Nos desplazamos al circuito todoterreno de Autorrescate 4×4 en Segovia para realizar una nueva comparativa todoterreno, esta vez entre el Suzuki Jimny y el Subaru XV. En esta comparativa nos proponemos dos objetivos, por un lado mostraros la diferencia entre un todoterreno puro y un SUV de carretera con tracción total permanente; por otro lado queremos buscar los límites en 4×4 extremo de ambos coches, enfrentados a los mismos obstáculos de la misma forma. Os puedo adelantar que las diferencias entre ellos son muy marcadas, pero empecemos por el principio.
Antes de nada conviene aclarar que estamos enfrentando dos coches muy diferentes entre sí y que sabemos que la comparativa no es «justa». El Subaru XV es un SUV 100% diseñado para asfalto mientras que el Suzuki Jimny es un todoterreno puro, por tanto no están en pie de igualdad a la hora de enfrentarse a un circuito todoterreno tan complicado como este.
Suzuki Jimny PRO
Dicho esto, vemos interesante la prueba porque nos va a dar una medida muy interesante de la capacidad de tracción del Jimny frente a todo un Subaru, cuyo sistema de tracción total permanente es mundialmente famoso por su eficacia sobre barro y nieve. También nos dará la diferencia entre un coche de carretera y un 4×4 sin concesiones y creemos que esto ayudará a sus potenciales compradores a saber lo que están comprando con una mejor perspectiva.
Las reglas del juego
Para esta comparativa vamos a clarificar cuáles son las reglas del juego antes de empezar a jugar. Esto es importante, porque al ser una prueba con ciertas pretensiones científicas (en el sentido de intentar repetir escenarios idénticos para establecer diferencias) conviene dejar claro lo que se pretende y cómo se pretende hacer.
1 – Los coches son de serie, los neumáticos son originales y las presiones son las que recomienda el fabricante. Probamos los coches tal como salen del concesionario, sin tocar absolutamente nada.
2 – El conductor intenta ser neutral, es decir, intenta repetir la prueba en idénticas condiciones con ambos coches y no influir en el resultado. La idea es que la diferencia la marquen los coches.
3 – Buscamos poner los coches en la peor situación posible para comprobar si salen o no salen adelante. No pretendemos llegar al otro lado, sino marcar las diferencias entre uno y otro, por eso evitamos entrar con inercia. Será la tracción la que nos saque o no nos saque, no la velocidad con la que entramos.
Los contendientes: Suzuki Jimny frente a Subaru XV
Suzuki Jimny: es una versión Mode 3 (el tope de gama) con motor 1.5 de gasolina sin turbo con 102 CV y cambio manual de 5 velocidades. Lleva tracción total conectable con reductora. Carece de diferencial central, por lo que sólo podemos utilizar la tracción 4×4 en zonas de baja adherencia. Los diferenciales delantero y trasero son abiertos pero lleva un control de tracción optimizado para 4×4. El Jimny lleva neumáticos 195/80 R15 de tipo M+S para barro y nieve.
Subaru XV: es la versión tope de gama Executive Plus con motor bóxer 2.0 de gasolina con turbo y 156 CV de potencia máxima acoplado a un cambio automático Lineartronic (variador continuo). Lleva tracción total permanente con diferencial central por embrague multidisco que siempre envía par a ambos ejes (aunque puede variar el % de reparto). Los diferenciales delantero y trasero son abiertos, pero lleva un control de tracción optimizado para asfalto resbaladizo. El XV lleva neumáticos 225/55 R18 de carretera, no son ni siquiera M+S.
Lo más importante aquí son los sistemas de tracción, la presencia de reductora y ejes rígidos en el Jimny y los neumáticos que traen de serie ambos coches. Ya decimos que la comparativa no es igualitaria porque ambos coches son para propósitos diferentes, pero estos son los coches que te comprarías en un concesionario y son exactamente los que vamos a probar.
Prueba cero: las diferencias en carretera
Arrancamos con la prueba de asfalto, un test que nos deja claras las primeras diferencias entre ambos coches.
El Suzuki Jimny tiene un esquema de suspensiones con doble eje rígido, totalmente orientado a campo pero que en carretera nos deja un comportamiento torpe y extraño comparado con un turismo. El Jimny tiene una dirección muy lenta, bastante imprecisa, con algunos rebotes de suspensión y un comportamiento en carretera que nos invita a conducirlo despacio en todo momento.
