La gasolina se ha convertido en temor de muchos, bueno, el combustible en general. ¿Por qué? Porque está alcanzando precios que se registran como máximos históricos provocando que llenar el depósito de nuestro coche se convierta en un auténtico calvario para los bolsillos. Pero más allá de ser el sustento que da vida al vehículo, ¿qué más sabemos de la gasolina? Pues al menos, y teniendo en cuenta el panorama actual, cómo se obtiene, y en este vídeo te explican paso a paso la concepción de la gasolina a partir del petróleo crudo.
Aunque bien es cierto que una de las mayores funciones del petróleo es ser punto de partida del combustible, también tiene muchas aplicaciones en otras industrias. «El oro negro huele a huevo podrido, pero también a dinero», una de las primeras frases del vídeo que hoy nos ocupa y que creo que resume muy bien al petróleo, y más a día de hoy con los precios que está alcanzando la gasolina.
Cómo se obtiene la gasolina, el oro negro al que todos temen por su alto precio
Concretamente el vídeo se centra en la industria petrolífera de Estados Unidos, la cual se concentra en Texas. Allí se excavan más de 2.000 nuevos pozos al mes, y entre todos ellos se extraen más de 900.000 barriles de petróleo crudo al día. Para que este siga saliendo con frenesí, los productores hacen una media de un pozo nuevo diariamente, garantizando su extracción.
Pero antes de ponerse a excavar deben detectar las zonas más fructíferas, lo que implica la intervención de tecnología sísmica. Una vez localizados los yacimientos de petróleo y gas natural bajo el suelo, se selecciona el lugar exacto de perforación. Aunque son sistemas avanzados, son muchos los que se decantan por la exploración petrolífera para determinar con precisión los puntos claves para extraerlo. Pero esto es solo la mitad del trabajo, ya que el petróleo crudo se encuentra a una profundidad de 4.000 metros atrapado entre infinidad de rocas.
Para acceder hasta tal punto se hace uso de una excavadora con una punta rematada en diamante capaz de taladrar 5 metros por hora. Debido a la gran fricción que la excavación genera, esta alcanza altas temperaturas que requieren de un constante bombeo de agua a presión dentro del pozo para poder enfriarla, lo que provoca que todos los restos asciendan hacia la superficie.
Al principio, y debido a la presión del petróleo, este asciende hasta la tubería a través de pequeños agujeros, pero no es un fenómeno que dure eternamente. Para provocarlo de manera artificial hay que recurrir a una bomba de émbolo, la cual se comporta, a grosso modo, como una jeringuilla gigante que extrae constantemente el petróleo crudo.
Todas las tuberías de los más de 2.000 pozos derivan en un mismo recipiente ideado para eliminar el gas. Una vez extraído, el petróleo se impulsa a través de una bomba por otro conducto para realizar un viaje de 1.000 kilómetros hasta la refinería, donde el crudo se calienta a más de 370º para generar vapor como si de agua hirviendo se tratase.
Cuando se enfría las moléculas se condensan, y las más ligeras, como las de la gasolina y queroseno, se quedan en la parte alta del recipiente, mientras que las más pesadas, como las del diésel, se quedan al fondo y ya se pueden extraer a través de un sifón. De cada 191 barriles de petróleo crudo, se obtienen 88 litros de gasolina, 48 de gasóleo, 26 de queroseno y casi 7 de propano.
En otras palabras, solo la refinería de Texas es capaz de producir tanta gasolina como para que un coche haga 770 viajes de ida y vuelta a la luna. Pero antes de llevarlo a la práctica, el combustible obtenido se introduce en un motor para comprobar su capacidad de detonación entre otros aspectos. Una vez asegurada la mezcla y corroborar que es perfecta, se envía a un segundo depósito al que se conectan con los camiones cisterna que llevan el combustible directamente a las gasolineras.