Os presentamos una comparativa 4×4 muy especial, ya que vamos a enfrentar un Suzuki Jimny de estricta serie contra un Lada Niva altamente preparado para el todoterreno. Es una comparativa aparentemente desigual, ya que uno de los coches ni siquiera está a la venta y además ha sido modificado por un taller especialista en preparaciones 4×4, Medina Motor, mientras que el otro te lo podrías comprar en un concesionario. Sin embargo la filosofía, el tamaño, el desempeño y el coste de ambos vehículos es muy parejo, como veremos a continuación.
Suzuki Jimny PRO
Presentando a los contendientes: Suzuki Jimny vs Lada Niva
Poco podemos decir a estas alturas del Suzuki Jimny que no se haya dicho ya. En este caso, cabe recordar que lleva neumáticos M+S de serie y su tracción integral con reductora es conectable sin diferencial central, dejando abiertos los diferenciales delantero y trasero en todo momento. Para conseguir tracción depende totalmente de la electrónica y su control de tracción. Pero vamos con el Lada, que es el que tiene mucho más que contar.
Este Lada niva nos lo ha cedido Medina Motor un taller multimarca especialista en Lada Niva que suele contar con ejemplares a la venta de segunda mano, de serie o modificados por ellos mismos como es este caso. Esta unidad lleva el motor 1.7 de inyección con 81 CV de potencia, con una serie de modificaciones bastante agresivas que lo dejan mucho mejor preparado para el 4×4.
* Reprogramación de centralita para aumentar el par a bajas vueltas
* Doble suspensión delantera (original + Koni Heavy Track)
* Elevación de suspensión +5 cm delante y detrás con nuevos muelles más largos
* Amortiguadores Trail Master traseros para alargar el recorrido de suspensiones (+8 cm)
* Barra Panhard doble y regulable
* Grupos cortos de un Lada Niva de 4 marchas, para acortar el desarrollo final
* Cambio de neumáticos por unos 215/75 R15 Mud Terrain de BF Goodrich
* Diferencial trasero bloqueable (el central es bloqueable de serie)
El resto de cambios, como volante, backets, taloneras, protecciones, esnórquel, defensas, tomas de aire y un larguísimo etcétera no van a afectar al resultado de esta prueba porque no implican altura al suelo ni mejoras de potencia, desarrollos o capacidad de tracción.
Lo curioso es que este coche, con todas las modificaciones aplicadas, tiene un valor aproximado de 20.000 €, que es más o menos lo que cuesta el Jimny nuevo, así que al final nos encontramos con dos vehículos que podrían entrar dentro de las posibilidades de compra de alguien que quiera hacer todoterreno sin complejos.
Primera prueba: dubbies
En los dubbies empezamos a ver de lo que son capaces estos dos coches. El primero en entrar es el Lada Niva, un coche con carrocería autoportante (no lleva chasis de largueros, sino una arquitectura «de coche») y pasa por los dubbies haciendo bastante ruido, con unos crujidos más que perceptibles que provienen de la torsión del chasis (es difícil abrir una puerta si el coche está parado en terreno irregular) y rozando en la parte inferior con el fondo de tierra.
Es necesario conectar el bloqueo trasero para poder culminar la prueba, ya que el coche de serie sólo trae bloqueo central y con dos ruedas en el aire de diferentes ejes se quedaría clavado.
A continuación, vamos adelante con el Suzuki Jimny que de entrada es bastante más silencioso. En este caso con reductora y primera velocidad el control de tracción nos saca hacia delante sin mayores problemas, progresando a través de las ondulaciones con mucho menor recorrido de suspensiones que el Lada, pero sin ruidos ni crujidos del chasis.
El Jimny también sufre en tracción, y también se perciben rozamientos en la parte inferior del coche contra el suelo, pero la solvencia es similar a la del Lada (salvando la torsión del chasis del vehículo ruso) y llegamos al final sin demasiadas dificultades.
Segunda prueba: pendiente lisa de barro
Nos enfrentamos ahora a una pendiente lisa muy embarrada, un obstáculo que en seco no tendría la menor dificultad para ninguno de estos coches pero que hoy es una auténtica pista de hielo inclinada.
El primero en subir es el Lada Niva, que empieza a demostrar de lo que es capaz en barro. La pendiente es ultra deslizante y, evidentemente, tiene que luchar para llegar arriba, pero peleando un poco con la dirección y dosificando el gas, conseguimos coronar con la sensación de que estamos en el límite de adherencia del coche.
Llega el turno del Suzuki Jimny y la balanza empieza a inclinarse a su favor. El Suzuki se muestra mucho más capaz de llegar hasta arriba sin drama, de forma fluida y apenas perdiendo tracción en ningún momento. La sensación desde dentro es de que estamos dando un simple paseo.
