Dicen que Estados Unidos es un país que creció al ritmo que marcó la explosión en popularidad del automóvil. El automóvil ha condicionado su urbanismo, sus estructuras sociales y laborales, e infinidad de aspectos de la vida diaria. La relación de Estados Unidos con el motor es una enfermiza historia de amor, que ha derivado en una cultura automovilística muy especial. Este culto al motor ha dado lugar a todo tipo de competiciones, algunas de ellas realmente absurdas y exóticas, en las que solo la combustión interna es el denominador común. Créeme, no estás preparado para algunas de sus más alocadas competiciones de motor…
Antes de empezar, una pequeña aclaración. Muchas, o casi todas estas competiciones, son consideradas «grassroots racing». Es decir, competiciones de bajos peajes de acceso – siempre recordando lo caro que es cualquier hobby si nos adentramos en él lo suficiente – sin regular, o con regulaciones mínimas. Incluso sus nombres son discutibles y/o variables. Aunque algunas cuentan con reglas y organismos que las gobiernan, lo realmente mágico de estas curiosas disciplinas es la afición que generan entre su público y participantes.
Big rig drag racing
Se trata de competiciones de aceleración entre gigantescos camiones. De origen industrial o comercial, sus motores diésel se potencian por encima de los 1.000 CV, e incluso algunos duplican o triplican dicha cifra. Estas competiciones se llevan a cabo de diversas formas. Algunas consisten en carreras con remolques cargados hasta los topes en cuestas arriba, mientras que otras son de corte más tradicional: carreras de cuarto de milla, sobre asfalto y sin carga. La ausencia de filtros de partículas es patente. Greta… es mejor que no mires esto.
Tractor pulling
Aunque en Países Bajos, Reino Unido y Alemania esta disciplina es tremendamente popular… nació en Estados Unidos. Consiste en remolcar cargas realmente pesadas sobre una pista de tierra. Estas cargas van frenando de forma progresiva al tractor, que más que equipamiento agrícola, es un bestial vehículo con miles y miles de caballos. Algunos cuentan con turbinas, otros con cuatro motores V8 dignos de un dragster, y potencias cercanas a los 10.000 CV combinados. Es un absoluto espectáculo, especialmente cuando alguno de estos motores dice basta…
Swamp buggy racing
De la tierra, pasamos a los pantanos del sur de EE.UU. Allí surgió esta curiosísima disciplina. Los vehículos participantes deben completar un circuito construido sobre un pantano, venciendo a su adversario. Estos vehículos parecen cilindros, construidos sobre un chasis tubular, en cuyas entrañas hay motores V8 con potencias en el entorno de los 1.000 CV. Lo más peculiar es que el piloto va situado por delante de las ruedas delanteras, y que sus ruedas son estrechas y de enorme diámetro. Es caricaturesco y estrambótico. Pero es realmente adictivo.
Sprint Boat racing
Seguimos en el agua, y seguimos en los pantanos. Las carreras de «sprint boats» consisten en circuitos muy revirados y pequeños, trazados sobre una zona inundada. Las embarcaciones emplean motores de miles de caballos, e incluso turbinas en algunos casos. De propulsión a chorro, estas embarcaciones son tan rápidas y el ritmo de carrera es tan frenético, que necesitan un copiloto que vaya indicando al piloto hacia donde deben girar. Un error terminará con un vuelco o con la salida de pista – hacia tierra – de la lancha, a velocidades endiabladas.
Pig n’ Ford Racing
Bajamos el presupuesto, y nos vamos a una de las disciplinas más locas de todo este artículo. Una competición originada en la Tillbrook County Fair de Oregon, donde se celebra desde 1925. Consiste en dar vueltas a un oval de tierra con un Ford Model T, mientras el conductor del coche transporta un cochinillo en brazos. Es una carrera de relevos, y cada vuelta se cambia de conductor. El nuevo conductor debe arrancar el coche – a manivela, detalle importante – y coger de nuevo al cochinillo de la caja donde lo depositó el anterior conductor.
Figure 8 caravan racing
Entramos en las competiciones más destructivas. En este caso, competiciones del tipo «figure 8», es decir, una pista tipo «Mickey Mouse» – dos ovales entrelazados con un cruce en común. La competición consiste en ser el que más vueltas consiga dar durante un periodo de tiempo concreto. El peligro está en el cruce, donde se producen tremendos choques y accidentes. Si a la ecuación sumamos altas velocidades y una caravana remolcada, el resultado es un festival de la destrucción. Ideal para ver comiendo perritos calientes y bebiendo mucha cerveza.
