Se avecinan curvas… ¡y qué curvas! En Diariomotor estamos dispuestos a asumir desafíos y por ello hoy os traemos este duelo épico, una comparativa en circuito donde enfrentamos al Tesla Model 3 Performance contra el Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio. Dos conceptos tan distintos como similares sobre las altas prestaciones en clave de berlina. Presente y futuro de cómo entender la deportividad y, especialmente, dos coches que bajo recetas muy diferentes prometen dejarnos con la boca abierta. ¡Empezamos!
Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio: nuestra referencia con 510 CV
El Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio llegó al mercado con la única intención de superar a todos sus rivales en potencia, rendimiento y diversión. Pasado el tiempo no cabe la menor duda de que Alfa ha conseguido su propósito convirtiéndose en una de las referencias de su categoría, con sus más y sus menos, pero habiendo encontrado el favor del público y la crítica para convertirse en la berlina deportiva a batir. Por ello, para este duelo es el Alfa Romeo Giuali Quadrifoglio nuestro referente, el coche que hemos usado como escaparate de cómo debería ser una receta de sedán deportivo en cifras, pero sobre todo en sensaciones que a fin de cuentas es lo que más nos importa.
Tesla Model 3
La receta técnica del Giulia Quadrifoglio es imponente y de hecho es compartida con hasta un SUV como es el Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio. Su motor es un 2.9 V6 Twin-Turbo de 510 CV y 600 Nm de par, un propulsor desarrollado nada menos que por los ingenieros de Ferrari. A esta mecánica se une un cambio automático de 8 relaciones por convertidor de par y manejo secuencial con envío única y exclusivamente hacia el tren trasero. Un 0-100 Km/h que cae en los 3,9 segundos y una velocidad punta de 307 Km/h, cifras más que contundentes para una berlina con alma de superdeportivo.
Fuera de cifras y tiempos en circuito, si hay algo por lo que destaca el Giulia Quadrifoglio es por el regusto que ofrece a deportivo clásico. Dirección muy rápida, con mucho feedback de cuanto pasa bajo nuestros pies, con un sonido contundente y, sobre todo, con una trasera que le gusta insinuarse a poco que así lo queramos. No es un coche excesívamente nervioso o exigente hasta que se alcanza un ritmo muy elevado, lo que es sinónimo de diversión en cada curva sin perder un ápice de control. No es un coche perfecto en su conjunto, pero en sensaciones casi.
Tesla Model 3 Performance: un silencioso aspirante con 462 CV
Hablar de altas prestaciones y coches eléctricos ya no es tan raro desde que Tesla se ha hecho habitual en las calles, sin embargo con el Tesla Model 3 Performance se ha querido ir un paso más allá subiendo esa apuesta hasta el difícil califactivo de «deportivo». Sí, el Tesla Model 3 Performance ya ha demostrado por activa y por pasiva que es capaz no solo de ganar, sino de humillar a más de un superdeportivo. Por ello el objeto de nuestra comparativa ha sido ir más allá, pues en este duelo buscamos ese punto más subjetivo en el que se debate todo petrolhead donde las sensaciones tienen más peso que las prestaciones puras y duras.
Tanto es así que pareciera que Tesla nos ha escuchado al desarrollar un programa de conducción específico pra circuitos denominado Track Mode, un perfil de funcionamiento diseñado para no hablar solo de cifras, sino de diversión a los mandos de su actual deportivo de referencia. Tras llegar a España el «Track Mode» no nos lo pensamos ni un segundo, había que probar a fondo el nuevo carácter de los Tesla en circuito y además teníamos que hacerlo contra el mejor rival que podíamos encontrar en ese sentido.
El Tesla Model 3 Performance cuenta con 2 motores eléctricos, uno por cada eje, capaz de desarrollar una potencia máxima de 462 CV con un par de 638 Nm entregados de forma instantánea. Unas baterías de 75 kWh son las encargadas del suministro de energía, consiguiendo así un 0-100 Km/h de apenas 3,4 segundos y una velocidad máxima de 261 Km/h. Lo volvemos a decir, el Model 3 Performance es en prestaciones un durísimos rival, no solo por cuanto ofrece sino por lo bien que gestiona sus cartas cuando se le exige el 100%.
Sin embargo en este duelo en las instalaciones del INTA buscábamos más que cifras, queremos descubrir si el «Track Mode» era lo que necesitaba el Model 3 Performance para sacar sonrisas. Y sí, efectívamente el Model 3 cambia radicalmente con el nuevo software diseñado para circuitos. Es un coche que se relaja al límite, que te permita jugar con el sobreviraje, un coche que ahora sí que demuestra el potencial de un eléctrico fuera de los cronos. Pero aún echamos en falta algo, un toque más emocional al buen trabajo del sistema de propulsión eléctrica, algo que acompañe a las buenas cifras en forma de chasis más radical, un diseño exterior e interior más agresivo y detalles que marquen realmente las diferencias con el resto de Model 3. No tengo dudas, este Model 3 Performance brilla pero no cautiva. Pero ojo, sabemos que Tesla no ha dicho aún su última palabra con el Model 3 Performance, teniendo muy claro que estamos ante un diamante en bruto que a poco que sea pulido será muy difícil de superar.