Tercera prueba La batidora
Llegamos a la prueba que conocemos como «La Batidora», una sucesión de montículos en pendiente ascendente que van generando sucesivos cruces de puentes. Esta prueba tiene una dificultad extrema, aunque en este caso el agua ha compactado un poco el suelo, que es de tierra, y no ha afectado negativamente a la capacidad de tracción aunque tampoco la ha mejorado.
El primero en subir, como siempre, es el Niva. Atacamos la pendiente en reductora, con bloqueo central y trasero, y cierta alegría con el acelerador para que el coche no se ahogue. El Niva se queda clavado en la primera subida, pero es cuestión de buscar una trazada ligeramente diferente para que logre subir al segundo intento y llegar al final de una forma más o menos fluida, teniendo en cuenta la dificultad del obstáculo.
Llega el turno del Jimny, y aquí va a tener más problemas. Empezando por el punto de partida, el Jimny se me va hacia la izquierda y se entierra en un agujero de barro que me impide colocarlo bien para arrancar, lo que da una idea de lo resbaladizo que está el terreno. Le cuesta muchísimo encaramarse al primer montículo y tengo que darle bastante gas para lograr subirlo.
En el último punto, sucede lo mismo y tengo que buscar una segunda trazada y abrir bastante gas para sacarlo de forma algo forzada de la batidora, si bien es cierto que al final los dos lo han logrado con un nivel de dificultad similar y la ventaja del Lada es mínima en este obstáculo.
Cuarta prueba: poza de barro
Nuestra cuarta prueba, más que una poza de barro es un vadeo, teniendo en cuenta el tamaño y la profundidad de la piscina que se ha formado con las recientes lluvias. En el punto más profundo estamos hablando de unos 70 cm de agua, que en el caso del Niva cubrirán hasta el faro y en el Jinmy (con un capó más alto) se quedarán algo más arriba de la defensa. Ambos coches están preparados para esto, así que vamos a ver qué tal lo hacen.
El primero en pasar es el Lada Niva, que se mete hasta el fondo como si disfrutando como un cerdo en el lodo ¿o tal vez era yo quien disfrutaba? Las ruedas de tacos y el bloqueo central y trasero le permiten avanzar sin atascarse hasta el final de la zona empantanada, sin mayores problemas.
El Suzuki Jimny nos da algo más de reparo al no contar con esnórquel, pero la toma de aire está situada justo en lo más alto del capó, justo detrás del faro delantero derecho (justo el punto del coche que más se va a hundir, pero estoy bastante seguro de que tengo margen. Bastante seguro…
Entro en la poza y, efectivamente, no sólo tengo margen para que el coche pueda respirar sino que el Jimny no encuentra dificultades para salir adelante con la misma solvencia con la que lo ha hecho el Niva, llegando al final sin tener que utilizar la eslinga que llevo amarrada al coche ya antes de entrar.
Quinta prueba: gran pendiente con cruce de puentes en barro
Esta prueba es una de las más complicadas del circuito, ya que presenta una pendiente superior al 50% muy deslizante que culmina en un cruce de puentes muy profundo justo en el punto final. Es una prueba de fuego que se va a revelar como la única que establece diferencias entre ambos coches.
El primero en intentarlo es el Niva, con el que abro gas sin llegar a coger inercia (por falta de adherencia) pero sin permitir que el motor pierda fuerza en ningún momento. El coche trepa con dificultad y al llegar al punto crítico es incapaz de superar el cruce de puentes. Acelerar a fondo no sirve de nada y en las tres oportunidades que le damos nunca llega a dar la sensación de que pueda llegar a la cima.
Llega el turno del Suzuki Jimny, un coche de estricta serie con neumáticos M+S, ausencia de diferencial central y un control electrónico avanzado para 4×4 por toda ayuda para sus diferenciales abiertos delantero y trasero. Las esperanzas de llegar arriba son nulas, en vista de lo que ha pasado con el Niva preparado, pero contra todo pronóstico, luchando con el obstáculo más difícil de toda la prueba, resbalando en todo momento pero sin perder totalmente la tracción, el Jimny trepa hasta la cima y se alza con una victoria incontestable.
Conclusiones
Pocas veces la conclusión de una comparativa 4×4 es tan fácil de sacar: hoy hemos enfrentado un todoterreno clásico con bloqueos mecánicos, ruedas especiales, altura al suelo adicional y suspensiones modificadas con un «modesto» Suzuki Jimny de serie, sin más ayuda que su electrónica, y el resultado ha sido que el vehículo moderno ha podido con la «bestia» rusa de forma clara.
Es cierto que la igualdad ha sido notable a lo largo de la prueba y que son dos coches de capacidades muy similares, pero en última instancia nunca he percibido que el Lada Niva fuese superior al Suzuki, ni en rigidez ni en capacidad de tracción, frente a ninguno de los obstáculos a los que nos hemos enfrentado hoy, mientras que el Suzuki sí ha dado una clara muestra de superioridad en la última prueba en la que no ha quedado lugar a la duda: el Jinmy tracciona más y es el justo vencedor de la comparativa.