En autopista será necesario llegar a las 4.000 rpm para alcanzar los 120 km/h y en ese momento el sonido es tan intenso dentro del pequeño Suzuki y el ruido del motor tan desagradable (parece que el coche está sufriendo) que rápidamente bajaremos a los 100 o como mucho 110 km/h, donde iremos mucho más a gusto.
El Suzuki Jimny se puede utilizar en carretera, por supuesto, pero es un coche de campo y se nota en todo. Aunque se trata de un coche pequeño y muy maniobrable en ciudad, si no lo vamos a utilizar fuera del asfalto yo creo que sería un error comprarlo como coche únicamente urbano, aunque mucha gente sin duda lo comprará con este único fin porque la verdad es que es precioso (aún más en cualquier otro color que no sea este beis apagado de la prueba).
Llegamos al Subaru XV y aquí todo funciona al revés. El comportamiento en asfalto es impecable, siendo un coche cómodo, ágil y silencioso para hacer kilómetros y disfrutar al volante.
La suspensión es independiente a las 4 ruedas y el tacto de dirección es directo y comunicativo. Es un coche muy estable y divertido de conducir que destaca aún más si te acabas de bajar de un coche tan torpe como el Jimny en carretera.
La única pega es el cambio Lineartronic, un cambio en por el que Subaru lo ha apostado todo desde hace unos años pero que no termina de convencerme ni por su eficiencia (el coche consume bastante) ni por su funcionamiento. Por supuesto que es un cambio suave al carecer de marchas reales, pero el sonido y la sensación de acelerar a fondo es demasiado parecida a un embrague patinando y nunca me siento del todo cómodo con él.
Primera prueba 4×4: camino roto
Llegamos a la primera prueba seria fuera del asfalto, la circulación por un camino roto con tierra, piedras y regueros profundos y se empiezan a notar aquí las grandes diferencias entre un coche y otro.
El Jimny se mueve como pez en el agua, dando una sensación de seguridad total. Sus ángulos de ataque y salida son tan grandes que ni te planteas tocar con nada. Los ejes rígidos son ideales para este maltrato y aunque el coche es algo saltarín, es también divertido y no transmite holguras ni crujidos en su interior que nos den sensación de sufrimiento. La capacidad de tracción también es magnífica y el control de tracción nos va sacando fácilmente de cualquier punto complicado en el que alguna rueda se pueda quedar en el aire.
El XV es un coche de carretera y en caminos no se encuentra nada a gusto. Cuenta con una impresionante altura al suelo de 22 cm que es incluso superior a la del Jimny (21 cm) también cuenta con un buen sistema de tracción total, pero todo esto no es suficiente para convertirlo en un todoterreno.
La principal barrera del Subaru es su ángulo de ataque de 18º, una cota muy desfavorable que nos va a hacer tocar el morro en muchos puntos de la ruta, unido a un esquema de suspensiones 100% de asfalto que se ve un poco superado por las circunstancias y nos invita a circular muy despacio.
Con un Subaru podemos circular por pistas en buen estado, pero un camino tan destrozado como el de la prueba se le atraganta bastante y consigue que estemos deseando terminar antes de que algo se rompa.
Segunda prueba 4×4: cruce de puentes suave
El cruce de puentes suave es una prueba sencilla porque los puntos donde las ruedas se quedan en el aire son cortos y la pendiente ascendente es muy pequeña.
En este caso no hay diferencias sustanciales entre ambos coches, salvando el hecho de que el Subaru rozaba el frontal en un punto concreto del recorrido donde el Suzuki pasaba con mucha holgura.
Ambos coches superan el obstáculo de forma muy parecida, utilizando el control de tracción para frenar las ruedas sin adherencia y pasar par de giro a las ruedas apoyadas en el suelo. El Subaru es algo más suave en esta transición mientras que el Jimny es un punto más brusco, pero ninguno de los dos tiene problemas.
Cuarta prueba 4×4: pendiente fuerte con cruce de puentes extremo
Esta prueba es la prueba reina de la comparativa. Se trata de una prueba muy extrema a la que muy pocos coches se podrían enfrentar con éxito, ya que cuenta con un máximo de 20º de inclinación máxima, lo que equivale a un 44%: una barbaridad.
Los coches se tienen que enfrentar a esta difícil pendiente de tierra resbaladiza con solo dos ruedas apoyadas en el suelo, que se van alternando hasta 3 veces en sucesivos cruces de puentes consecutivos. Sólo un coche con bloqueo de diferencial al menos central y trasero puede subir (en teoría) por esta superficie, o bien un coche con un control de tracción tan eficaz en 4×4 que sea capaz de simular ese bloqueo de diferenciales a la perfección.