Spectator drags
Una de las competiciones más humildes de esta lista. Se celebran a lo ancho y largo de Estados Unidos en pistas ovales de pequeño tamaño. Las competiciones enfrentan a dos coches, normalmente coches de calle mas o menos modificados, a una o dos vueltas. El ganador pasa a la siguiente ronda y al final del día se corona a un ganador. Es muy barato y no provoca un gran sufrimiento al coche, aunque como toda competición, comporta un cierto riesgo y no es poco común ver toques entre coches. De nuevo, es altamente gratificante para los espectadores.
Tuff Trucks
Este nombre quiere decir «tough trucks», o «camionetas robustas» si prefieres una traducción. Es un eufemismo para referirse a una competición donde muchos viejos SUV y todoterrenos van a morir. Usando vehículos muy baratos, los pilotos se enfrentan a una pista de tierra repleta de baches y saltos, que deben superar lo más rápidamente posible. En el proceso, algunos vuelcan, otros destrozan sus ejes, suspensiones o motores, y no muchos completan el circuito completo. Menos aun lo consiguen con el vehículo apto para otra ronda de «Tuff Trucks».
Lawn mower drag racing
Los americanos hacen carreras de aceleración con cualquier tipo de vehículos, como ya es patente en el drag racing tradicional. Pero es que además de que existe drag racing sobre diferentes tipos de superficies, también existe drag racing con vehículos que no son automóviles. Por ejemplo, cortacéspedes. El drag racing con cortacéspedes es muy popular, y se lleva a cabo con aquellos que tienen volante y asiento. Se corre sobre hierba o sobre gravilla, y se transplanta en ellos motores de moto, normalmente procedentes de motos deportivas de gran calibre.
Mud/dirt/sand drag racing
Las carreras de aceleración son una religión al otro lado del charco, y no podían faltar en esta lista algunas de sus variaciones. Una de las variantes más populares es el drag racing sobre gravilla o sobre barro. Para lograr tiempos de cuarto de milla comparables a los de algunos coches sobre asfalto, se suele recurrir a neumáticos de palas. Es habitual ver deportivos de dos ruedas motrices con gigantescos neumáticos traseros, pero el vehículo más idóneo son pick-ups con preparaciones de altísimo calibre sobre sus motores, ya sean diésel o gasolina.
Barbie Jeep racing
Si tiene ruedas, se compite. Es una de las máximas más apropiadas para las competiciones de motor en Estados Unidos. En el sur más profundo, y con una total preponderancia de público de tipo «redneck», tienen lugar las competiciones de Barbie Jeep Racing. Consiste en usar coches de plástico construidos para niños, sin motor, para que adultos bien crecidos se lancen con ellos pendiente abajo. Los accidentes están garantizados, al igual que muchas lesiones físicas. Es uno de esos deportes que se practican mientras se dice aquello de «sujétame el cubata».
Flat Track motorcycle racing
Y de una especialidad regional redneck pasamos a una de las disciplinas más tradicionales y respetadas a nivel mundial. Estas carreras de motos son una institución, y han incluso inspirado motos de calle como las Harley-Davidson XR1200. Este deporte consiste en competir en un oval de tierra con motos cuyo giro es un derrape constante. Se alcanzan velocidades realmente elevadas y las motos bailan durante horas al límite de la pérdida de control. Las batallas por los primeros puestos son emocionantes y arriesgadas. Es un espectáculo digno de verse.
Top Fuel motorcycle dirt drag racing
Como ya habéis visto, las carreras de aceleración son una tónica común en Estados Unidos. La categoría Top Fuel es la más rápida, con dragsters que superan los 10.000 CV y superan los 500 km/h. También existe el drag racing con motocicletas, y las motos Top Fuel son tremendamente rápidas, usando motores que se adentran en las cuatro cifras. Estas motos son temibles, pero son aun más temibles cuando llevan un enorme neumático trasero de palas y aceleran con violencia sobre superficies de baja adherencia. Comprobadlo vosotros mismos.
Bowman Gray chain racing
En el circuito oval de Bowman Gray, en Carolina del Norte, tiene su origen una de las carreras más descacharrantes del mundo automovilístico de Estados Unidos. De nuevo, existe un claro componente destructivo, ya que algunas de las carreras incluso se hacen en la modalidad «Mickey Mouse». Básicamente consiste en atar dos coches mediante una cadena. El coche remolcado va en punto muerto, pero existe un conductor en su interior, con capacidad de manejar el coche – e incluso usarlo como arma arrojadiza. Imaginad las posibilidades, o mejor, vedlas en este vídeo.