Los conductores de un coche no solemos ser conscientes de lo complicado que puede resultar conducir un camión de alto tonelaje. De hecho, en muchas ocasiones tenemos comportamientos al volante que molestan y ponen en peligro a muchos camioneros y su carga. Aunque muchas cabezas tractoras modernas emplean cambios de marcha automáticos, aún existen camiones que usan cajas de cambio manuales, especialmente al otro lado del charco. En este vídeo vamos a aprender cómo se usa la caja de cambios de 18 velocidades de un Peterbilt 379 del año 2007. Os lo aseguro, es tan complejo como fascinante.
El vídeo está narrado en un inglés americano francamente cerrado, así que trataré de explicároslo también en texto. En primer lugar, hemos de saber por qué son necesarias tantas marchas en un camión. El motivo es muy sencillo: remolcar de forma efectiva su enorme carga a cualquier velocidad. Los motores diésel de alta cilindrada de estos camiones tienen un par motor gigantesco – pensad en cifras de en torno a 3.000 Nm – pero no serían capaces de tirar de 40 toneladas de peso sin un desarrollo de cambio acorde. Los camiones más pesados recurren a cajas de hasta 18 velocidades.
Estas cajas de cambio siguen siendo manuales, y tanto sacarles todo su partido como manejarlas adecuadamente solo está al alcance de un camionero muy experimentado. El camionero del vídeo que os dejamos sobre estas líneas nos explica cómo se maneja esta peculiar caja de cambios. Aunque tiene 18 relaciones, el recorrido de su palanca es muy similar una caja de cambios manual tipo dog-leg – la primera está donde estaría la segunda en la mayor parte de coches con cambio manual – de cinco relaciones. La clave está en las dos pequeñas palancas de la palanca de cambios.
La situada tras la palanca divide las 18 marchas en 10 marchas cortas y 8 marchas largas. Para pasar de marchas cortas a largas se sube la pequeña palanca situada tras el pomo. Adicionalmente, un pequeño botón en el lado izquierdo del pomo divide cada marcha en dos partes, una de ellas con un desarrollo más corto, y otra con un desarrollo ligeramente más largo. Por tanto, antes de subir a las marchas largas, habremos pasado por diez relaciones, que realmente son cinco marchas divididas en dos. No es necesario pisar el embrague para pasar de desarrollo corto a largo (dentro de la misma marcha), sólo levantar el pie del acelerador, para que un mecanismo hidráulico se encargue de engranarlo.
Para pasar de décima a undécima habría que volver a la posición de la primera marcha. Pero acabaríamos en una marcha con un desarrollo idéntico, y por tanto, hemos de subir a la posición de la segunda marcha – en un coche – o de la tercera y cuarta en esta caja de cambios concreta – por eso, esta caja de cambios tiene 10 relaciones cortas y 8 relaciones largas. En el minuto 3:42 del vídeo podéis verlo perfectamente y entenderlo empíricamente. Por si esto fuera poco, este camionero sólo usa el embrague para arrancar, el resto de marchas las va introduciendo al vuelo, sin accionar el pedal izquierdo.
Espera a que las revoluciones del motor se sincronicen con las de la caja de cambios, y aprovecha ese breve instante para mover la palanca. Una compleja maniobra que era el pan de cada día cuando los coches y camiones no tenían cajas de cambio sincronizadas. Muchos camiones tienen cajas de cambio más sencillas, con menos relaciones o automáticas, pero he querido enseñaros el mayor nivel de complejidad actual. Ahora bien, si quieres ver cómo lo hacían más antiguamente, cuando las dos «palanquitas» que dividen las marchas eran dos enormes palancas manuales, no tienes más que ver el vídeo que hemos dejado sobre estas líneas. Increíble.