El sistema de etiquetado ambiental de la DGT lleva ya unos cuantos años entre nosotros, pero su verdadero poder empieza a revelarse con la introducción de restricciones más severas a vehículos sin etiquetado, que ya afectan directamente al parque móvil más antiguo de ciudades como Madrid o Barcelona. Las zonas de bajas emisiones, según la ley vigente, acabarán extendiéndose al resto de municipios de más de 50.000 habitantes del país más pronto que tarde. Pensando en estrenar un coche en 2024, ¿es razonable comprar un coche que «solo» tenga etiqueta C?
Comprar un coche sin hibridación en 2024
Según la normativa de etiquetado ambiental, son los coches de gasolina homologados bajo la normativa Euro 4, y los diésel homologados bajo la Euro 5, los coches que ya pueden gozar de etiqueta C de la DGT. Corresponde, aunque no es una regla sagrada, a coches diésel matriculados del 2014 en adelante, y gasolina matriculados a partir de 2006. Esa distintivo C de color verde es el mismo que lleva cualquier coche nuevo sin hibridación que estrenemos mañana mismo. Y está a solo un paso de los coches con etiqueta B, los siguientes en sufrir restricciones.
Aunque los coches actuales tengan etiqueta C y hayan sido homologados bajo los últimos epígrafes de una restrictiva normativa anticontaminación Euro 6, no pueden acceder a la etiqueta ECO por un simple motivo: carecen de electrificación alguna, o son incompatibles con el uso de GLP como combustible. En el actual mercado de coches nuevos en España, gran parte de los superventas, como son los MG ZS, SEAT Arona, Peugeot 2008 o SEAT Ibiza, carecen de etiqueta ECO en sus versiones más vendidas.
Ocurre al contrario con coches como el Toyota Corolla o el Hyundai Tucson, también en el top 10 de ventas. Atendiendo a los datos puros y duros en lo que va de año, aproximadamente la mitad de coches vendidos aun cuentan con etiqueta C de la DGT. La lógica es clara: los coches con etiqueta C son más asequibles que los coches con etiqueta ECO, y España es un país muy sensible al precio – especialmente estos últimos años, teniendo en cuenta el incremento de precio que los coches nuevos han sufrido.
2027 y 2028, fechas clave: ¿corren peligro los coches con etiqueta C?
Una de las dudas que nos asaltan a la hora de comprar un coche nuevo con etiqueta C, es si ese coche sufrirá próximamente restricciones a la circulación. Es una duda muy razonable, y la gran inversión que supone un coche nuevo nos obliga a hacer un ejercicio de prudencia a la hora de responderos. Con la ley en la mano – la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica – desde el 1 de enero de 2023 todo municipio español de más de 50.000 habitantes tendría que tener una Zona de Bajas Emisiones en funcionamiento.
Esas ZBE – cuya extensión, características e implantación es competencia municipal – usan el etiquetado ambiental de los coches para restringir en mayor o menor medida la circulación a los más antiguos y contaminantes. El objetivo último, según la ley, es desincentivar el uso del transporte privado, por razones de salud, emisiones contaminantes y descarbonización. Esa es la teoría. La realidad es que en febrero de 2024, la implantación sobre el terreno de las 149 ZBE españolas, acumula retrasos difícilmente justificables.
Algunas corporaciones aluden razones presupuestarias, otras aluden razones normativas y legales, y otras, directamente, razones políticas. A finales del presente año, ya con un panorama político alejado de elecciones generales y municipales, la implantación de ZBE debería coger ritmo. Suponiendo que para principios de 2025, el grueso de municipios españoles obligados a implantar una ZBE – más allá de grandes urbes como Madrid o Barcelona – las tengan en funcionamiento, la primera fecha clave a tener en cuenta será 2028.
El Real Decreto 1052/2022 del 27 de diciembre, regula las Zonas de Bajas Emisiones. En su Artículo 10, cuarto epígrafe, explicita los plazos de revisión de las zonas de bajas emisiones:
4. El proyecto de ZBE deberá revisarse, al menos, a los tres años de su establecimiento y, posteriormente, al menos, cada cuatro años, con el fin de garantizar que se están alcanzando los objetivos planteados en el proyecto, y que responden a lo establecido en este real decreto.
A principios de 2028 el grueso de ZBE deberá revisar sus objetivos, y en función de su grado de cumplimiento, valorar si es necesario endurecer sus restricciones o no. Sin querer pecar de centralismo, un buen espejo al que el resto de ZBE podrán mirarse será Madrid. Por el momento, ni la capital ni Barcelona han endurecido restricciones a los vehículos con etiqueta B. Pero si eso sucediera, los siguientes en ser afectados serían los vehículos con etiqueta C. Este sería uno de los escenarios más pesimistas, dicho sea de paso.
Si ese escenario pesimista se llegase a cumplir, para el grueso del país esto no sucedería, en el peor de los casos, antes del año 2032.
Etiqueta ECO: la mejor opción a día de hoy
Si bien hay un gran balón de oxígeno en torno a los vehículos con etiqueta C de la DGT, la decisión no solo depende de los ayuntamientos de turno. El endurecimiento de la lucha contra la emergencia climática o la imposición de objetivos más duros de descarbonización por parte de la UE podrían acelerar la implantación de más restricciones a la circulación. Es por ello que desde Diariomotor, consideramos que la compra más sensata e inteligente, a día de hoy, es un coche con etiqueta ECO de la DGT. Un coche que debería soportar décadas de vigencia normativa.
Existen multitud de opciones de mercado con etiqueta ECO, desde sencillos híbridos ligeros como el FIAT 500, a híbridos completos como el Toyota RAV4, pasando por vehículos alimentados por GLP o GNC. Más allá de la etiqueta ECO están los vehículos con etiqueta CERO: híbridos enchufables y eléctricos puros, que a futuro, no tendrán restricción alguna, pero que presentan problemáticas operativas – en plata, son caros y su proceso de recarga requiere rompernos la cabeza – que aun los alejan de la popularización masiva.