Comenzamos con el Suzuki, un coche que ya se enfrentó con éxito a esta prueba anteriormente, si bien en el día de hoy parece estar más excavada que en nuestra última visita. El Jimny trepa con dificultad, con un trabajo increíble de su control de tracción que lo lleva hasta la cima de forma brusca pero efectiva. Los bandazos que pega, que lo hacen girar sobre su eje vertical, son porque cuando coge tracción lo hace bruscamente y en ruedas que empujan de una en una cada vez, por eso el coche gira y hay que trabajar bastante con la dirección.
Llega el turno del Subaru XV y decidimos intentar el ascenso jugando con todos los sistemas electrónicos para que no se quede ninguno sin probar, pero el resultado es siempre el mismo: se queda clavado en el primer punto donde una de las ruedas gira en el aire, sin la más mínima posibilidad de subir la pendiente. Da igual que conectemos el X-Mode, da igual que desconectemos el control de estabilidad, el Subaru ni se acerca a subir.
En este caso, la clave está en la diferente configuración del control de tracción. El Jimny está preparado para enfrentarse a este tipo de obstáculos y el Subaru está diseñado para asfalto resbaladizo, nada más. La ausencia de reductora también juega en contra del XV, pero no creo que haya sido determinante porque en ningún momento es capaz de traccionar.
Última prueba 4×4: lucha en el barro
En esta última prueba conviene recordar de nuevo que ambos coches traen los neumáticos de serie con las presiones de serie. No queremos bajar el aire de las ruedas ni queremos meter unos neumáticos especiales ni a uno ni a otro porque lo que queremos probar es la capacidad de ambos coches tal como salen del concesionario, que es como te los vas a comprar.
Puesto que el Subaru trae neumáticos de carretera sin nada especial y el Jimny trae también neumáticos de carretera pero de tipo M+S (barro y nieve) creo que en este punto se van a marcar muchas diferencias por culpa del calzado, precisamente circulando sobre barro.
La trampa de barro que hemos encontrado esta vez es bastante lisa y bastante horizontal, pero el barro apenas tiene adherencia y al meterse en él es muy parecido al hielo. La mínima pendiente se convierte en un problema.
Comenzamos con el Jimny y decidimos meter segunda velocidad con reductora para que no haya tanta diferencia de desarrollo entre uno y otro y no pasar tanto par de giro a las ruedas sobre una superficie tan deslizante. El Suzuki pasa resbalando pero con fluidez, sin detenerse en ningún momento y nunca da la sensación de quedarse atascado.
Sobre las roderas del Suzuki, vamos adelante con el Subaru que tiene más dificultades para salir, quedando atascado en un punto que me obliga a dar marcha atrás y coger un poco de inercia para salir del charco. El Subaru tiene más dificultades para avanzar y sale por los pelos. La sensación desde dentro es la de conducir sobre una placa de hielo con adherencia nula.
Como el Subaru ha entrado de segundo sobre las roderas del Jimny, para despejar todas las dudas vamos a meternos otra vez con el Suzuki por las roderas de ambos para ver si el problema ha sido entrar de segundo. El resultado es que el Jimny vuelve a pasar sin problemas por los surcos ya muy profundos de ambos coches, dejando clara su superioridad (y la de sus neumáticos) en estas circunstancias.
Me atrevería a decir que si Subaru montase unos neumáticos M+S esta prueba habría estado mucho más igualada, pero en este caso y tal como vienen de serie hemos de declarar vencedor al Suzuki por un pequeño margen.
Conclusiones
Las conclusiones de esta comparativa eran hasta cierto punto previsibles: si enfrentamos a un auténtico todoterreno contra un SUV de asfalto, en asfalto gana el SUV y en 4×4 gana el todoterreno. Era previsible, pero creemos que ha sido interesante y muy divertido comprobarlo.
En asfalto las diferencias son muy notables, tanto como para desaconsejar la compra de un Suzuki Jimny si estamos pensando en utilizarlo sólo en carretera y ciudad, ya que lejos del campo no tiene mucho sentido y pagaremos un importante peaje en comportamiento y confort. Por su parte, el Subaru hace gala de un comportamiento sobresaliente en carretera con un chasis muy afinado y un tacto de dirección de lo mejor de la categoría.
En campo no hay duda de que el Jimny es superior en todas las circunstancias en las que los hemos probado. Los ángulos del Suzuki y su control de tracción optimizado para 4×4 dejan muy atrás a un Subaru que se ve limitado incluso para salir de una trampa de barro sencilla al carecer de neumáticos adecuados para tal fin.