ya ordenadores con ruedas, especialmente desde que la electrónica pasó a dominar y controlar todos los componentes e interacciones mecánicas del coche. Sensores, módulos electrónicos y centralitas pasaron a ser los protagonistas. Pero los coches seguían siendo en cierto modo máquinas de control 100% analógico, y visto en retrospectiva, reconfortantemente básicas. En estos últimos años se ha acelerado la digitalización e interconexión de nuestros coches, que han pasado de ser «ordenadores rodantes» a meros «iPhones con ruedas».
1) Android e iOS están completamente integrados en sus sistemas de infotainment
Desde hace ya dos o tres años, los protocolos de integración de smartphones en nuestro coche se han popularizado enormemente. Apple CarPlay y Android Auto han desbancado por completo al MirrorLink primigenio, permitiendo replicar la pantalla de nuestro teléfono, así como sus apps y funciones más populares – véase Waze, WhatsApp o Spotify – en el sistema de infotainment de nuestro coche. Además, una gran parte de sus funciones pueden ser controladas por voz, al igual que ocurre con nuestros teléfonos. Además, la navegación de Google Maps es mejor que muchos (y caros) navegadores GPS integrados.
2) Tienen SIM integradas, y están constantemente conectados a internet
Además de replicar nuestros smartphones en su sistema de infotainment, estos sistemas cuentan con una serie de funciones extendidas, posibles gracias a su constante conexión a internet. Es el caso de servicios de tráfico en tiempo real, precios de gasolina o reviews de restaurantes cercanos, entre muchas otras. Estas SIM también permiten que usemos el coche como un punto WiFi rodante, al que varios dispositivos se pueden conectar al mismo tiempo. Esta función de tethering es posible gracias a redes 4G y tarifas de datos, idénticas a las necesarias para usar a diario nuestros teléfonos móviles.
3) Se pueden actualizar de forma inalámbrica
Aunque no es una característica ubicua en los coches actuales, marcas como Tesla han actualizado el software de control de sus coches y sus sistemas de infotainment de forma completamente inalámbrica. Es un funcionamiento idéntico al de las actualizaciones OTA (over the air) de nuestros teléfonos iOS o Android. Estas actualizaciones pueden incluir nuevas funciones o incluso desbloquear mejoras de rendimiento en nuestro coche. No es coto exclusivo de Tesla: a día de hoy, muchas marcas, incluso generalistas, disponen de sistemas de infotainment de nueva generación que son actualizados de esta forma.
4) Su instrumentación y controles son pantallas táctiles
Tu teléfono móvil apenas tiene tres botones, con los que se desbloquea la pantalla o se controla el volumen. Al igual que en tu coche, el resto de funciones se gobierna desde una pantalla táctil, que no parece dejar de crecer en los últimos años. Ya no nos sorprenden sistemas de infotainment con pantallas de más de 10 pulgadas, o incluso de 15 pulgadas, en coches como el Volkswagen Touareg. Las pantallas también han reemplazado a la clásica instrumentación de un coche, compuesta por relojes y agujas. Incluso los controles de climatización o volumen han sido reemplazados por superficies táctiles.
¿El último grito? Salpicaderos enteros convertidos en pantallas, como es el caso de la Hyperscreen del sistema MBUX de Mercedes.
5) Se pueden abrir, arrancar o alquilar desde una app
Al ser máquinas completamente conectadas a internet, ha sido posible desarrollar apps para smartphone que nos permiten controlarlos a distancia. No estoy solo hablando de apps que localizan el coche o nos dicen cuánta autonomía nos queda, sino de apps que nos permiten abrir o cerrar el coche sin tocar una llave física, arrancar el motor a distancia o encender la climatización antes de que entremos al vehículo. Además, algunos coches permiten crear y enviar llaves virtuales a otras personas, que podrán abrir y conducir nuestro coche. De forma similar, los servicios de car sharing nos permiten alquilar y conducir sus coches mediante su correspondiente app.
6) Tienen asistentes personales, similares a Siri o el asistente de Google
A tu teléfono le puedes preguntar qué tiempo hará mañana, o que te programe una alarma a las 7 de la mañana. Incluso le puedes pedir que te recuerde llamar a tu madre cada semana. Y tu coche también es capaz de hacerlo, y no solo a través de Android Auto o Apple CarPlay. Sistemas de infotainment como el MBUX de Mercedes son capaces de establecer conversaciones con nosotros y responder a comandos e inputs realmente avanzados. Aunque no es exactamente lo mismo, algunas marcas disponen de call-centers a los que podemos llamar para que una persona haga gestiones por nosotros, como reservar una noche de hotel o un restaurante.
7) No nos permiten estar desconectados del mundo
A título más personal, en cierto modo me entristece esta deriva tan hiperconectada del coche moderno. Entiendo que muchas de estas tecnologías nos pueden facilitar la vida y nos permiten estar completamente conectados, pero echo de menos esos coches que eran simplemente máquinas. Máquinas en las que lo más importante era la mecánica y su rendimiento, máquinas que no estaban conectadas a internet, en las que era posible evadirnos del mundo mientras las conducíamos. Se acabó aquello de descansar tu mente de este mundo hipertecnológico e hipersocial, en el que una hora de «desconexión» implica desaparecer. ¿Ha muerto el coche como forma de evasión?